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06/05/2005

E. Sainz ● www.eltelegrafo.org

El yacimiento romano de Miaccum en Collado Mediano
El principio de un gran descubrimiento tras la incomprensión. El yacimiento podrá ser visitado este verano.

Miaccum, ésta es la palabra clave y el gran descubrimiento después de un siglo de pesquisas y tres años de excavaciones en el yacimiento romano de Collado Mediano. Allí, Jesús Jiménez al frente de un equipo de arqueólogos saca a la luz la existencia de una mansio o posada romana construida entre los siglos I-V d.C.

Tras los trabajos de excavación se han descubierto los vestigios de un gran edificio de planta cuadrangular con una superficie superior a los 200 m2 y compartimentada, a modo de damero, en varias habitaciones. Ya se han excavado por completo las dos correspondientes al complejo termal, la cocina y un patio distribuidor y están en proceso de excavación otras dos habitaciones situadas junto al pórtico de acceso, comunicadas mediante un pasillo con el patio distribuidor.

Reposo de viajeros

La posada, de dos plantas probablemente, contaba con los elementos necesarios para restablecer el cansancio al viajero después del arduo descenso de la Sierra de Guadarrama o justo antes de su ascenso camino de las tierras de la Meseta Norte. Así encontramos el complejo termal, formado en este caso por dos habitaciones calefactadas mediante hipocaustum, suelos huecos que se sustentaban mediante la suspensura. El caldarium, estancia ubicada junto al horno y que daba acceso inmediato al tepidarium, donde las evidencias halladas hacen suponer la existencia de un suelo pesado –tal vez marmóreo- y una natatio.

En la cocina, aneja al complejo termal, se localiza un suelo de barro apisonado (opus signinum), una pequeña cisterna o impluivium y, construido sobre el derrumbe que colmató esta estancia, un horno circular. En la construcción de este último se emplearon elementos procedentes del complejo termal, lo que hace suponer que las termas quedaran arruinadas a causa de un incendio.

Miaccum era reposo para los viajeros que venían de lejos y para sus bestias. Aquí podían comer, tomar un baño, dormir y seguir al día siguiente el camino.

Tres fases diferenciadas

El edificio tiene tres fases diferentes de construcción. La primera totalmente arruinada. Una segunda fase, la más importante, a juzgar de los expertos, que se reconoce por los muros de argamasa de cal de color blanco y que corresponden al edificio principal, con dos estancias y el pasillo. Esta segunda construcción, que pudo ser aniquilada de manera accidental o intencionada por un incendio, queda fuera de uso. Y una tercera fase en la que solo queda en uso una habitación que era antiguamente la cocina. Las fechas entre la primera y la tercera fase se sitúan entre los siglos I y V d.C.

La calzada

Junto a este edificio se ha detectado la presencia de un trazado viario empedrado conservado en buenas condiciones y que se puede asimilar al trazado original de la calzada que atravesaba la Sierra de Guadarrama de Norte a Sur.

Todas las investigaciones hechas por el equipo de arqueólogos han confirmado que el camino por el que se accede al yacimiento es una calzada romana, una de las vías más importantes de comunicación de la época, dentro de la Comunidad de Madrid. La denominada por los arqueólogos Vía 24 del Itinerario de Antonino e incluida en el repertorio de caminos del siglo II d. C., lo que ahora sería una guía de carreteras o turística. Esta vía empedrada que, según las primeras investigaciones hechas por el equipo de Jesús Jiménez, estaría en muy buen estado, transcurría desde Mérida, incluía una parada en Segovia para subir otra vez hasta Zaragoza. También se sabe que tiene una continuidad, pasa por el yacimiento y cruza hacia la zona de Alpedrete y de Collado Villalba. Igualmente en esta “guía” se refleja la existencia de la Posada de Miaccum, como lugar de parada. Todas las pesquisas hechas hasta ahora indican que la calzada famosa que bajaba de la Fuenfría enlazaba Segovia con Miaccum. Queda mucho por excavar en las tierras más cercanas y en las fincas aledañas.

El hallazgo

El descubrimiento de Miaccum va a ofrecer la posibilidad de localizar el resto de las posadas romanas que conocemos por su nombre pero no ubicamos Los expertos dicen que tan solo hay que trazar los kilómetros (millas en época romana) de distancia que separan una de otra para saber en qué lugar se encuentran. “Ha sido una gran sorpresa”, asegura el investigador y director del servicio de Arqueología, Jesús Jiménez, por el estado de conservación en el que se encuentra y porque está en la Sierra de Madrid, que no es muy prolija en yacimientos de cronología romana.

