Practica el latín vivo (descárgate las dos revistas en latín.
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03/07/2005 |
Milagros
Hervada ●
www.abc.es |
Exposición:
La
grandeza
de
Celtiberia |
Los
celtíberos,
el
pueblo
que
habitó
España
durante
siglos
y
que
se
resistió
a la
asimilación
imperial
de
Roma,
recuperan
su
esplendor
en
una
gran
exposición
que
comienza
el
próximo
11
de
julio
en
la
capital
soriana
y
que
mostrará
los
principales
restos
de
una
civilización
peculiar
SORIA.
La
resistencia
numantina
es
el
referente
recurrente
al
que
se
echa
mano
cuando
se
trata
de
hacer
frente
al
más
fuerte.
Pero
no
lo
es
tanto
que
quienes
la
protagonizaron
fueron
los
celtíberos,
un
pueblo
que
habitó
el
centro
de
la
península
ibérica,
desde
la
margen
derecha
del
Ebro
medio
y
las
zonas
de
las
cabeceras
del
Duero,
Jalón
y
Tajo,
entre
los
siglos
VI y
I a.
C.
Para
dar
a
conocer
su
cultura,
sus
costumbres
y
todo
lo
que
de
ellos
ha
llegado
hasta
nuestros
días
se
celebrará
en
la
provincia
de
Soria
la
exposición
Celtíberos
2005,
que
se
inaugura
el
11
de
julio,
y
que
tiene
como
comisario
a
Alfredo
Jimerno,
también
responsable
del
Plan
Director
del
yacimiento
de
Numancia
y
profesor
en
la
Universidad
Complutense
de
Madrid.
«La
relación
del
hombre
y el
medio
en
la
Celtiberia
es
igual
que
la
del
campesino
hasta
el
siglo
XX;
el
utillaje
para
el
campo
y la
artesanía
ya
la
utilizaban
los
celtíberos».
Son
sólo
algunos
ejemplos
apuntados
por
Jimeno
para
testimoniar
que
la
sociedad
actual
tiene
aún
mucho
en
común
con
la
Celtiberia.
La
exposición,
cuya
idea
surgió
en
2001,
tendrá
una
doble
dimensión.
Por
un
lado,
la
muestra
en
el
Museo
Numantino
de
la
Junta
de
Castilla
y
León,
con
unos
900
metros
cuadrados
para
disfrutar
de
piezas
provenientes
de
toda
la
Europa
celta
y
diversos
museos
españoles,
incluido
el
soriano,
que
aporta
«el
conjunto
de
cerámicas
más
singular
del
mundo
celtibérico»,
según
destaca
el
comisario.
En
total
son
376
piezas,
de
las
que
180
proceden
del
Museo
Numantino,
encabezadas
por
el
ya
denominado
Caballo
de
Soria,
un
báculo
de
distinción
hallado
en
la
necrópolis
de
Numancia
que
se
ha
constituido
en
el
símbolo
soriano.
Se
suman
piezas
encontradas
en
otros
yacimientos
de
la
provincia
como
Tiermes
y
Uxama.
Presencia
internacional
Los
museos
españoles,
hasta
un
total
de
17,
también
tendrán
su
aportación
a
esta
muestra
con
préstamos
desde
Vitoria,
Murcia,
Cuenca,
Burgos,
Guadalajara,
Valladolid,
Teruel,
entre
otros.
La
proyección
internacional
la
ofrecen
16
museos
europeos,
cuyas
piezas
acercarán
al
visitante
al
contexto
del
mundo
celta.
Las
35
muestras
internacionales
provienen
de
Francia,
Italia,
Rumanía,
Alemania,
República
Checa,
Suiza,
Hungría
y
Austria.
Jimeno
no
quiere
elegir
cuál
de
éstas
piezas
es
la
más
destacadas
pero
el
casco
de
hierro
con
cimera
de
ave
rapaz
de
bronce
y
alas
móviles,
que
llegará
de
Bucarest,
es
una
joya,
como
los
torques
de
bronce
y
coral
de
Francia,
la
espada
de
hierro
con
empuñadura
antropoide
de
Suiza
o el
cuerno
de
poder,
con
guarnición
de
bronce,
procedente
de
Hungría.
