El escritor denunció en los Martes Literarios de la UIMP «la falta de credibilidad de la UE que está perdiendo la ocasión de ser quien dice ser»

Rosa M. Ruiz www.eldiariomontanes.es 29/07/205

Hace ya 31 años que Pedro Olalla dejó su Asturias natal para instalarse en Grecia con el objetivo de vivir ‘in situ’ todo lo que siempre ha estudiado y admirado, y no lo hizo ‘deslumbrado’ por su civilización «mi interés por lo griego fue un lento proceso de seducción, una especie de cultivo y una expectativa que ya no me ha abandonado». Un horizonte que se ha materializado en una serie de libros, entre ellos ‘Historia menor de Grecia’ (2012),’Grecia en el aire’ (2015), ‘De senectute politica’ (2018) y el último de ellos ‘Palabras del Egeo’ (2022). El autor anunció que se reeditará el próximo otoño su ‘Atlas Mitológico’. Todos ellos combinan su experiencia personal con el ensayo. Una obra –también ha dirigido varios trabajos audiovisuales– y es profesor, pero, sobre todo, en un bagaje literario y personal del que habló ayer, en el Paraninfo de La Magdalena, en una nueva sesión de los Martes Literarios de la UIMP que patrocina El Diario Montañés y que se volvió a llenar de público.

En un coloquio dirigido por Guillermo Balbona, redactor jefe de Cultura de este mismo periódico, Olalla dio buena muestra de sus conocimientos sobre el país en el que reside, sobre su historia, y sobre todo dejó una buena ristra de reflexiones. «Se está poniendo de manifiesto nuestra credibilidad como seres civilizados», señaló al principio de la sesión en relación a los conflictos bélicos que sufre el planeta «56 ahora mismo que afectan a un cuarto de la población. La UE está perdiendo la ocasión de ser quien dice ser», aseguró. En este sentido afirmó que sigue creyendo que «la única civilización posible es la que une a los hombres contra la barbarie. Hay que preferir lo que realmente es bueno de lo que nos conviene y esto es una actitud de resistencia contra nuestras más bajas pulsiones y contra lo que nos viene impuesto desde fuera» aseguró y esos espacios para la resistencia, apostilló, «son imprescindibles porque la civilización es algo que hay que defender cada día».

Grecia

«Me interesa sobre todo porque nos ha dejado una actitud, la de la búsqueda del saber en libertad»

Para Olalla, que también tiene claro que su interés por Grecia se debe principalmente a que «nos ha dejado una actitud: la de la búsqueda del saber en libertad», la búsqueda de la verdad también es muy necesaria. «Asistimos a una época en la que desgraciadamente la verdad no es relevante y lo estamos viendo en las crisis más recientes: las políticas, las bélicas, las económicas… Ya no se valora tener un espíritu crítico y somos más propensos a tener fe en un relato dominante que a buscar la verdad» y es que, según dijo « históricamente tiene mucha más relevancia ser capaz de imponer el relato que sostener la verdad y eso hace que la verdad sea revolucionaria y un acto de resistencia. Lo alarmante es que cada vez existen más herramientas para construir relatos que parecen verdaderos».

La democracia

«Dejó de encajar con su origen desde el momento en que el poder económico conquistó la política»

En cuanto a la democracia, Olalla sostuvo que las que conocemos en la actualidad no tienen nada que ver con el sistema que nació en Grecia. «Más bien es lo contrario» un modelo que nació para que «el hombre pueda realizarse como ser político, para aproximar gobernantes a gobernados y entre todos defender el poder común». Ahora, lamentó, «el poder económico ha conquistado el poder político y lo más grave es que nos han hecho creer que es bueno que los agentes económicos se hayan hecho con el poder y esto es la negación de los principios de la democracia».

Esa resistencia de la que tanto habló también la lleva al mundo de la educación pues tal y como lamentó: «las tendencias van en la línea de desacreditar las humanidades pese a que renunciar a ese legado significa privar de la posibilidad de conocer un mundo diferente y mejor pues nos proporcionan más conocimientos, capacidad crítica, memoria… e incluso nos sirven para combatir el egoísmo». Y también se refirió a la importancia de preservar la memoria, «la historia es a la humanidad como la memoria es al hombre. Demoler el pasado se hace por ignorancia o porque conviene. Comprender el pasado nos ayuda a entender las causas de las cosas. Además es parte inherente del presente y de lo que dejaremos al futuro». Con respecto a la Grecia actual señaló que «es consciente de la importancia de su historia, de su civilización y ha tenido que vivir con ese espectro su cabeza y medirse sobre ese ideal y con una carga onerosa. Los griegos entre ellos critican todo esto, pero de cara al exterior, que nadie les toque esa herencia».

FUENTE: www.eldiariomontanes.es