Luis Sánchez-Moliní | Sevilla www.diariodesevilla.com La pieza, calificada de «excepcional» y aparecida en Osuna, permite conocer mejor la expansión del modelo municipal de Roma.
La aparición de una tabla legislativa de bronce en Osuna está cambiando la interpretación que, hasta la fecha, se tenía de los momentos iniciales del Imperio romano y del proceso conocido como romanización. Se trata de un trozo inédito hasta el momento de la Ley de la Colonia Genitiva de Julia, texto impulsado por Julio César para refundar Osuna con sus partidarios después de derrotar a Pompeyo en la batalla de Munda (45 a.C.) y desarrollado posteriormente por sus sucesores (Marco Antonio, Augusto y Tiberio) en los primeros años de la era cristiana.
«Estamos ante la ley hispana escrita más antigua que conocemos y la única que se ha conservado en toda Europa sobre la extensión a las provincias del modelo municipal romano en el momento liminar del Imperio. Gracias a este bronce se puede hacer una aproximación de cómo eran las leyes por las que se regían las ciudades romanas de Francia, Grecia o cualquier otro lugar del orbe romano», afirma un eufórico Antonio Caballos Rufino, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla y principal responsable de la recuperación y posterior estudio del bronce.
El impacto en la comunidad internacional de historiadores de la Antigüedad no se ha hecho esperar y el próximo martes, en un acto donde se presentará un libro con un pormenorizado estudio sobre la pieza –a las ocho de la tarde en el Paraninfo de la Hispalense– participarán dos de los más importantes especialistas en la materia: los profesores Ségolène Demougin y Jean-Louis Ferrary.
Aunque el hallazgo se produjo en el año 2000, Antonio Caballos Rufino ha preferido mantenerlo prácticamente en secreto hasta su completa restauración y estudio científico. «Ha sido bastante complicado, pues apareció en un horno del siglo XVIII donde iba a ser fundido y su estado era deleznable». Después negociar con las personas que lo tenían en su poder, el equipo dirigido por Caballos Rufino se puso manos a la obra en una labor que ha sido casi detectivesca, muy minuciosa, tanto en su restauración (con la intervención decisiva de Leonor Medina) como en la interpretación, en la que han intervenido, además, Fernando Betancourt, José Antonio Correa y Fernando Fernández, antiguo director del Museo Arqueológico.
La significación de la tabla –explicada en una exhaustiva monografía editada entre la Universidad, la Junta y el Ayuntamiento de Osuna– es importante. Por primera vez se conoce el inicio de una ley municipal (capítulos 13 al 20), por lo que se pueden estudiar aspectos políticos e ideológicos y no sólo administrativos, como es el caso de otro bronce de la misma ley que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional.
Permite conocer datos del procedimiento electoral y la organización de asambleas; el que la ciudadanía se agrupaba en curias y no en tribus; y las fórmulas de nombramientos de los decuriones, los miembros del senado local, máximo órgano político-administrativo. Además, desvela cuál era el procedimiento de acceso a la función pública y cuál el fundamento de las atribuciones de los magistrados superiores. Curiosa es la descripción detallada de la obligación para los colonos de construirse casas en la ciudad, como fórmula complementaria de generar un espíritu cívico en la colonia a partir de un conjunto humano escasamente vertebrado. Otros descubrimientos son el nombre del fundador efectivo de la colonia, Gayo Asinio Polión; el proceso de fundación de la colonia –más complejo de lo que se creía– y la datación del grabado de las planchas, que tuvo que ser en la época de Augusto o Tiberio, y no en la de Domiciano, como se estimaba hasta ahora.