Nieves Llaca www.elpais.com 16/12/2008
Conoce una de las capitales más importantes de Europa, desde su moda hasta su gastronomía sin olvidar su pasado como Imperio.
Roma se alza frente a los ojos del viajero como un enorme museo de historia al aire libre. Cada rincón de la hermosa capital italiana esconde lugares románticos y espléndidos monumentos, ejemplos de los grandes artistas que en ella vivieron. Recorre sus antiguas calzadas a través de diez sugerentes paseos por esta increíble ciudad:
1. Para comenzar el día nada mejor que acercarse que visitar el Vaticano. Lo mejor es ir a primera hora, ya que se forman largas colas para entrar. Nada más llegar, se puede ver la Plaza de San Pedro diseñada por Bernini entre 1656 y 1667, donde se alza una elipse rodeada de columnas que dan paso a la entrada de la Capilla de San Pedro. Esta iglesia, llena de símbolos y misterios como la puerta Santa que sólo se abre en años jubilares o las llaves de Urbano VIII, destaca por su enorme Cúpula que, aunque fue idea de Miguel Ángel, concluyó después de su muerte.
Asimismo, se puede subir a la cúpula y observar desde arriba toda la Plaza de San Pedro, la Ciudad del Vaticano y Roma. Para ello, es importante recordar que no se permite el acceso a aquellas personas que lleven pantalones cortos o camisetas de tirantes. Andando por la Vía de Porta Angelica o la de Pío X, podremos acceder a los Museos Vaticanos. En la entrada destaca una enorme escalera en espiral realizada por Giuseppe Momo. Las grandes dimensiones y sus numerosas exposiciones hacen difícil verlo todo, por lo que es recomendable escoger sólo algunas de las salas que se quieran visitar.
Y por supuesto, la Capilla Sixtina, pintada por Miguel Ángel, es una de las partes más impactantes, visualmente hablando, que podremos encontrar en la capital italiana. Sobresale la Galería de Rafael, la Sala dei Misteri, uno de los aposentos de los Borgia, la Colección de Arte Moderno -desde Rodino Van Gogh hasta Picasso- y la Pinacoteca Vaticana -con obras de Leonardo Da Vinci o Caravaggio, entre otros.
2. Dejando atrás el museo y cruzando el río Tíber, llegaremos a la zona de la Plaza Navona a través de la Vía del Governo Vecchio, una calle llena de tiendas de antigüedades y edificios renacentistas, varios de ellos palacios como el Pamphilj, que fue la casa del papa Inocencio X o el de Braschi convertido ahora en el Museo de Roma. A la izquierda de este último se encuentra la Plaza Navona con sus fuentes diseñadas por Bernini. La primera es la Fontana dei Moro y la central, con un obelisco, la de Fiumi.
Muy cerca, está la zona de la Plaza de la Rotonda, allí se puede visitar el Panteón, uno de los templos de la antigua Roma mejor conservados. Esta zona llena de iglesias como San Ignacio de Loyola convierten, junto con otras muchas, a la ciudad italiana en una de las cunas del barroco. Por otro lado, este es el mejor lugar, por sus numerosas terrazas y cafés, para saborear un buen cappuccino o un gelato.
3. Vía Veneto es, sin lugar a dudas, el centro neurálgico del turismo en Roma. Sus calles están llenas de bares, restaurantes y hoteles. Pero, además, ofrece numerosos vestigios romanos como muestra del encanto que invade toda la capital italiana. Algunos de ellos son la Fontana del Tritione y la de Api, ambas proyectadas por Bernini, el Palacio de Barberini y las iglesias de Santa Maria della Vittoria y Santa Susanna.
4. Uno de los lugares más concurridos de Roma es la Plaza de España, coronada por la iglesia de Trinitá dei Monti en la que se puede disfrutar de una de las vistas más increíbles de la capital. En esta zona llena de estrechas y pequeñas calles está la Vía Condotti donde se concentran numerosas tiendas de lujo como Giorgio Armani, Gucci o Prada, entre otros.
