Una exposición inaugurada en Florencia, Italia, dedicada a "Comida y Sabores del Mundo Antiguo" demuestra que hace dos mil años fueron los romanos y no los franceses los inventores de la botella de champán, con su tapón atado al cuello para que no explote.

La muestra presenta un ánfora descubierta intacta en el fondo del mar, que conserva aún su tapón de corcho atado con hilos al cuello para evitar que las burbujas del vino espumante que contenía lo expulsaran con violencia, derramando el precioso líquido.

En la exposición, que permanecerá abierta en el Museo Arqueológico de Florencia hasta el 15 de enero del 2006, se pasa revista a los diferentes hábitos culinarios de egipcios, etruscos, griegos y romanos.

Los contenidos fueron establecidos basándose en los alimentos encontrados en tumbas y en veinte barcos hundidos en el Mediterráneo entre el siglo III antes de Cristo y el VII de la era cristiana, descubiertos frente a San Rossore, en Pisa, en el centro de Italia, en 1998.

Allí se encontró la antigua botella de estilo champán y otras importantes piezas, como los frascos de pasta de anchoas y de anchoas en salmuera, uno de los cuales conservaba intacto su contenido.

La directora de la Intendencia Arqueológica de Florencia, que organiza la exposición, Carlotta Cianferoni, afirmó por su parte que los hábitos alimenticios de los pueblos del Mediterráneo no cambiaron mucho en los últimos 2.500 años.

El aceite sigue siendo indispensable en la cocina, y el prensado de aceitunas para su elaboración sigue casi sin variantes la técnica etrusca, a la que simplemente se le han agregado los adelantos de la electricidad y del acero, indicó la especialista.

Un poco diferente es el caso del vino, otro elemento infaltable de la buena mesa: etruscos, griegos y romanos compensaban la escasa fermentación de la uva, que daba al vino un sabor bastante parecido al vinagre, agregándole miel, agua y especias, agregó.

Las especias, como la salvia, el romero y el cardamomo, siguen reinando en la cocina moderna como en la antigedad y buena parte de los cereales, empezando por la cebada, se comen hoy en Toscana como otrora en el Egipto de los faraones, comentó Cianferoni.

Otro de los condimentos que mantiene su popularidad es el ajo, del cual una cabeza seca del siglo II antes de Cristo está expuesta en una vitrina del Museo Arqueológico.