Así lo constató ayer el profesor Jaime Alvar, en el trascurso de un seminario sobre 'Religiones mistéricas' que se desarrolló en el MNAR Se hallan en el Museo y en las excavaciones de la calle Espronceda.
La
ciudad
alberga
los
restos
arqueológicos
dedicados
al
culto
de
la
divinidad
romana
Mitra
más
antiguos
localizados
hasta
el
momento
en
la
Península
Ibérica.
Se
trata
de
dos
inscripciones
romanas
encontradas
en
las
excavaciones
realizadas
en
la
'Casa
del
Mitreo',
en
el
Cerro
de
San
Albín
en
1903
y
que
actualmente
se
encuentran
en
el
interior
del
Museo
Nacional,
y
los
nuevos
restos
hallados
hace
tan
sólo
un
par
de
años
en
las
excavaciones
efectuadas
en
un
solar
en
la
calle
Espronceda.
Así,
lo
puso
de
manifiesto
ayer
el
profesor
y
catedrático
de
Historia
Antigua,
Jaime
Alvar
Ezquerra,
en
el
trascurso
del
seminario
que
dirigió
en
el
Museo
Nacional
de
Arte
Romano,
MNAR,
bajo
el
título
'Las
religiones
mistéricas',
y al
que
asistieron
más
de
130
personas.
Alvar
explicó
que
las
inscripciones
halladas
en
el
cerro
de
San
Albín
datarían
del
año
155
d.C.
Mientras
que
los
restos
encontrados
en
el
solar
de
la
calle
Espronceda,
donde
se
han
encontrado
varios
muros
y
dos
altares
dedicados
al
culto
de
este
Dios,
pertenecerían
al
último
cuarto
del
siglo
I.d.C.
Un
descubrimiento
que
para
el
catedrático
en
Historia
Antigua
refleja
que
«los
restos
más
antiguos
aparecen
fuera
de
Roma
y
Mérida
se
sitúa
a la
cabeza
de
los
lugares
provinciales
donde
antes
se
detecta
el
culto».
Dios
reinventado
Alvar
también
argumentó
que
el
poder
imperial
reinventó
al
dios
Mitra,
divinidad
de
origen
iranio
que
se
expandió
de
Orienta
a
Occidente
a lo
largo
del
s.I
d.C,
para
dotar
al
Imperio
Romano
de
un
«contenido
religioso
innovador».
Para
Alvar,
la
difusión
del
culto
hacia
este
Dios,
defensor
de
los
pactos
y la
amistad,
vino
vinculada
directamente
de
los
libertos,
antiguos
esclavos
que
obtenían
su
libertad,
que
venían
a la
provincia
de
Lusitania
a
realizar
trabajos
administrativos
y de
burocracia.
Así,
destacó
el
catedrático
en
las
inscripciones
encontradas
en
la
ciudad
se
mencionan
nombres
como
'Gayo
Accio
Hédrico'
o
'Marco
Valerio
Seccundo',
personalidades
vinculadas
al
mundo
de
la
administración
o el
espionaje.
Finalmente,
a su
juicio,
el
culto
a
Mitra
en
la
Península
Ibérica
y
Lusitania
convivió
durante
tres
siglos,
s. I
al
IV
d.C.
Siglo
en
el
que
comienza
el
declive
del
culto
al
dios
Mitra.
Para
Alvar,
en
esta
caída
no
hay
una
constatación
directa
que
la
expansión
del
Cristianismo
fuera
desencadenante.
Sin
embargo,
el
catedrático
de
Historia
Antigua
señala
que
parte
de
las
esculturas
halladas
en
Mérida
se
conservan
en
muy
buen
estado,
presagiando
que
fueron
«ocultados
a
propósito»,
dijo. |