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03/07/2005 |
Inés
Quijano ●
www.nortecastilla.es |
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La
villa
romana
de La
Olmeda
cumple
37
años
con un
lavado
de
cara
que
potenciará
su
belleza |
 EL próximo martes, día 5 de julio, se cumplen 37 años desde que el saldañés Javier Cortes Alvarez de Miranda descubrió, por casualidad y mientras faenaba en el campo, los primeros restos de lo que actualmente se conoce como La Olmeda. Este gran yacimiento arqueológico, que se ubica en término municipal de Pedrosa de la Vega, data del año 350 d.c. (siglo IV) y cuenta con 3.000 metros cuadrados ocupados por la residencia, y otros 900 por las termas.
Durante estos treinta y siete años no han cesado los trabajos de excavación, de consolidación y de tratamiento de todo lo que ha ido apareciendo (principalmente los mosaicos) sin olvidar algo primordial como es el mantenimiento del yacimiento. Para desempeñar estas funciones se cuenta en la actualidad, con un equipo formado por cuatro personas que encabeza Domiciano Ríos quien, además, es el responsable de esta villa romana.
Domiciano Ríos lleva treinta y seis años trabajando en este yacimiento romano, lo que le convierte en un experto en la técnica de elaborar los mosaicos. No obstante, recuerda que los inicios en La Olmeda fueron complicados e inciertos ya que los conocimientos eran prácticamente nulos. Sin embargo, y con el paso del tiempo, las técnicas han avanzado mucho, y la manera de actuar ha variado positivamente.
«En principio, no teníamos ni idea de cómo era una excavación. Empezamos desde cero porque nadie conocía el tema», explica Rios. Cuando aparecieron los primeros restos, Javier Cortes se puso en contacto con la Universidad de Valladolid, le mandaron un arqueólogo oficial y comenzó la excavación sistemática de las ruinas del yacimiento. «Poco a poco hemos ido sacando lo que hay actualmente, aunque para ello han tenido que pasar muchos años», explica Ríos.
Desconocimiento general
Otro de los problemas que surgió en aquellos momentos iniciales fue conocer cómo consolidar un mosaico ya que, el desconocimiento general obligaba a contar con la presencia de distintos equipos de trabajo. «Hemos ido corrigiendo muchos defectos que había en la consolidación de los mosaicos porque, en un principio, venía un equipo de especialistas de fuera para arrancar los mosaicos (era normal que vinieran de otros lugares). Después, otro equipo distinto los consolidaba o daba otro tratamiento y se iban acumulando errores que nadie subsanaba porque cada uno hacía un proceso diferente» apuntó Domiciano Ríos. «Cuando nosotros vimos consolidar los primeros mosaicos nos dimos cuenta que había que cambiar la forma de actuar y corregir muchos aspectos. Actualmente, en la consolidación de los mosaicos no se pierde ni una sola tesela cuando antes se hacían verdaderos desastres», prosigue.
En estos momentos, las actuaciones que se realizan en esta villa romana palentina se centran en la consolidación y conservación de los mosaicos teniendo en cuenta las obras de transformación que, próximamente, sufrirá el edificio. «De cara a la próxima reforma estamos dando un repaso a todos los mosaicos, ya que las teselas se van marchando o descomponiendo por el envejecimiento. Todo este año hemos estado sustituyendo esas teselas que se han perdido para que, a la hora de proteger el mosaico, cuando haya que hacer la reforma, evitemos tener mayores problemas de deterioro», señala Ríos.
Por lo tanto, y hasta el próximo mes de octubre (cuando está previsto que comiencen las obras de construcción de las nuevas instalaciones), continuarán con ese mismo trabajo y una vez que comiencen las reformas del edificio, las labores en la villa se paralizarán de forma temporal. Explica Domiciano Ríos que, mientras duren las obras, los mosaicos se van a proteger con una capa de arena para que no sufran daños.
El responsable de la villa considera que la reforma que se va a acometer en La Olmeda «es una obra necesaria porque el edificio que tenemos actualmente no se ha hecho con vistas al público ni al turismo ya que, en su momento, se levantó para proteger el yacimiento».
Mantenimiento diario
El encargado de esta villa también explica que las funciones que él y su equipo desempeñan en La Olmeda son diarias y constantes y que no pueden concluir nunca. «Esto tiene que tener un mantenimiento diario, y tratándose de mosaicos, pinturas y elementos antiguos, mucho más, porque hay que vigilarlo y controlarlo ya que en cualquier momento puede deteriorarse», dice este experto en mosaicos.
Quizá el problema que en un futuro se pueda plantear sea precisamente ese. ¿Quién sustituirá al equipo de trabajo actual cuando éste se jubile? ¿Quién continuará con esta actividad?
«Podría ser un problema, pero esperemos que salga algún especialista nuevo de esta zona. No hay muchas escuelas de mosaicos. Conozco una en Mérida y también hacen algún trabajo de este tipo en Madrid y Tarragona. Nosotros estamos intentando que la gente se aficione con los cursos que hacemos» explica Domiciano Ríos refiriéndose a los distintos talleres que ya se han puesto en marcha en la localidad de Saldaña y que están subvencionados con fondos europeos Proder y Leader Plus. Estos talleres podrían servir en un futuro próximo para renovar la plantilla de arqueólogos y conservadores que trabajan en la villa.
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