Mérida | EFE | 23/09/2007
Un equipo de arqueólogos e investigadores trabaja en la excavación del Anfiteatro Romano de Mérida para tratar de hallar restos de una «puerta triunfal» de acceso al recinto desde la antigua ciudad y determinar qué tipo de construcción era, si «un arco de grandes dimensiones o, simplemente, un espacio marcado con pilares».
Así lo ha explicado el arqueólogo Antonio Pizzo, que trabaja dentro de un conjunto de investigadores que desarrollan su labor en este importante monumento emeritense y en el cercano Teatro Romano, en la segunda temporada de un proyecto que tiene una duración de cuatro campañas. Se trata de un proyecto de la Junta de Extremadura que se financia con una iniciativa de Investigación más Desarrollo (I+D) regional.
La segunda campaña comenzó a desarrollarse esta semana con el inicio de trabajos como las excavaciones del Anfiteatro Romano, cuyos objetivos son dos, uno de ellos avanzar en el conocimiento de la relación entre este monumento, la cercana muralla de la antigua ‘Emérita Augusta’ y la zona extramuros aledaña, una cuestión en la que ya se trabajó en la primera temporada, la de 2006.
Se trata, según Pizzo, de «comprender cómo funcionaba» todo este complejo monumental mediante la ampliación del corte de excavación hecho el pasado año. El otro fin es «encontrar la puerta triunfal que daba acceso al Anfiteatro directamente desde la ciudad», para lo que se ha abierto «un corte nuevo» junto a la puerta norte de este recinto recreativo. «Estamos buscando el tipo de puerta que había para acceder al Anfiteatro, si era un arco de grandes dimensiones o si, simplemente, era un espacio marcado con pilares».
Por otro lado, este proyecto también incluye investigaciones en el Teatro Romano, contiguo al Anfiteatro y donde se trabaja fundamentalmente en saber cómo era exactamente y qué función tenía la ‘versura’ oriental, una estancia cercana a la escena y en el exterior del monumento.
«Aquí estamos abriendo este año porque hay que solucionar el problema de los accesos desde la ciudad al Teatro, sobre todo porque este aula, esta habitación que se ve ahora, no corresponde a la construcción del Teatro sino que es de un momento posterior», explicó el arqueólogo. «Queremos saber cómo era antes, cómo funcionaba el Teatro antes de que se construyera la versura. No hay ninguna hipótesis, hay que ver los restos».
En la primera campaña de excavación e investigación desarrollada en el Teatro Romano, en 2006, se trabajó en la zona del Peristilo, situada tras la escena del monumento. En este lugar se encontró un pozo de grandes dimensiones cuyas funciones se desconocen, por el momento.