Madrid.
La
Sociedad
Española
de
Estudios
Clásicos
(SEEC)
ha
pedido
al
presidente
del
Gobierno,
José
Luis
Rodríguez
Zapatero,
que
«esté
permanentemente
vigilante»
para
que
su
compromiso
con
las
Humanidades,
manifestado
en
la
Primera
Conferencia
Iberoamericana
de
Rectores,
organizada
por
Universia,
se
mantenga
«en
el
punto
de
llegada»
de
la
reforma
del
catálogo
de
las
titulaciones
para
la
creación
de
un
Espacio
Europeo
de
Educación
Superior
(EEES).
«Que
su
compromiso
no
se
quede
en
buenas
palabras
y
propósitos
y
se
pierda
en
la
selva
de
las
subcomisiones»,
ha
declarado
el
presidente
de
la
SEEC,Antonio
Alvar,
quien
ha
recibido
con
«alegría
y
esperanza»
el
respaldo
público
de
Zapatero
a
las
enseñanzas
humanísticas
en
todo
el
sistema
educativo.
«Nos
congratula
porque
abre
unas
expectativas
que
esperamos
que
no
sean
defraudadas»,
dijo
Alvar.
El
presidente
de
la
SEEC
explicó
que
siempre
que
se
realizan
cambios
universitarios
o
en
la
Educación
Secundaria,
los
profesionales
de
Humanidades
se
echan
«a
temblar»
porque
se
habla
de
las
necesidades
del
mercado
y
se
plantean
las
enseñanzas
humanísticas
como
una
cuestión
«irracional».
Alvar
criticó
asimismo
que
se
dibuje
el
Grado
como
una
vía
de
inserción
«rápida»
en
el
mercado
laboral,
puesto
que
la
Universidad
no
es,
en
su
opinión,
la
«antesala»
de
la
empresa,
sino
que
es
el
centro
donde
formar
intelectuales
para
que
puedan
trabajar
en
distintos
puestos
de
trabajo
ante
un
mercado
«cambiante».
Criterios
objetivos
Además,
el
presidente
de
la
Sociedad
de
Estudios
Clásicos
ve
en
los
«muy
avanzados»
trabajos
del
anteproyecto
de
Ley
Orgánica
de
Educación
(LOE)
«poco
margen»
para
ensalzar
las
Humanidades.
«Ojalá
en
los
reales
decretos
de
desarrollo
se
concreten
más
apoyos
a
las
Humanidades»,
concluyó.
Las
declaraciones
de
la
SEEC
se
suman
a
la
declaración
de
los
Departamentos
de
Historia
del
Arte
que
reclaman
de
la
Subcomisión
de
Humanidades
que
incluya
en
sus
propuestas
de
titulaciones
un
título
de
Grado
en
Historia
del
Arte.
Además
piden
que
el
mencionado
grupo
de
trabajo
considere
la
opinión
de
los
rectores
de
las
Universidades
que
imparten
estos
estudios;
que
hagan
públicos
los
criterios
objetivos
en
la
elaboración
de
los
títulos
y
que
se
tenga
en
cuenta
el
Libro
Blanco
de
Historia
del
Arte
elaborado
con
la
ayuda
de
la
Aneca.