R. Vázquez | Cádiz www.lavozdigital.es 12/02/2011
La instalación de una máquina elevadora en el Palacio de Valdivieso de El Puerto deja al descubierto numerosos restos arqueológicos.
El ascensor se abrió. Detrás de sus puertas, aún por construir, se escondían vestigios de otros periodos de mayor esplendor. De cuando cada edificio contribuía a que El Puerto de Santa María pasara a la historia como la ciudad de los cien palacios. El de Valdivieso es el protagonista de la siguiente historia. Sorprendente y agradable. El inmueble que hoy es la sede de la Concejalía de Urbanismo del ayuntamiento portuense, ha sido objeto recientemente de una intervención arqueológica de urgencia en uno de sus patios interiores. El motivo, tan simple como consecuente, la instalación de un ascensor. Juan Manuel Barea es el director de la excavación pero, no por acostumbrado, ha dejado de sentir admiración por lo que las excavaciones han devuelto al presente.
La primera parada del flashback se sitúa en e siglo XVII. Según explica Barea, los trabajos han dejado al descubierto los restos de varias estructuras modernas que coinciden con un aljibe coetáneo al propio palacio. Asociado a esta cronología, se ha hallado importante material cerámico y una vajilla inglesa del siglo XVIII, así como una vajilla sevillana del siglo XVII procedente de Indias. Este descubrimiento refuerza lo que ya está escrito en los libros de historia. La pérdida de la hegemonía del comercio a Indias del puerto hispalense en favor de la Bahía de Cádiz. El palacio está situado en la zona más antigua del casco urbano portuense, junto al Castillo de San Marcos, la fortaleza que mandó a construir Alfonso X, el Sabio. Así que Barea, bajo la dirección de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta, se ha encontrado con uno de los enclaves más decisivos para determinar el urbanismo de todas las épocas de la ciudad desde su fundación.
Con otro salto, se ha localizado restos de un enterramiento musulmán, en concreto de la etapa almohade. Su mala conservación no impide corroborar las hipótesis formuladas durante la década de los ochenta del siglo pasado, cuando al realizar unas catas aparecieron piezas arqueológicas hispanomuslumanas y enterramientos islámicos.
Con tres metros de profundidad excavados, no era de extrañar que se consiguiese bajar el nivel cronológico del solar. En efecto, la prospección ha arrojado el hallazgo de numeroso material romano. Cerámica y restos de metal muy bien diferenciados. De una parte se ha encontrado una cerámica común, de poco acabado y uso diario; de otra, lo que los arqueólogos llaman ‘terrasigillata’ o cerámica de lujo. Una muestra más del desarrollo comercial de la primitiva ciudad portuense. Todos los elementos sacados a la luz con estas obras, que están siendo ejecutadas por la empresa Caminos, Canales y Puertos S. L. , han sido trasladados al Museo Provincial de Cádiz. El director de la excavación, Juan Manuel Barea trabaja ahora en su estudio tras el que desarrollará una memoria. El recuerdo, la memoria de El Puerto, ha querido mostrarse. Si en el espacio de un ascensor hay guardados tantos, ¿qué no habrá en otras localizaciones más extensas?