Ángel Gómez Fuentes www.abc.es 22/05/2014
Las casas pertenecían a ricos propietarios y en ellas hay mosaicos y frescos nunca vistos.
Pompeya muestra al mundo pinturas espectaculares y mosaicos jamás vistos anteriormente. Tras largas tareas de restauración, el público podrá conocer la apasionante historia del arte y de la vida cotidiana de una época que guardan tres casas de la ciudad romana sepultada por las cenizas del Vesubio en el año 79 d.C.
Después de muchos sinsabores y críticas, porque durante largo tiempo el parque arqueológico más importante y famoso del mundo solo ofrecía noticias sobre sus derrumbes, robos y enormes deficiencias, ahora finalmente Pompeya responde con la grata noticia de la ampliación de la oferta de sus espectaculares tesoros.
Una de las casas pertenecía a Marcus Lucretius Fronto, un exponente de la alta de Pompeya, una de las familias más importantes de la ciudad, con una brillante carrera política. Considerada de modestas dimensiones (unos 460 metros cuadrados), cuenta con unos decorados de gran calidad. Sus frescos son tan refinados que podían ser la envidia incluso de Roma. Llaman la atención los cuadros principales que representan el triunfo de Baco y Arianna y los amores de Venus y Marte; los medallones con retratos de jóvenes, quizás los hijos del mismo Fronto; y los cuadritos, como si fueran postales, colgados de candelabros, con pinturas que muestran la costa y grandes villas a dos pasos del agua.
También pertenecían a dos familias distinguidas de Pompeya las otras domus que se han abierto por primera vez: la de Trittólemo y la de Rómulo y Remo. El nombre de esta última deriva de un fresco con la loba que amamanta a Rómulo y Remo, destruido por los bombardeos de los aliados en 1943. Las escaleras de mármol en la entrada y los objetos que se encontraron, finamente elaborados (un taburete de bronce, una caja fuerte) son un simple reflejo del alto nivel de vida de esta familia. En una de las habitaciones se encontraron cinco víctimas de la erupción del Vesubio, una de las cuales apretaba en su mano derecha una bolsa con monedas de oro y de plata, y en la izquierda tenía un anillo de oro y otro de bronce con una sigla referida a la importante familia romana Fabia, de la que procedían los sacerdotes que organizaban las fiestas para celebrar los orígenes de Roma.
Una casa suntuosa
La domus de Trittólemo era ya en el siglo II a.C. una suntuosa casa con dos atrios y dos peristilos, compuesta de un sector de representación y otro privado. El nombre de la casa lo recibe de un célebre fresco de Trittólemo, héroe de la mitología griega encargado de transmitir el arte de la agricultura. Después del 80 a.C., esta domus se transformó en una única propiedad junto a la domus de Rómulo y Remo, con modificaciones estructurales y renovación de las decoraciones, lo que testimonia, todavía hoy, la riqueza y la importancia del estatus de su propietario.
Quienes habitaban este tipo de casas (propietarios de tierras, comerciantes, políticos, exesclavos que habían hecho fortuna) vivían con un estilo de vida que se podía comparar con el de los senadores romanos: leían, se relajaban en las termas, viajaban, apreciaban el arte, amaban el teatro y los espectáculos de gladiadores.
FUENTE: http://www.abc.es/cultura/20140522/abci-pompeya-mosaicos-vesubio-201405202135.html