Luis Miranda | Córdoba www.abc.es 06/09/2009

Es una Córdoba casi oculta, la más desconocida de todas y aquella cuyos restos y vestigios han aparecido con menos frecuencia.

La Córdoba romana, con las huellas del Imperio y de la cultura que escribieron la primera línea en la historia de la ciudad, serán el eje de la próxima exposición magna que se está gestando. Las fechas son todavía lejanas: los últimos meses de 2010 o los primeros de 2011.

En ella cooperarán varias instituciones, entre las que podrían estar el Ayuntamiento, la Diputación, Cajasur, la Universidad y la Junta de Andalucía, en la repetición de una fórmula similar a la que dio lugar a sus tres antecedentes: las magnas exposiciones sobre Julio Romero de Torres (2003), Mateo Inurria (2007) y la colección de Pilar Citoler (2009).

Por sus propias características, sin embargo, la exposición sobre la Córdoba romana debe tener un formato distinto, ya que alternará las salas convencionales con la visita a espacios abiertos. Será el caso de los restos más visibles y emblemáticos de la primera etapa de la ciudad: el Templo Romano situado entre las calles Capitulares y Claudio Marcelo, que será uno de los pilares en los que se asiente la muestra. Parecido papel tendrá el anfiteatro hallado en los terrenos que rodean al nuevo Rectorado de la Universidad de Córdoba, y que se encuentra en plena etapa de estudio.

También tendrá bastante protagonismo en la exposición el Museo Arqueológico, ahora inmerso en un largo proceso de reforma. Para el momento en que comience la exposición, el palacio de Jerónimo Páez (sede original del centro) estará en obras, así que la exposición se debería ceñir a la ampliación, cuya construcción acaba de terminar.

Fase muy temprana
En este nuevo edificio serían importantes los fondos que forman parte de la colección y que provinenen de los hallazgos arqueológicos en la ciudad, pero también los restos del teatro romano encontrados en la plaza de Jerónimo Páez. En la ampliación del Museo Arqueológico se integran los vestigios del teatro, que con 15.000 localidades era, según los expertos, el mayor de la Hispania romana.

El primer teniente de alcalde y delegado de Cultura del Ayuntamiento, Rafael Blanco, aseguró que el proyecto está todavía en una fase muy temprana, pero también explicó que la muestra será uno de los puntos fuertes de la candidatura de Córdoba a la Capitalidad Cultural Europea de 2016. De hecho, la Fundación tomaría parte activa en la muestra en unos momentos en que ya se habrá hecho el primer corte para decidir qué urbes compiten por la designación, lo que sucederá a comienzos del otoño del año próximo.

Viaje a Madrid
La intención de los organizadores es que la exposición no se quede sólo en la ciudad. Rafael Blanco apuntó que se pretende que una vez que concluya la muestra en Córdoba se lleve al Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, donde además se conservan algunas piezas procedentes de la Córdoba romana.

Aunque el contenido de la exposición todavía se está definiendo, sí es probable que lo conformen algunos de los restos más valiosos de la época fundacional de la ciudad. Es el caso, por ejemplo, de la «Afrodita agachada», que apareció en un solar de la calle Amparo y que data del siglo II después de Cristo.

Gran importancia tendrá también la arquitectura funeraria, de la que existen numerosas muestras. Es el caso del sepulcro del siglo III que se muestra en el Alcázar de los Reyes Cristianos, en la antesala de la Sala de los Mosaicos, y que estuvo en la necrópolis septentrional de la ciudad, pero también de numerosas placas funerarias y restos de enterramientos y mausoleos.

Los mosaicos son otra de las muestras del paso de la cultura romana por Córdoba, aunque también sean un elemento inamovible por su propia naturaleza. El Alcázar guarda los más importantes de todos ellos, especialmente el de Polifemo y Galatea, y que data del siglo II.