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30/05/2005 |
A. B.
Hernández
● www.abc.es |
El
Ayuntamiento
de
Segovia
encarga
un
nuevo
plan
de
mantenimiento
del
Acueducto
e
ignora
el de
2000 |
El
Plan
Director
de
la
Restauración
elaboró
durante
nueve
años
una
base
de
datos
con
más
de
50.000
fotografías,
mediciones
con
ultrasonidos,
registro
de
los
desplomes
y
fisuras,
etc.
Debía
ser
«notario»
de
la
vida
del
Acueducto
El
Plan
de
mantenimiento
y
conservación
propuesto
por
el
documento
de
fin
de
obra
de
la
restauración
del
Acueducto
es
muy
claro
en
sus
recomendaciones
y
con
el
fin
de
no
tener
que
«hacer
intervenciones
extensivas
e
intensivas
cada
cuarto
de
siglo»
fija
un
decálogo
de
labores
con
la
frecuencia
aconsejable
para
cada
una
de
ellas.
Hace
poco
más
de
un
año,
ABC
informó
de
que
el
Ayuntamiento
de
Segovia
había
incumplido
este
plan
desde
que
en
1999
concluyeran
las
obras
y
que
las
intervenciones
realizadas
al
monumento
se
habían
hecho
a
partir
de
entonces
«según
el
criterio
del
concejal
de
Obras»,
que
por
aquel
entonces
era
Luciano
Municio.
Movida
por
«una
obligación
moral»,
como
explicó
a
este
periódico
el
director
de
la
Obra
Social
de
Caja
Segovia,
Malaquías
del
Pozo,
la
entidad
de
ahorro
de
la
ciudad
ofreció
su
colaboración
de
manera
inmediata
y
con
una
propuesta
de
financiación
de
la
vigilancia
del
Acueducto
se
comprometió
a
aportar
los
18.000
euros
que
se
estimaban
podría
costar
la
aplicación
de
las
medidas
de
supervisión,
una
ayuda
que
continuaría
en
el
tiempo
«siempre
que
el
Ayuntamiento
cumpla».
Pues
bien,
todas
y
cada
una
de
las
medidas
incluidas
en
el
decálogo
de
mantenimiento
original
dependen
para
su
«validez»
de
la
ejecución
del
último
punto
del
documento,
donde
se
recuerda
la
necesidad
de
«anotar
en
la
base
de
datos
las
nuevas
mediciones
y
reparaciones».
Pero
¿a
qué
base
de
datos
se
refiere?
Uno
de
los
trabajos
más
complejos
desarrollados
durante
los
años
que
duró
la
restauración
del
Acueducto
fue
la
elaboración
de
esta
base
de
datos.
En
ella
se
recogen
los
estudios
de
la
piedra
realizados
para
la
intervención,
las
mediciones
de
ultrasonidos,
el
seguimiento
de
los
desplomes,
la
trayectoria
de
las
fisuras,
más
de
50.000
fotografías
de
detalle...
Pero
ni
el
Ayuntamiento
de
Segovia
ni
la
Junta
de
Castilla
y
León
la
tienen
en
su
poder,
con
lo
que
el
documento
básico
con
la
referencia
temporal
para
llevar
a
cabo
una
correcta
vigilancia
permanece
«desaparecido»
a
efectos
oficiales.
Estudio
sobre
estudio
Hace
apenas
una
semana,
la
concejal
de
Patrimonio
del
Ayuntamiento
segoviano,
Concepción
Domínguez,
anunciaba
las
negociaciones
con
la
Universidad
de
Salamanca
para
realizar
un
estudio
de
la
piedra
y
subrayaba
el
esfuerzo
realizado
en
este
tiempo
por
recabar
toda
la
información
posible
sobre
el
estado
de
la
edificación
romana
para
poder
detallar
el
plan
de
mantenimiento
de
2005,
ignorando
así
el
documento
elaborado
en
el
marco
de
una
obra
que
en
los
años
noventa
ya
costó
mil
millones
de
pesetas
y
priorizando
el
nuevo
protocolo
redactado
por
«Arquitectura
y
Conservación
de
documentos.
S.L».
Preguntado
al
respecto,
el
arquitecto
que
dirigió
la
gran
restauración,
Francisco
Jurado,
reconoce
que
sólo
él
conserva
el
compendio
de
datos
y
se
lamenta
de
que
nadie
haya
acudido
a
él
para
conocer
los
detalles
técnicos
de
una
obra
de
ingeniería
milenaria
que
conoció
a
fondo
durante
los
nueve
años
que
duró
la
intervención.
Pero
su
afirmación
provoca
inmediatamente
varias
preguntas:
¿Cuál
será
la
referencia
utilizada
por
el
nuevo
equipo
de
restauración
para
determinar
las
necesidades
de
actuación?
¿Por
qué
nadie
ha
preguntado
por
este
ingente
trabajo?
Proyectos
en
el
olvido
Por
su
parte,
la
concejal
de
Patrimonio,
Concepción
Domínguez,
aclara
que
todo
el
trabajo
realizado
hasta
ahora
es
básicamente
de
conservación
preventiva
y
que
el
olvido
de
los
últimos
cuatro
años
ha
obligado
a
realizar
pequeños
trabajos
de
limpieza
y
algunas
reparaciones.
En
quince
días
estará
concluido
el
resumen
de
actividades
para
el
próximo
ejercicio,
el
propio
protocolo
de
mantenimiento
donde
podría
incluirse
el
convenio
que
se
negocia
con
la
Universidad
de
Salamanca
para
realizar
un
nuevo
estudio
en
detalle
de
la
piedra
del
Acueducto
mediante
algún
tipo
de
beca
o
tesis.
Respecto
a
la
duplicación
de
trabajos,
Domínguez
asegura
que
«no
es
lo
mismo,
no
es
lo
mismo»
y
explica
que
el
equipo
contratado
en
2004
está
analizando
los
resultados
de
la
restauración
llevada
a
cabo
por
Jurado,
aunque
sea
sin
ninguna
referencia
previa.
Así,
«comprobando
la
reacción
de
las
intervenciones
con
el
paso
del
tiempo»,
se
ha
determinado
que
es
necesario
cambiar
el
canal
de
plomo
que
se
instaló
en
su
momento
para
que
el
Acueducto
mantuviera
su
función
original
y
que
los
arcos
del
desarenador
tienen
serios
problemas.
«Tantos
años
sin
hacer
nada
no
son
en
balde»,
advierte
la
concejal
de
Patrimonio,
que
reconoce
que
nadie
ha
encontrado
el
Plan
Director
del
Acueducto:
«Mi
única
obligación
es
dirigirme
a
la
Junta
de
Castilla
y
León
y
ni
ella
ni
nosotros
tenemos
este
documento,
no
me
pregunte
por
qué».
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