Un
grupo
de
arqueólogos
austriacos
informó
ayer
del
descubrimiento
“único”
de
la
escultura
en
mármol
de
un
macho
cabrío
alado
en
las
ruinas
de
la
ciudad
romana
de
Pompeya,
devastada
por
la
erupción
del
Vesubio
en
el
año
79.
La
escultura,
de
unos
50
centímetros
de
alto,
era
una
de
las
patas
de
una
lujosa
mesa
de
celebraciones
y
cuenta
con
ricos
detalles
ornamentales
El
director
del
Instituto
de
Arqueología
de
la
Universidad
de
Innsbruck,
Dieter
Feil,
señaló
que
se
trata
“del
mayor
descubrimiento
hecho
hasta
ahora”
por
su
equipo
de
trabajo
en
los
restos
de
la
antigua
ciudad
situada
en
el
golfo
de
Nápoles.
“Incluso
para
Pompeya
se
trata
de
una
pieza
especialmente
bonita.
Y el
motivo
de
la
escultura
es
también
especial,
porque
apenas
se
la
puede
comparar
con
lo
descubierto
hasta
ahora.
Conocemos
patas
de
mesas
en
mármol
con
figuras
de
águilas,
panteras
y
leones,
pero
un
macho
cabrío
alado
es
un
caso
seguramente
único”,
dijo
Feil.
El
descubrimiento
lo
realizó
el
grupo
arqueológico
denominado
“Fritz”,
que
sitúa
la
pieza
en
la
época
del
emperador
Augusto,
al
comienzo
de
la
era
cristiana.
El
director
del
Instituto
aseguró
que
este
tipo
de
piezas
sólo
se
encontraban
en
las
casa
de
los
habitantes
más
adinerados.
Este
es
el
tercer
año
que
el
equipo
de
investigadores
austriacos
trabaja
en
Pompeya,
especializado
en
la
“Casa
de
Popidio
Prisco”,
un
complejo
de
edificios
de
un
rico
patricio
de
la
ciudad
que
tenía
un
destacado
papel
en
la
vida
política.
La
erupción
del
Vesubio
el
24
de
agosto
del
año
79
borró
del
mapa
la
ciudad
de
Pompeya,
que
quedó
sepultada
por
las
cenizas
y la
lava,
pero
desde
hace
decenios
se
ha
convertido
en
una
fuente
casi
inagotable
de
conocimientos
sobre
el
mundo
romano.
Los
orígenes
de
la
ciudad
se
remontan
al
siglo
IV
antes
de
cristo
y en
el
momento
del
desastre
natural
contaba
con
20.000
habitantes,
de
los
que
la
mayoría
murieron.
En
el
desastre
también
murió
Plinio
el
Viejo
al
mando
de
la
flota
romana
del
Miceno,
que
también
pereció
casi
en
su
totalidad
por
las
emanaciones
tóxicas
del
volcán
cuando
pretendía
auxiliar
a
las
víctimas.
Hasta
mucho
tiempo
después
se
pensó
que
la
ciudad
había
desaparecido,
ya
en
el
siglo
XVIII
bajo
el
entonces
rey
de
Nápoles
Carlos
de
Borbón,
se
realizaron
las
primeras
exploraciones
arqueológicas;
en
1997
la
Unesco
catalogó
los
restos
como
patrimonio
de
la
humanidad.
|