Romanos muy listos

Los romanos consideraron probablemente que el enclave era fantástico: tiene un río cerca (arroyo de Los Linos), tierras cultivables próximas, lo que les permitía cierta autosuficiencia para que los viajeros y sus bestias tuvieran provisiones de comida y bebida. Y además en tiempos prerrománicos se piensa que en la zona había un explotación minera. Por lo tanto, un lugar con cierto interés también para épocas anteriores. El director de los trabajos, poniéndose en la mente del “ingeniero” romano que diseñara la posada, asegura que la razón es que es el lugar más cercano, accesible y tranquilo del paso de Sierra, antes de conectar con el viaje de bajada hacia Madrid, “es un punto intermedio necesario”.

La historia

Si damos marcha atrás en el tiempo, se ha puesto en valor un yacimiento conocido por la práctica totalidad de los mayores de Collado Mediano: El Beneficio. Y si nos alejamos más, se sabe que hubo algún párroco de la localidad en los años 70 y algún maestro de escuela que hicieron aquí sus indagaciones, porque les llamaba la atención las “ruinas” que había.

Ciertamente estaba en la mente de las personas de Collado Mediano y en el ayuntamiento, la idea de que pudiese datar de la época romana; así lo publicó, al menos, un investigador, aunque no ha habido constancia hasta que no se comenzó a excavar en 2002. “La gente lo tenía en la cabeza, pero no pensaban que podía tener la importancia que hoy se le atribuye”, señala Jiménez; hasta el punto, que se utilizaba como campo de entrenamiento de motocross. Esto da idea del interés o desconocimiento de su existencia por parte de muchas personas.

Afortunadamente, esta actividad motera no ha afectado al yacimiento por encontrarse bajo una tierra de compactación muy dura. Sin embargo, pudo sufrir graves daños con las extracciones mineras de pórfido de principios del siglo XX.

Visitas en verano

El equipo que compone el servicio de Arqueología ha visto cómo sus vecinos han comprendido la labor de su trabajo. “La gente a veces no sabe lo que se va a hacer cuando lo que ve es tierra que hay que ir removiendo”. Para el grupo de arqueólogos resulta apasionante “cuando de las pesquisas salen cosas con cierto orden y belleza aunque sea una ruina, porque al final la gente empieza a concienciarse y a sentir un cierto orgullo. En primer lugar porque es parte de su historia y, porque el Imperio romano eligió Collado Mediano por algo”.

Este verano, el Ayuntamiento de Collado Mediano se plantea hacer visitable el yacimiento, con investigadores y arqueólogos trabajando in situ. Se están programando una visitas guiadas para adultos y escolares. “Queremos dar a conocer lo que hacemos, porque nuestras pesquisas las paga el ciudadano y hay que devolverle el yacimiento, no solo como ruina o con una mínima explicación. Hay que darle la oportunidad de entender el trabajo de los arqueólogos”, apostilla el director del proyecto.

Llamadas al orden

Pero también ha habido incomprensión por parte de sus colegas. Cuando el equipo de Jesús Jiménez fue a divulgar la noticia a través de una página de Internet, con el objetivo de dar a conocer al mundo de los expertos lo que se estaba haciendo, recibieron llamadas de atención, más que de apoyo, por parte de arqueólogos de renombre, quienes le comunicaron que tan solo accederían a valorar el hallazgo, si quedaba constancia de sus nombres como descubridores del yacimiento. “Todas las llamadas se han efectuado para interesarse por lo publicado, ninguna ha venido a conocer in situ el yacimiento”, dice Jiménez; se echa en falta el apoyo y la llamada de alguno de esos arqueólogos que nos han formado”, añade.

GLOSARIO

  • Caldarium: habitación del agua caliente. Daba acceso a la sala de agua templada.
  • Hipocaustum: suelo hueco por los que circulaba el aire caliente procedente del horno ajeno
  • Impluvium: pequeña cisterna para captación de aguas
  • Natatio: pequeña piscina
  • Mansio: posada
  • Opus signinum: suelo de barro apisonado
  • Suspensura: pequeñas columnas obtenidas por el apilamiento de ladrillos cuadrangulares.
  • Terra sigillata: vajilla fina romana
  • Tepidarium: suelo pesado, probablemente marmóreo.
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