5. Una de las siete colinas de la ciudad es Quirinal. Aquí se encuentra, entre la Vía de la Muratte y del Lava, la famosa Fontana de Trevi, protagonista de la película La dolce vita. Merece la pena visitar esta fuente y seguir la tradición de lanzar la moneda de espaldas que dicen es la señal de que volverás a visitar la ciudad. Por la noche, el espectáculo es mayor, si cabe, con las luces que iluminan las esculturas que decoran la fuente y la iglesia que se esconde tras ella. Más adelante, se encuentra el Palacio del Quirinale, actual residencia del presidente de Italia.
6. Desde la zona suroeste de Quirinal, llegamos a la Plaza Venecia. En ella podemos ver la iglesia de San Marco, el palacio Venezia convertido ahora en museo y, lo más llamativo sin duda, el monumento a Víctor Manuel, rey de Italia, hecho de mármol y terminado en 1911 que contrasta con las ruinas de unas viviendas del Imperio Romano, muy cerca de la Escalera Aracoeli por la que se accede a la Plaza del Campidoglio rodeada de numerosos palacios, como el Senatorio, en el que se reunía el Senado en el siglo XII, el Nuovo, uno de los museos capitolinos en los que esculturas como el Discóbolo hacen imprescindible su visita, así como el del Conservatori con obras de Tintoretto, Tiziano o Rubens, entre otros.
Accediendo desde la parte de atrás de Campidoglio, está la Vía Sacra que da acceso al Foro Romano. Esta inmensa colección de templos y basílicas en ruinas, da una idea al viajero de cómo era la antigua Roma, ya sea a través de los restos de los templos de Julio César, de la Concordia, de Rómulo, la Casa de las Vírgenes Vestales o el Arco de Tito. En este sentido, uno de los monumentos que hacen comprender la inmensidad del Imperio Romano, y que se alza a unos metros del Foro y la Plaza Venecia, es el Coliseo. Este majestuoso anfiteatro, construido en el año 72 d. C., bien merece las largas colas que suele haber para entrar si no se va temprano pero, sobre todo, merece un paseo nocturno, ya que desde hace unos años se ilumina por la noche.
7. A través de la Plaza de San Pietro in Vincoli, llegamos al barrio de Esquilino en el que se ubican las Termas de Trajano, las primeras que se construyeron en la ciudad a gran escala y sobre los que fue el palacio dorado de Nerón. Subiendo hacia el norte, está la Torre de Capocci y más arriba una de las iglesias más características, Santa María la Mayor. Esta basílica romana mezcla estilos diferentes de una forma extraordinaria. Asimismo, la construcción se debe según cuenta la leyenda a un sueño del papa Liberio en el que la Virgen le ordenaba construir una iglesia allí dónde nevara, así que el papa al ver nevar en esta zona un 5 de agosto obedeció.
Historias aparte, esta iglesia que alberga en su interior numerosos detalles de artesanía medieval, destaca por sus impresionantes fachadas, cuya parte frontal está custodiada por un obelisco egipcio en la Plaza del Esquilino. Un poco más al norte, se halla el barrio de Laterano, destaca por un enorme espacio abierto entre la Plaza de San Giovanni, del siglo XVI, y la iglesia de San Juan de Letrán, detrás de la cuál se encuentra la muralla de Aurelio. Esta basílica es una de las primeras que se construyeron en Roma y se conserva como tal a pesar de los numerosos incendios que ha sufrido.
8. Al este de Laterano, la colina de Celio en la zona de Carcalla ofrece al visitante un espacio lleno de árboles en los que al doblar una esquina se pueden encontrar con iglesias como la de San Gregorio Magno o Santa María en Dominica, así como las ruinas del templo de Claudio.
9. En el barrio de Aventino se encuentra una de las mayores atracciones para los turistas, La Bocca Della Verità, que quieren introducir la mano en la boca de la escultura de una de las paredes de Santa María en Cosmedin. Sin embargo, existen muchas más cosas en este lado del Tíber como los templos del Forum Boarium, un ejemplo de templo de la Roma republicana dedicado a Hércules, el Arco de Jano o el Ponte Rotto.
