Sofía (Bulgaria) | EFE 29/06/2007

Un proyecto faraónico elaborado por un arquitecto búlgaro busca rescatar del fondo de una presa las ruinas de la antigua capital tracia de Seuthopolis, fundada hace veinticinco siglos, mediante la construcción de un anillo que la circunde y la convierta en un pozo seco en medio de las aguas.

A una profundidad de entre 19 y 24 metros bajo las aguas de la presa Koprinka, en el sureste de Bulgaria, se encuentra hoy la única ciudad tracia descubierta en su totalidad, que el soberano Seuthes III mandó erigir en el siglo IV a.C. como su capital.

Los tracios fueron un pueblo indoeuropeo que habitó la parte oriental de la península balcánica, en lo que es hoy Bulgaria, el norte de Grecia y el noroeste de Turquía, desde el siglo X a.C. hasta el siglo I d.C., cuando se produjo su romanización.

Entre los Estados tracios uno de los más famosos en su época fue el de Seuthes III, que alrededor del año 323 a.C. mandó erigir su capital, a la que dio el nombre de Seuthopolis.

Inicialmente, los arqueólogos se toparon con dos túmulos tracios que les hicieron pensar que cerca podría haber una ciudad que utilizara esos sepulcros, y esto los impulsó a buscarla.

Así, encontraron primero vestigios de los muros de dos metros de ancho de la ciudad fortificada, luego una torre, una ciudadela, un palacio y así fue quedando al descubierto toda la ciudad, que ocupaba una superficie de cinco hectáreas y donde residía la corte y la administración.

No hay otro proyecto parecido en el mundo, ni diseñado ni realizado. El anillo estará a una distancia de entre 300 y 500 metros de las riberas de la presa y a él se accederá en embarcaciones, por lo que su parte superior, que tendrá 15 metros de ancho, hará las funciones de muelle.

En la parte del anillo habrá incluso un hotel y un museo cuyas ventanas se abrirán a la ciudad y a la presa. Se calcula que su construcción puede costar entre cien y ciento veinte millones de euros.

El arquitecto Tilev asegura que el proyecto podrá realizarse en tres años: uno para secar la presa y hacer el anillo, y dos más en los que constructores y arqueólogos completarán el trabajo.