Roma | EFE 19/07/2007

Casi las tres cuartas partes de la superficie del Coliseo de Roma, monumento designado recientemente como una de las 7 Nuevas Maravillas del Mundo, están vedadas a los visitantes debido tanto a que esas zonas no cumplen con las normas exigidas de seguridad como a la falta de personal de vigilancia.

Tras esperar previamente una cola de varias horas y pagar un boleto de 11 euros (unos 15 dólares), se calcula que cada día visitan el Coliseo entre 12.000 y 14.000 turistas que sólo pueden acceder al 30% de la superficie total del histórico recinto levantado en la época de la Roma Imperial.

Los visitantes pueden acceder a la planta baja, a una parte de la primera y a otra zona reducida en la que se realizan anualmente dos exposiciones. La tercera planta está cerrada al público «debido a que las escaleras que llegan hasta ella no cumplen con las normas de seguridad», señalaron fuentes de la superintendencia arqueológica de Roma, que precisaron que tampoco se puede acceder a la zona más alta del monumento ni a los almacenes subterráneos.

Estos almacenes, ubicados a ocho metros de profundidad de la arena, escenario en el que se realizaban los espectáculos, hasta hace pocos años eran accesibles al visitante. En los subterráneos del Coliseo se conservan unos ochenta montacargas que servían para subir al escenario tanto a las fieras que formaban parte de los espectáculos como para transportar los adornos escenográficos.

El visitante tampoco puede apreciar, en estos momentos por la falta de fondos y de presupuesto para vigilantes, las salas donde se acumulan jarrones de bronce, capiteles, estatuas de mármol y sarcófagos, ni los 400 epígrafes que señalaban el lugar destinado a cada uno de los senadores romanos, olvidados y hacinados en estos almacenes.

«Hace tiempo que el Coliseo no recibe ninguna financiación y la intervención de entidades privadas no existe», señaló el superintendente del monumento, Angello Bottini, en declaraciones al diario «Corriere della Sera», quien añadió que «con todos los problemas que tiene el monumento, (su restauración) hoy no son una prioridad».

El presupuesto anual de mantenimiento del Coliseo es de 500.000 euros (unos 690.000 dólares), sin contar con los trabajos de restauración, y tiene una nómina de treinta vigilantes y catorce asistentes.

Para dar una idea de los elevados costes de mantenimiento del Coliseo, la superintendencia arqueológica explicó que para poder arrancar, por ejemplo, pequeños árboles o matojos que a veces brotan entre los huecos de las piedras de la parte superior del monumento, y evitar así que dañen su estructura, es necesario alquilar una grúa con un brazo de 55 metros de altura.

Desde hace unos meses el ayuntamiento de la capital trabaja en la recuperación del pavimento original de la planta baja del anfiteatro, trabajos que están sacando a la luz muros de la época medieval de los que vagamente se conocía su existencia.

Los responsables del Coliseo aseguraron que están a la espera, desde 2006, de recibir una subvención estatal de 1,6 millones de euros (2,2 millones de dólares) para la restauración del sureste de la planta baja, el refuerzo de los muros de la tercera y la limpieza y ordenación de los sótanos que, de momento, «no serán abiertos al público», según las mismas fuentes.

Historia

A finales de 2005 se invirtieron 400.000 euros (552.000 dólares) en la impermeabilización de las partes habilitadas al público y en la década de los noventa la entidad financiera Capitalia concedió una subvención de 14,4 millones de euros (19,8 millones de dólares) que se destinaron a la restauración de la fachada.

En 2006 visitaron el Coliseo 4,1 millones de personas y en lo que va 2007 la media de visitantes semanales es de 200.000, con lo que se prevé que este año se superarán los 5 millones de turistas.

El anfiteatro Flavio fue inaugurado en el año 80 de nuestra era por el emperador Tito con el nombre de «Anphitheatrum Caesareum» y derivó en «Colosseo» en el siglo XI por la colosal estatua de bronce de Nerón, del siglo III a.de C., ubicada junto al edificio.

Con una altura de 52 metros, el anfiteatro comprendía cuatro órdenes o plantas de 80 arcadas cada una, y tenía capacidad para albergar hasta 70.000 espectadores, aproximadamente los mismos que pueden contemplar en nuestros días un partido de fútbol de dimensiones normales.