Rafael Cortés | Málaga www.diariosur.es 31/10/2011
Nerea Arqueología recupera la villa de Cortijo Robledo, que se podrá visitar en la Autopista de Las Pedrizas. El yacimiento, que se encontraba en el trazado de la vía, ha sido trasladado utilizando las últimas tecnologías en 3D.
Viajar utilizando la nueva autopista de Las Pedrizas tiene un doble aliciente. Y es que además de que su uso reduce considerablemente el trayecto para ir al interior de la Península, el desplazamiento se podrá aprovechar muy pronto para contemplar una villa romana de los siglos I al V d. C., la villa de Cortijo Robledo. La intervención realizada por la empresa Nerea Arqueología en colaboración con la UTE Las Pedrizas-Sacyr y bajo la supervisión de la Delegación de Cultura de Málaga de la Junta de Andalucía posibilitará el disfrute de una joya del patrimonio de la provincia que permanecía oculta y que se encontraba justo en el trazado de la nueva vía de comunicación. La recuperación de estos restos, descubiertos en 2008 durante los trabajos de construcción de la autopista, y su puesta en valor para que los ciudadanos lo puedan disfrutar ha requerido, por tanto, la extracción de la villa de su emplazamiento original y su traslado a unos dos kilómetros de distancia, por lo que ha precisado del uso de las últimas tecnologías y de un importante dispositivo técnico y humano, tal y como señala Javier Noriega, gerente de Nerea. Una intervención pionera en nuestro país y a nivel internacional de la que los ciudadanos podrán disfrutar en unos meses.
La villa, situada en el término municipal de Antequera, ocupa unos quinientos metros cuadrados, está formada por unas cuarenta estancias, que originalmente estaban dedicadas a viviendas y a albergar una fábrica de producción de aceite, con una pileta de casi dos toneladas de peso y de grandes dimensiones. El traslado de este elemento y el de las piedras que forman los muros de cada una de estas estancias se ha prolongado durante el último año, dada su complejidad, ya que ha requerido excavar la zona arqueológica, limpiarla y consolidar los muros de piedra para facilitar su traslado a una zona de acopio donde se preparaban hasta colocarlo topográficamente en su nuevo emplazamiento. Al mismo tiempo, tal y como explica el jefe del equipo de arqueólogos y restauradores que ha trabajado en este proyecto, Daniel Florido, la empresa constructora UTE Las Pedrizas-Sacyr se encargó de ‘crear’ una loma artificial en una zona cercana, junto a una de las áreas de servicio de la autopista, y rodeada de olivos, tal y como debiera haber estado el poblado en su época original, lo que le da más valor aún a este proyecto.
Un gran equipo
Una vez terminado este trabajo, el equipo multidisciplinar coordinado por Nerea, formado por arqueólogos, ingenieros, arquitectos, conservadores y topógrafos, se puso a trabajar para volver a poner cada pieza en su sitio. «Un puzzle», en palabras de Javier Noriega, que destaca que en estos trabajos se han aplicado «procedimientos pioneros y tecnología punta» para lograr que cada piedra vuelva a estar en el mismo sitio que estaba en la construcción original. «Todo un reto que viene a demostrar que las empresas andaluzas y malagueñas podemos afrontar estos trabajos complejos», que tal y como argumenta el gerente de Nerea se ha hecho en todas sus fases contando con empresas locales.
