Thaleia
recreará
en
'Tarraco
Viva'
cómo
se
separaba
una
pareja.
La
séptima
edición
de
las
jornadas
de
reconstrucción
histórica
Tarraco
Viva
se
iniciará
el
próximo
martes,
con
una
conferencia
dedicada
al
poeta
Publio
Ovidio.
La
participación
de
los
grupos
tarraconenses
será
este
año
más
amplia
y
el
espectador
podrá
conocer
aspectos
de
la
vida
pública,
como
la
fórmula
que
se
empleaba
para
proceder
al
divorcio
de
una
pareja.
El
divorcio
fue
hasta
hace
muy
pocos
años
un
tema
tabú
en
el
Estado
y
aún
hoy
algunos
sectores
son
reacios
a
aceptarlo.
En
la
Tarraco
de
hace
2000
años
era,
sin
embargo,
una
práctica
habitual.
El
grupo
de
reconstrucción
histórica
Thaleia
mostrará
el
entramado
de
un
divorcio
en
época
romana,
en
representaciones
que
se
llevarán
a
término
los
días
27
y
28
de
mayo
en
las
instalaciones
del
Circo.
La
representante
de
Thaleia,
Mercedes
Tubilla,
ha
explicado
que
el
divorcio
«era
algo
natural
y
normal»,
hasta
el
extremo
que
«incluso
lo
podían
solicitar
las
mujeres».
En
la
negociación
de
un
divorcio
intervenían
una
serie
de
factores
económicos
y
personales.
«En
el
caso
que
presentaremos,
se
trata
de
una
mujer
que»,
como
era
preceptivo,
«entrega
una
carta
a
un
liberto
para
que,
en
mano,
se
la
haga
llegar
al
cónyuge».
Una
vez
presentada,
«de
cara
a
la
sociedad
ya
se
daba
a
la
pareja
por
separada,
pero
quedaban
por
definir
otros
aspectos,
como
la
situación
legal
del
reparto
de
propiedades
y
el
futuro
de
los
hijos».
En
la
representación
«mostramos
todos
los
pasos
que
se
daban,
para
romper
con
los
tópicos
y
demostrar
que
la
romana
era,
en
estos
aspectos,
una
sociedad
avanzada,
y
que
los
trámites
del
divorcio
eran
muy
parecidos
a
los
actuales».
Las
personas
que
acudan
a
la
reconstrucción
recibirán,
en
primer
término,
una
explicación
introductoria
con
imágenes
comentadas.
Fue
a
partir
del
siglo
II
cuando
la
mujer
se
quedaba
directamente
con
la
custodia
de
los
hijos
«si
demostraba
que
el
marido
no
era
apto
para
cuidarlos,
mientras
que
la
mujer
tenía
que
argumentar
que
no
era
adúltera
y
disponía
de
patrimonio»,
comentó
Tubilla.
Una
característica
que
solía
coincidir
en
las
mujeres
que
solicitaban
separarse
del
marido
es
que
eran
personas
que
«no
dependían
económicamente
del
cónyuge».
Tres
ejemplos
de
boda
La
sociedad
romana
disponía
de
diversas
fórmulas
para
legalizar
la
relación
de
una
pareja.
El
grupo
de
reconstrucción
Nemesis
presentará
en
el
marco
de
«escenas
de
la
vida
cotidiana»,
en
el
Fòrum
de
la
Colònia
los
días
27
y
28
de
mayo,
las
bodas
en
época
romana.
La
representante
de
Nemesis,
Reis
Fabregat,
explicó
que
las
representaciones
«las
hacemos
de
una
manera
muy
didáctica
y
apoyamos
los
textos
con
imágenes.
Si
hablamos
del
vestido
de
una
novia,
ponemos
una
pintura
y
la
explicamos,
detallando
la
simbología
del
peinado,
del
propio
vestido
o
de
otros
elementos
del
ritual».
Nemesis
recreará
en
Sacra
Nuptialia
tres
modalidades
de
boda,
que
solían
ser
las
más
habituales:
usus,
coemptio
y
confrarreatio.
En
tiempos
de
Tarraco
«los
matrimonios,
sobre
todo
entre
miembros
de
las
clases
altas,
estaban
dominados
por
intereses
familiares,
no
por
amor»,
dijo
Fabregat.
Usus
equivaldría
en
la
actualidad
«a
un
matrimonio
de
hecho.
Al
cumplirse
un
año
desde
que
la
pareja
vivía
junta
o
se
demostraba
que
la
mujer
llevaba
ese
tiempo
durmiendo
en
la
cama
del
hombre,
se
consideraba
casada».
Por
otra
parte,
coemptio
«era
un
contrato
y
vendría
a
ser
como
una
boda
civil
actual»,
con
un
ritual
bastante
sencillo.
La
reconstrucción
de
Nemesis
de
este
año
se
centrará
en
una
confrarreatio,
«de
la
que
conocemos
muchos
elementos
que
intervenían
en
el
rito,
como
la
partición
de
un
pan,
la
invocación
a
los
dioses
o
la
lectura
de
auspicios
para
saber
si
los
dioses
eran
propicios
al
enlace».
«Era
la
boda
en
la
que
se
ponían
en
práctica
más
rituales.
Debido
a
lo
costoso
y
laborioso
de
su
organización,
dejó
de
celebrarse»,
remarcó
Fabregat,
para
añadir
que
«la
gente
optó
por
bodas
más
sencillas».
Fabregat
resaltó
que
algunas
escenificaciones
de
los
enlaces
eran
similares
a
las
actuales,
como
cuando
los
amigos
del
novio
«entraban
a
la
novia
en
brazos
en
la
casa
-hoy,
en
teoría,
lo
hace
el
novio-
o
el
hecho
que
los
niños
tirasen
nueces
-hoy
es
arroz-,
una
acción
que
simbolizaba
el
deseo
de
fertilidad.