Daniel Monserrat | Zaragoza www.elperiodicodearagon.com 24/02/2011

El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, inauguró ayer la muestra ‘Romanorum Vita’ de La Caixa.

Dormir en una ciudad romana no era fácil desde que un edicto de Julio César prohibiese la circulación de carros y animales durante el día para evitar accidentes. Eso hacía las calles más seguras pero la consecuencia directa es que la actividad no cesaba en todo el día. Un bullicio que se puede sentir en Romanorum Vita. Una historia de Roma, la nueva exposición que La Caixa inauguró ayer en la carpa de la plaza del Pilar y que estará abierta hasta el próximo 7 de abril. El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch; el secretario general de la Fundación La Caixa, Lluís Reverter y el director ejecutivo territorial de La Caixa en la zona norte, Juan José Muguruza, fueron los encargados de inaugurar la muestra.

Una exposición que reproduce fielmente la vida en una ciudad romana en plena época imperial, en el siglo I. El visitante desembocará directamente en una calle romana nada más entrar en la carpa. A un lado las letrinas públicas comunes en la que las mujeres más pudorosas esperaban a que no hubiera nadie para entrar y dejar a una amiga en la puerta vigilando. Al fondo de la calle, un edificio en ruinas, derruido por un incendio tan habitual en la Roma antigua. En la esquina, los lares compitales, altares en los que se honraba a los dioses cotidianos, colocados siempre en los cruces entre dos calles. Una tienda de comida rápida y una panadería secundan la entrada a la domus (una casa romana siempre de un buen nivel adquisitivo).

LA ´DOMUS´ Cuando las puertas se abren, el visitante atraviesa el fauces (pasillo) entre mensajes de bienvenida (Ave o Cave canem, cuidado con el perro), para llegar al atrio de la casa. Lugar donde el propietario de la casa recibía a sus invitados. La domus está muy cerrada al exterior para evitar, entre otras cosas, los ruidos, la insalubridad y los olores de la calle.

Alrededor del atrio se sitúan diferentes dependencias de la casa, el tablinum (despacho), en el que se guardaban los archivos de valor de la propiedad; el triclinio (comedor), con las tres camas y la mesilla baja donde se tomaban los almuerzos los días de fiesta y la cocina, donde vivía y dormía el propio cocinero, un esclavo más de la familia. La muestra también incluye un cubiculum (dormitorio). Eran habitaciones pequeñas para que se pudieran calentar más rápidamente y apenas contaban con una cama y algún mueble más como un pequeño armario. Toda la exposición, además, está acompañada por una fuerte presencia de olores, que penetran cada una de las estancias con la intención de darle mayor realismo a esta exposición.

Romanorum Vita comienza precisamente en Zaragoza su periplo de seis meses por buena parte de las capitales españolas. «Se trata de un homenaje a esta ciudad que ha sabido reforzar su legado romano», explicó Reverter que, entusiasmado, habló de «una exposición diferente que va a abrir el camino a otras muchas».

La muestra, de entrada gratuita, está abierta de lunes a viernes, de 12.30 a 14 horas y de 17 a 21 horas. Los sábados, domingos y festivos el horario será de 11 a 14 horas y de 17 a 21 horas. Sábados, domingos y festivos habrá visitas guiadas a las 12 horas y a las 18 horas.