Presa de CornalvoCelia Herrera | Mérida | www.hoy.es 21/04/2006

La Confederación Hidrográfica encargó este trabajo a una empresa especializada al constatar la existencia de unas pequeñas filtraciones en el embalse.

Las pruebas no determinan con rotundidad el origen romano de la construcción, aunque aporta datos significativos, como la composición de los materiales.

La presa de Cornalvo, declarada monumento nacional en el año 1912, ha sido sometida por la Confederación Hidrográfica del Guadiana a su primera revisión científica desde su construcción.

Una empresa especializada ha trabajado durante más de un año en la realización de sondeos en diversas partes de la presa, tanto el muro como en sus cimientos, pruebas geofísicas, y también procedimientos técnicos para comprobar su estabilidad de cara a unas necesarias reparaciones.

La aparición de unas pequeñas filtraciones, y la necesidad de adaptar esta presa monumental, aún en uso, a las nuevas normas de seguridad válidas para cualquier embalse de abastecimiento, impulsaron a la Confederación Hidrográfica a convocar un concurso para adjudicar un servicio de consultoría y asistencia para la realización de un estudio de caracterización estructural, de estabilidad y mejora de las condiciones de seguridad.

El concurso fue adjudicado en abril del 2004 a la empresa de ingeniería Typsa, una las más importantes del país en su sector, autora, entre otros proyectos, de la nueva área terminal del aeropuerto de Barcelona, el puerto de Gijón, el intercambiador de Moncloa y el diseño de la nueva línea Metronorte en Madrid.

La incógnita de su origen

El encargo de este estudio despertó muchas expectativas, ya que era la primera vez que se estudiaba en profundidad esta presa histórica, cuyo origen romano fue puesto recientemente en duda por Santiago Feijoo, arqueólogo e investigador del Consorcio de la Ciudad Monumental.

José Manuel Balsa, director del departamento de la División Hidráulica de Typsa, asegura que los resultados de los estudios realizados hasta el momento no son concluyentes respecto al origen romano o no de la presa, pero señala que sí aportan algunos datos significativos que hacen decantarse por la posibilidad de que fuera construida en época romana.

Por ejemplo, el estudio de los materiales con los que se construyó la presa. Los diversos sondeos que se han realizado en el centro del muro han demostrado que el interior de la muralla está relleno del mismo hormigón de cal que se utilizaba en época romana en este tipo de construcciones.

También ha permitido confirmar la hipótesis de que que la estructura interior estaba conformada por una serie de muros longitudinales y transversales que se cruzan, creando una serie de celdillas.

Además, se han estudiado los cimientos de la presa y se ha observado que el embalse está construido sobre un lecho pétreo de pizarra, lo que también contribuye a su estabilidad.

«Cuando empezamos el trabajo, esperábamos tener más suerte en la investigación y encontrar algún trozo de madera al que someter a la prueba del carbono 14, como ocurrió en Proserpina», reconoce Balsa, que se decanta por considerar que la presa tiene un origen romano. «La fábrica del muro puede ser de origen romano, pero no hay elementos científicos que puedan asegurarlo. Personalmente, creo que se trata de un embalse romano, aunque no tan grande como ahora, basándome sobre todo en los elementos que hay alrededor, como la conducción», comenta.

Congreso internacional

Tras terminar el proceso de inspección técnica, el proyecto se encuentra ahora en la fase de redacción definitiva de la memoria de los trabajos realizados, cuyas principales conclusiones serán expuestas próximamente en el 22 Congreso Internacional de Grandes Presas, que se celebrará en junio en Barcelona.

Un adelanto de estos argumentos fue ya presentado el año pasado en el transcurso del segundo Congreso de Historia de las Presas, celebrado en Burgos. La ponencia fue redactada por José Manuel Balsa, la ingeniera Amparo Bernal, y dos técnicos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana de Mérida: Fernando Aranda y José Luis Sánchez Carcaboso.

La empresa Typsa también ha elaborado una serie de propuestas para el arreglo de la presa sin perjudicar el monumento utilizando una pantalla impermeable.

Esta medida, aparte de no causar ningún impacto visual en la presa, permitirá en el futuro poder elevar la cota de agua del embalse garantizando así un mejor abastecimiento de la población de Trujillanos, Mirandilla, San Pedro de Mérida, Aljucén y El Carrascalejo.

La solución propuesta por Typsa está aún pendiente del estudio de impacto ambiental y de la presentación de posibles alegaciones por parte del Consorcio, el Ministerio de Medio Ambiente, y otros organismos. Aplicando esta medida se podrá elevar con garantías el nivel del agua dos metros más, lo que aumenta de forma significativa la capacidad del embalse, según indica el responsable de la división hidráulica de la empresa.

La propuesta también incluye algunas medidas para mejorar las condiciones de seguridad de la presa y un informe arqueológico que sugiere qué clase de estudios podrían abordarse en el futuro.