La
riqueza
de
las
de
casa,
las
que
alberga
habitualmente
el
Museo
Numantino,
es
incomparable,
como
lo
demuestra
la
fíbula
de
caballito
con
jinete,
hallada
en
la
citada
necrópolis;
la
jarra
decorada
con
máscara
de
toro,
también
de
Numancia,
al
igual
que
el
vaso
de
los
toros,
o la
placa
de
adorno
pectoral,
encontrada
en
Carratiermes.
Los
poblados
castros
Con
todo,
éste
no
será
el
único
atractivo
que
podrá
contemplar
el
visitante
de
Celtíberos
2005.
La
segunda
dimensión
tiene
por
marco
la
serranía
norte
de
la
provincia.
Son
los
castros,
pequeños
poblados,
primeros
poblamientos
celtibéricos,
de
entre
una
y
dos
hectáreas,
ubicados
en
lugares
elevados,
estratégicos
«que
añaden
a la
defensa
natural
un
potente
sistema
defensivo»,
explica
Jimeno,
«con
murallas,
fosos
y
franjas
de
piedras».
Soria
alberga
unos
40
pero
el
compromiso
de
los
Leader
y
Proder
de
la
provincia
es
señalizar
unos
14
como
el
de
Castilfrío
de
la
Sierra,
Gallinero,
Valdeavellano,
Hinojosa
o
San
Leonardo
de
Yagüe.
«Los
castros
ofrecen
la
atracción
de
las
ruinas
sin
tocar»,
destaca
el
comisario
de
la
exposición,
y
dan
la
oportunidad
de
«comprender
en
su
contexto».
Con
este
mismo
objetivo
se
visitarán
las
estrellas
de
la
Celtiberia
conservada,
los
yacimientos
de
Numancia,
que
encabezó
la
resistencia
celtibérica
contra
Roma
a lo
largo
de
20
años;
Uxama
y
Tiermes.
«Ocupamos
la
misma
tierra»
De
este
modo,
la
visita
a
Celtíberos
combina
un
aspecto
acorde
a la
sensibilidad
actual,
señala
Jimeno,
ya
que
«la
sociedad
quiere
conocer
pero
también
viajar
y
andar,
y
moverse
en
el
marco
ambiental,
que
es
lo
que
más
echa
en
falta.
Una
buena
oportunidad
para
hacer
senderismo».
Es
una
manera
de
darse
cuenta
de
que
«ocupamos
la
misma
tierra,
algo
que
ahora
empezamos
a
valorar
y
entender».
La
exposición
se
estructura
en
diez
módulos,
comenzando
por
el
que
contextualiza
a
íberos,
celtas
y
celtíberos.
De
aldeas
a
ciudades
es
el
segundo,
mostrando
que
«el
mundo
celtíbero
es
el
que
por
primera
vez
establece
una
relación
estable
de
los
grupos
humanos
y el
medio.
Que
marca
la
diferencia
entre
ciudad
y
pueblo,
luego
impulsado
por
los
romanos»,
apunta
el
profesor
Jimeno.
El
ámbito
doméstico;
artistas
y
artesanos;
la
organización
social;
la
lengua
y
escritura;
dioses
y
ritual
funerario;
la
guerra
contra
Roma;
la
conquista
y
romanización
y
finalmente
el
pasado
presente,
el
último
módulo
que
tiende
lazos
entre
el
mundo
celtíbero
y
muchas
de
las
manifestaciones
del
medio
rural
hasta
el
siglo
XX,
planteando,
además,
el
uso
de
motivos
de
la
cultura
celtibérica
como
referentes
actuales
de
identidad.
Identidad
desde
el
pasado
Un
aspecto
este
último
que
Jimeno
enlaza
por
ejemplo
con
la
concepción
de
Europa,
«que
forja
su
identidad
a
través
del
pasado».
Y el
mundo
celtíbero
hace
lo
propio
en
su
ámbito
de
influencia,
un
entorno
geográfico
muy
fluctuante
y
móvil,
del
que
se
tiene
noticia
por
los
yacimientos
y
castros
a
través
de
la
arqueología
y
sólo
desde
el
siglo
V de
manera
más
concreta
por
los
textos
de
escritores
greco-romanos,
con
las
reservas
propias
de
la
versión
del
invasor
de
la
Celtiberia,
que
finalmente
se
convirtió
en
«integración». |
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Enlaces relacionados |
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