El
texto,
escrito
hace
2.600
años,
versa
sobre
el
paso
del
tiempo
en
su
cuerpo.
Una
conocida
revista
literaria
británica
publicó
ayer
un
supuesto
poema
inédito
de
la
poetisa
griega
Safo,
descubierto
el
año
pasado
en
un
papiro
empleado
para
recubrir
una
momia
egipcia.
El
texto,
de
101
palabras
en
su
versión
inglesa,
aparece
en
la
nueva
edición
de
«The
Times
Literary
Supplement»
en
la
traducción
de
Martin
West,
un
reputado
experto
en
la
Antigua
Grecia
y
profesor
del
prestigioso
College
of
All
Souls
de
la
Universidad
de
Oxford.
De
confirmarse
la
autenticidad
de
la
pieza,
sería
un
descubrimiento
de
enorme
relevancia
en
este
campo,
pues
hasta
ahora
sólo
se
conservaban
otros
tres
poemas
completos
de
la
poetisa
griega.
El
envejecimiento
En
el
texto,
escrito
hace
unos
2.600
años,
Safo
aborda
uno
de
sus
temas
más
recurrentes:
el
paso
del
tiempo
y
los
efectos
del
envejecimiento
sobre
su
organismo.
«Mi
una
vez
tierno
cuerpo
ha
alcanzado
la
edad
adulta/
Mi
cabello
se
ha
vuelto
blanco
en
vez
de
oscuro/
Mi
corazón
se
ha
vuelto
pesado,
mis
piernas
ya
no
me
sostienen»,
dicen
tres
de
los
versos
rescatados
por
West.
«No
envejecer,
siendo
humanos,
es
imposible»,
concluye
luego.
Las
101
palabras
están
estructuradas
en
doce
versos
que
forman
seis
parejas.
Aproximadamente
el
90
por
ciento
del
texto
es
original,
y
el
traductor
sólo
ha
tenido
que
rellenar
varios
huecos
de
las
cuatro
primeras
líneas.
Nacida
en Lesbos
en
el
año
625
antes
de
Cristo,
Safo
es
considerada
una
de
las
mejores
poetisas
de
la
antigüedad,
principalmente
por
sus
textos
de
temática
amorosa.
Según
«The
Guardian»,
Platón
llegó
a
decir
que
no
sólo
debe
considerársela
una
gran
poetisa,
sino
también
una
Musa,
las
diosas
que
inspiran
la
producción
artística.
De
hecho,
su
brillante
reputación
se
debe
principalmente
a
comentarios
de
este
tipo,
pues
apenas
se
conservan
muestras
sustanciosas
de
su
trabajo:
además
del
texto
publicado
ayer,
se
conocen
otros
tres
poemas
completos,
63
versos
aislados
y
un
total
de
264
pequeños
fragmentos.
En
un
papiro
El
poema
ha
tenido
que
sobrevivir
una
enrevesada
existencia
para
llegar
a
las
páginas
del
«Times
Literary
Supplement».
Su
redescubrimiento
comenzó
con
la
aparición
de
un
misterioso
papiro
en
la
cobertura
de
una
momia
egipcia.
Tras
intensas
investigaciones,
un
equipo
de
expertos
se
dio
cuenta
de
que
diversas
partes
de
uno
de
los
poemas
encajaban
con
fragmentos
de
otra
obra
de
Safo
descubierta
en
Egipto
en
1922.
Al
combinar
ambos
textos,
se
pudo
rescatar
una
pieza
casi
al
completo.
Según
Martin
West,
se
trata
del
manuscrito
más
antiguo
que
se
conserva
de
un
poema
de
Safo,
pues
fue
copiado
en
el
siglo
III
antes
de
Cristo,
unos
300
años
después
de
su
redacción.
«Este
poema
es
una
pequeña
obra
maestra:
simple,
conciso,
perfectamente
formado,
una
expresión
honesta
y
nada
pretenciosa
del
sentimiento
humano,
dignificada
por
su
moderación»,
escribe
el
profesor
de
la
Universidad
de
Oxford
en
el
breve
ensayo
que
acompaña
el
texto.
«Emociona
tanto
por
lo
que
dice
como
por
lo
que
deja
en
silencio.
No
nos
da
ningún
tipo
de
argumentos
para
pensar
que
la
reputación
poética
de Safo
no
era
merecida».
De
la
obra
de Safo,
que
al
parecer
constaba
de
nueve
libros
de
extensión
variada,
se
han
conservado
algunos
Epitalamios,
cantos
nupciales
para
los
cuales
creó
un
ritmo
propio
y
un
metro
nuevo,
que
pasó
a
denominarse
sáfico,
y
fragmentos
de
poemas
dirigidos
a
algunas
de
las
mujeres
que
convivían
con
ella.
En
ellos
se
entrevé
la
expresión
de
una
subjetividad
que
se
recrea
en
sutiles
oscilaciones
de
ánimo,
en
un
intento
de
dar
forma
a
la
pasión.
Presenta
la
pasión
amorosa
como
una
fuerza
irracional,
situada
entre
el
bien
y
el
mal,
que
se
apodera
del
ser
humano
y
se
manifiesta
en
diversas
formas. |