Robin Pomeroy | Roma | REUTERS 24/07/2007

Un grupo de arqueólogos ha descubierto una mansión para magnates a las afueras del centro de Roma que estaba dotada de su propio complejo de baño, el equivalente en la Antigua Roma a la posesión de una flota de Ferraris o un jet privado.

«Éste es un complejo de baño muy impresionante y muy bien conservado que perteneció a Quintus Servilius Pudens, un multimillonario amigo del emperador Adriano», dijo Darius Arya, un arqueólogo estadounidense que está dirigiendo las excavaciones.

El yacimiento de la Villa delle Vignacce, junto al aeropuerto de Ciampino, al sur de Roma, fue explorado por primera vez en 1780 por un grupo de arqueólogos que encontró estatuas que hoy día pueden verse en el museo del Vaticano.

Pero sólo ahora que el área, situada en el centro de un parque de la periferia, ha sido propiamente excavada, se han revelado no sólo los previsibles muros, suelos y portales de la villa de múltiples plantas, sino también el sorprendente hallazgo de los lujosos baños.

«Es muy impresionante haber descubierto algo así de bien preservado en este día y esta era», manifestó Arya, señalando el suelo de marfil del ‘caldarium’ de la villa, una habitación similar a la sauna que era calentada por aire caliente introducido entre los muros desde un horno alimentado por los esclavos del dueño de los terrenos.

La habitación también disponía de una bañera de agua caliente, aunque el caldero de bronce usado para mantener el agua de baño a una elevada temperatura fue extraído hacía mucho tiempo por los saqueadores.

La villa muestra muchos signos de daños similares, como fragmentos de marfil abandonados después de que la valiosa piedra se desprendiera de los muros cuando la villa cayó en desuso. La última vez que fue usada fue probablemente en el siglo VI d.C., convertida en una fortaleza por los Godos que saquearon Roma.

Cerca del ‘caldarium’ están las letrinas comunes, donde una docena de invitados podían realizar sus necesidades fisiológicas mientras disfrutaban de compañía y conversación.

Servilius, que probablemente hizo su fortuna fabricando bloques (uno de los principales materiales de las construcciones romanas), habría usado los baños para celebrar lujosas fiestas para impresionar a sus amigos, explicó Arya, presidenta del Instituto Estadounidense de Cultura Romana. «Él quiere tener cientos de fiestas, quiere mostrar al mundo toda su riqueza y sofisticación», añadió.

No todo el mundo estaba invitado. En la parte más profunda de la excavación, túneles subterráneos evidencian el lugar donde los esclavos de la villa trabajaban, escondidos a la vista de las clases altas que disfrutaban de su tiempo libre sobre los suelos de mosaicos de la parte de arriba.