Celia Herrera | Mérida www.hoy.es 21/03/2006

Entrevista a Francisco G. Rodríguez Martín, arqueólogo e investigador, autor de ‘Las Lucernas de la villa romana de Torre Águila’.

Celia Herrera | Mérida www.hoy.es 21/03/2006

Entrevista a Francisco G. Rodríguez Martín, arqueólogo e investigador, autor de ‘Las Lucernas de la villa romana de Torre Águila’.

El investigador Francisco Germán Rodríguez presentó ayer en el Museo Romano su último trabajo, ‘Las Lucernas de la villa romana de Torre Águila’, situada en Barbaño.

-En su anterior estudio sobre las lucernas del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, ¿cuáles fueron las principales conclusiones?

-Catalogué entonces 2.000 piezas distintas, pertenecientes a épocas y talleres diferentes. En el siglo I, por ejemplo, se producían lucernas y cerámica que luego se exportaban a toda la Lusitania y provincias limítrofes. Después se produjo un segundo momento en el que un alfarero que firmaba con el nombre de ‘GES’ inundó toda Hispania con sus lucernas, quedándose con un amplísimo mercado desde mediados del siglo II hasta el siglo III. Se han encontrado lucernas con su sello en el norte de África. En el tercer período, más tardío, no sabemos su distribución, ya que las piezas no están firmadas.

-Es curioso este éxito de Mérida con sus lucernas, ¿no?

-Es que su éxito comercial no se reducía a las lucernas. Mérida era entonces un centro administrativo, comercial e industrial muy fuerte. No solo se exportaba la cerámica, sino que lo más probable es que este tipo de artículos se exportaran como complemento de otras mercancías mayores.

-¿Y se sabe qué mercancías mayores eran las que se exportaban desde Mérida?

-Todavía no, pero sabemos positivamente que en la ciudad había una importante almazara de aceite, y posiblemente se exportara a toda Hispania con el complemento de las lucernas.

-¿Las lucernas de la villa de Torre Águila también son de Mérida?

-Así es. En esta villa se encontraron más de 11.000 piezas catalogadas, de todo tipo. En este estudio me centré en las lucernas porque me parecía interesante ver cómo era la iluminación de la villa, las diferentes etapas de la ciudad, y la iconografía de las piezas.