Guillermo Carvajal www.labrujulaverde.com 06/02/2025
El origen de la familia de lenguas indoeuropeas ha sido un enigma que ha intrigado a lingüistas, historiadores y arqueólogos durante siglos. A pesar de los múltiples estudios realizados desde el siglo XIX, aún persisten numerosas incógnitas sobre la expansión de estas lenguas y los pueblos que las hablaban. Sin embargo, una nueva investigación liderada por Ron Pinhasi, de la Universidad de Viena, en colaboración con el laboratorio de ADN antiguo de David Reich en la Universidad de Harvard, ha arrojado luz sobre esta cuestión.
Este estudio, recientemente publicado en la revista Nature, analiza el ADN antiguo de 435 individuos procedentes de yacimientos arqueológicos situados en Eurasia y datados entre los años 6400 y 2000 a.C.
Uno de los hallazgos más relevantes de esta investigación es la identificación de una población hasta ahora desconocida, denominada grupo Cáucaso-Bajo Volga (CLV, por sus siglas en inglés). Esta población aparece vinculada a todas las comunidades que hablaban lenguas indoeuropeas, proporcionando así una pieza fundamental en la reconstrucción del rompecabezas de su origen y expansión.
Foto de Remontnoye (3766-3637 calBCE), con un anillo de templo en espiral, que más tarde sería uno de los atributos artefactuales consistentes de las tumbas Yamnaya, pero su pose contraída de lado era como Maikop, no Yamnaya, y tiene alrededor de un 40% de ascendencia genética similar a Maikop. Una imagen interesante por la mezcla de rasgos. Crédito: Natalia Shishlina
Las lenguas indoeuropeas conforman una familia lingüística que engloba más de 400 idiomas, entre los cuales se encuentran grupos tan significativos como las lenguas germánicas, romances, eslavas, indoiranias y célticas. Estas lenguas derivan del protoindoeuropeo (PIE), una lengua ancestral cuya reconstrucción ha sido objeto de estudio durante generaciones.
Aunque se ha reconocido desde hace tiempo que la cultura Yamnaya, originaria de las estepas póntico-caspianas, desempeñó un papel clave en la difusión de los idiomas indoeuropeos, los nuevos hallazgos han aportado una comprensión más matizada sobre el origen de esta cultura y sus vínculos con otras poblaciones.
El estudio confirma que la expansión de la cultura Yamnaya, ocurrida aproximadamente en el año 3100 a.C., tuvo un impacto trascendental en la genética de las poblaciones europeas y centroasiáticas. Sin embargo, la gran incógnita que persistía hasta ahora era el origen de la única rama indoeuropea que no presentaba huellas genéticas de la migración de los Yamnaya: las lenguas anatolias, entre las cuales destaca el hitita, uno de los idiomas más antiguos documentados dentro de la familia indoeuropea.
Lenguas indoeuropeas. Crédito: nerdy.maps / Wikimedia Commons
El estudio sostiene que las lenguas anatolias provienen de una comunidad que no había sido adecuadamente caracterizada en estudios previos: la población eneolítica que habitó entre los montes del Cáucaso y el Bajo Volga entre 4500 y 3500 a.C.
Al analizar el ADN de individuos de Anatolia anteriores y contemporáneos al periodo hitita, los investigadores identificaron la presencia de ascendencia CLV, lo que sugiere que esta población fue la responsable de la transmisión de la lengua protoindoeuropea hacia Anatolia sin que mediara la influencia directa de los Yamnaya.
Los resultados de esta investigación indican que la cultura Yamnaya adquirió aproximadamente el 80% de su ascendencia genética del grupo CLV. Además, al menos el 10% de la ascendencia genética de los habitantes de la Anatolia de la Edad del Bronce, hablantes de hitita, se relaciona con el mismo grupo.
Foto de una tumba yamnaya en Tsatsa, estepas del Caspio septentrional (I6919), 2847-2499 calBCE, para contrastar la pose de la tumba con lo que veríamos en Yamnaya, en decúbito supino con las rodillas levantadas, caídas a los lados en este caso, con un puñal de cobre, una pequeña olla típica de Yamnaya y un embudo utilizado quizá para elaborar productos lácteos; los péptidos lácteos eran omnipresentes en la placa dental de los yamnaya y el consumo regular de alimentos lácteos fue una innovación del periodo yamnaya en las estepas. Crédito: Natalia Shishlina
Esto refuerza la hipótesis de que la lengua protoindoeuropea, en su fase inicial conocida como protoindoanatolia, se desarrolló dentro de esta comunidad antes de su diversificación en las distintas ramas lingüísticas que conocemos hoy en día.
Ron Pinhasi y su equipo afirman que el descubrimiento del grupo CLV representa un punto de inflexión en la investigación sobre los orígenes de los indoeuropeos. Esta comunidad, ubicada en la región comprendida entre el Cáucaso y el Bajo Volga, desempeñó un papel crucial en la transmisión del idioma que posteriormente se fragmentaría en las diversas lenguas indoeuropeas.
Así, los resultados de esta investigación contribuyen significativamente a la reconstrucción de la historia lingüística y genética de Europa y Asia, ofreciendo una respuesta a uno de los mayores enigmas de la prehistoria.
FUENTES: University of Vienna
Lazaridis, I., Patterson, N., Anthony, D. et al. The genetic origin of the Indo-Europeans. Nature (2025). doi.org/10.1038/s41586-024-08531-5
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