Javier Noriega recalca también la importancia que ha tenido en este proyecto la «concienciación» de la Administración y de la empresa constructora para conservar y respetar el patrimonio. Recuerda además que para esta intervención se ha tenido en cuenta la experiencia de Nerea en arqueología submarina, ámbito en el que llevan trabajando muchos años, ya que han empleado el dibujo arqueológico y la tecnología 3D para ver cómo estaban dispuestos los restos originariamente y luego colocarlos exactamente en la misma posición en su nuevo emplazamiento. Así, Noriega explica que se aplicó la tecnología en 3D «de los barridos de sonar «en el mar a tierra, ya que lo primero que hicieron cuando se descubrió el yacimiento fue un «rastreo al centímetro» de cómo estaba todo. Para ello se utilizó un escáner láser 3D, que esta empresa ya ha utilizado en alguna ocasión en sus investigaciones sobre la Puerta de Atarazanas o el yacimiento de las marismas que hay en el conjunto del Cerro del Villar. Un dispositivo pionero, que en palabras de Daniel Florido, también ha usado la Universidad de Granada en algunas de sus investigaciones.
Señala también que este tipo de actuaciones de ‘traslado’ de unos restos o conjuntos arqueológicos tiene algún precedente en nuestro país en el Templo de Debod de Madrid o en el caso del yacimiento de Corominas en Estepona, aunque en ningún caso se ha hecho un desplazamiento de una villa completa que incorpora, en este caso, viviendas y otras infraestructuras.
Patrimonio de gran valor
La finalidad del proyecto ejecutado ha sido la salvaguarda del sitio arqueológico, asegurando con ello la conservación de un patrimonio cultural de gran valor histórico. Para ello se establecieron objetivos de extracción, traslado, montaje y puesta en valor del yacimiento, que han posibilitado la recuperación de los restos y su difusión cultural y turística a través de la creación de una zona arqueológica.
Los trabajos, para los que se ha contado con el asesoramiento de la Universidad de Málaga en el ámbito de la arquitectura, se han realizado en tres fases. La primera, a través de intervenciones que han permitido el posterior traslado del yacimiento completo, como la eliminación de la cubierta de protección, el proceso de documentación, la limpieza superficial, consolidación y protección de los elementos y la creación de bloques y ‘camas’ rígidas para la extracción de los elementos. La segunda fase se centró en el traslado al nuevo emplazamiento y el montaje de los elementos, para lo que se realizó el traslado garantizando en todo momento la estabilidad de los mismos. Luego se procedió al montaje del yacimiento en su nueva ubicación usando la documentación previa, y ahora se ha entrado en la tercera fase, que consiste en la puesta en valor del yacimiento para permitir su visita, donde la concesionaria de la autopista (Guadalcesa) es partícipe.
Propiedad agrícola
La villa de Cortijo Robledo es un yacimiento de época romana. Su cronología se adscribe a la Edad Antigua, durante la época del Alto y Bajo Imperio romano, pudiendo constatarse un periodo de ocupación continuado que se inició en el siglo I d. C y que se prolongó hasta el siglo V.
Se trata de una propiedad agrícola que constituye uno de los ejemplos más notables de edificación romana, las villae. Este tipo de complejos eran estructuras socio-económicas fundamentales para favorecer el mantenimiento de la explotación del territorio rural en Hispania. Tras la conquista efectiva por parte de Roma se genera un periodo de estabilidad que permitió su ordenación, creándose entonces una amplia red de calzadas a través de las cuales el campo dejó de ser un territorio aislado para integrarse en los circuitos comerciales y culturales del Imperio.
La villas romanas son un elemento fundamental en el proceso de expansión y culturización romana a través del territorio peninsular, y su estudio y conservación permiten conocer los esquemas de funcionamiento de la vida rural en la época romana, así como técnicas constructivas, arte, creencias, etc. Poseen por lo tanto gran relevancia arqueológica e histórica, dado que representan un patrimonio cultural que forma parte de una época determinante en el devenir histórico, no solo de España sino también a nivel europeo. La expansión territorial y cultural romana desempeñó un papel esencial en el surgimiento de tradiciones y valores culturales que continúan presentes en todos aquellos territorios a los que alcanzó el proceso de culturización romana y que forman parte en la actualidad de una identidad común.
FUENTE: http://www.diariosur.es/v/20111031/cultura/proxima-salida-imperio-romano-20111031.html