10. Uno de los lugares más emblemáticos donde pasear por las noches y salir de fiesta es la zona del Trastevere. En este barrio se encuentran numerosos bares y restaurantes, concentrados en el Vicolo del Piede pero, sobre todo, es un lugar de reunión para salir por los clubes o ir al cine. La fuente de la Plaza de Santa María es donde suelen quedar los jóvenes, pero el Trastevere esconde más entre sus pintorescas calles como el campanario románico de la iglesia de San Crisogono, la torre medieval de Anguillara.
Otro de los barrios que compite por su actividad nocturna en Roma es el Campo dei Fiore donde, además, se puede cenar en una de sus numerosas pizzerías sin dejar temblando el bolsillo ya que esta zona tiene restaurantes más baratos. Por la mañana, este barrio continúa animado gracias a su vistoso mercado en la misma plaza, además de poder ver la colección de escultura clásica en el Palacio de Farnesina o las pinturas que alberga el Palacio Spada. Asimismo, una de las curiosidades de la zona se encuentra en la entrada de la iglesia de Santa María de la Oración y Muerte. Se trata de dos calaveras con alas que custodian esta basílica dedicada a las ceremonias fúnebres.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo moverse por la ciudad: Puedes ir en Metro, aunque sólo va por el centro de la ciudad y en autobús. Sin embargo, lo mejor para conocer la capital es ir andando o como es costumbre allí, ir en una moto alquilada.
Dónde dormir:
– Westin Excelsior (Sheraton), Vía Vittorio Veneto, 125: Este prestigioso hotel se encuentra en una de las zonas más privilegiadas de la capital, en Vía Veneto. Con un gran servicio, este suele ser el lugar donde se alojan políticos y famosos. El precio de una habitación doble es a partir de 279 euros.
– Rinascimiento, Vía del Pellegrino,122: Este pequeño pero acogedor hotel se encuentra muy cerca de la Plaza Navona. Además de múltiples servicios como su cuidada cafetería y una terraza, cuenta con Wi-fi y garaje. Las habitaciones dobles van de los 135 euros a los 190 según la temporada.
– Carmel, Vía Goffredo Mameli, 11: En la zona del Trastevere, este hotel es perfecto para jóvenes y grupos ya que cuenta con habitaciones dobles, triples y cuádruples. Los precios van desde los 95 hasta los 160 euros.
Dónde comer:
– Romolo nel Giardino di Raffaello e la Fornarina, Vía di Porta Settimiana, 8: Esta antigua casa propiedad de la que se dice fue amante del artista Rafael, cuenta con un hermoso patio cerca de las murallas y la Porta Settimiana, en pleno Trastevere. Comida típica, destacan sus pizzas hechas en el horno al estilo tradicional. Precio medio: 40 euros.
– Caffè Greco, Vía Condotti, 84: Esta cafetería abierta por un inmigrante griego es uno de los lugares históricos de Roma, ya que entre sus paredes han disfrutado de un buen café Listz, Bizet o Wagner o sus espejos, testigos de discusiones literarias como las de Goethe o tertulias con Buffalo Bill. Es evidente con este Café es un lujo para todos los sentidos y también para le bolsillo, aunque el sabor de su café bien merece los dos euros que cuesta el expresso o los seis de un capuccino.
– Trattoria dell Pallaro, Vía Largo del Pallaro, 15: Este restaurante familiar ofrece los mejores platos caseros y típicos de la ciudad eterna cocinados por la «mamma» Paola. Suele basarse en un menú con varios platos para elegir de primero y segundo. Precio medio del menú: 25 euros.
– Zagara, Vía Paola, 26. Este establecimiento, situado al lado del río Tíber entre el Vaticano y la Plaza Navona, cuenta con una sencilla pero cuidada decoración y ofrece menús muy completos por 15 euros. El servicio es bueno y los comensales pueden disfrutar de productos típicos como mozzarella de búfala campana y vinos de la zona. Asimismo, no dejes de probar el pescado.