Fernando
Lillo
da el
salto
a la
novela
con
esta
obra
que
cuenta
las
hazañas
de
Teucro,
hijo
de la
troyana
Hesíone
y de
Telamón,
rey de
Salamina.
Desde
la
rica
perspectiva
de un
héroe
griego,
y a la
vez
troyano,
se nos
narran
las
vicisitudes
de la
guerra
de
Troya
y las
aventuras
del
regreso
de
Teucro
en
busca
de un
lugar
donde
fundar
una
nueva
ciudad.
El
aliento
épico
de la
Ilíada,
las
peripecias
de los
regresos
de los
héroes
aqueos
y la
ardua
tarea
de la
colonización
griega
conforman
el
trasfondo
de
esta
novela.
La
intriga
está
bien
dosificada
y se
alterna
la
narración
en
tercera
persona
con
las
partes
contadas
por el
mismo
Teucro
en el
curso
de
banquetes
siguiendo
la
tradición
de la
épica
griega.
El
autor
ha
tomado
como
base
los
textos
clásicos
y los
mitos
menos
conocidos,
tejiendo
una
historia
en la
que
las
partes
inventadas
enriquecen
la ya
de por
sí
rica
tradición
de la
guerra
troyana
y los
regresos,
creando
un
nuevo
mito
con
personalidad
propia
en el
que
resuenan
los
ecos
antiguos
tanto
en el
fondo
como
en la
forma.
Conceptos
como
el
honor,
la
amistad,
el
amor a
la
patria
y el
destino
se
entremezclan
en un
universo
donde
los
dioses
semiocultos
indican
el
camino
al
protagonista.
El
autor
incluye
una
nota
final
en la
que se
ofrecen
algunas
pistas
para
distinguir
la
materia
mítica
de la
ficción
propia.
Los
que
conozcan
a los
clásicos
podrán
disfrutar
de los
innumerables
guiños
de
esta
lectura,
y
quienes
todavía
no
hayan
entrado
en
contacto
con
ellos
sentirán
el
deseo
de
saber
más. |