Redacción 11/02/2011

«Ni el Griego ni el Latín son lenguas muertas. Por el contrario, ¡qué barbaridad!, muertos son todos aquellos que deambulan por el mundo como fantasmas por padecer de desmemoria histórica».

«Cuando abordamos la lectura de los Evangelios canónicos, pensamos en que es el texto original, y que por ende fue escrito en los mismos términos. Nada más ilusorio. La versión en Castellano u otra lengua no es la fuente. Para sumergirnos en la fuente tenemos que acudir al Griego Koiné (Lengua Común) de los Helenos. Esta lengua fue impuesta al imperio universal formado por Alejandro Magno (Μέγας Αλέξανδρος, 356 a de C. 323). En la Lengua Común escribieron los literatos y filósofos de esa época hasta muchos siglos después del nacimiento de Cristo.

Toda traducción o interpretación corre el albur de ser moldeada por la mente y pensamiento del traductor, quien muchas veces en el curso de la historia se ha dejado llevar por adhesiones y/o fanatismos religiosos, quitando el sabor prístino de las palabras y de las expresiones, y lo que es más peligroso, el mensaje pierde su verdad por una interpretación acomodada.

Por lo anterior, este manual de interpretación y lectura de los Evangelios en el Griego Koiné en que fueron escritos, permite un acercamiento más genuino a la raíz del mensaje de Cristo.

Cuando el lector se sumerge en los versículos del Nuevo Testamento en Griego Koiné siente, percibe con sus ojos y todos sus sentidos, el espejismo del desierto, y de sus montañas escarpadas que inspiraron el nacimiento de todas las religiones del Asia Menor.» Wiliam Hernández Ospino

De ahora en adelante, los amantes del Griego koiné cuentan con una ayuda auxiliar para leer e interpretar no sólo el Evangelio de San Juan, sino todo el Nuevo Testamento, dada la abundancia y riqueza de vocablos que el autor ha consignado en estas páginas.


Manual de Griegokoine del Evangelio de San Juan