La
pasada
semana
el
consistorio
hizo
llegar
a la
dirección
general
de
Cultura
un
ultimátum
para
explicar
que,
agotado
el
plazo,
pero
sobre
todo
el
presupuesto
para
las
excavaciones
arqueológicas,
era
el
momento
de
decidir
si
el
aparcamiento
proyectado
en
su
día
por
el
arquitecto
tudelano
Rafael
Moneo
podía
o no
construirse
en
ese
lugar.
Las
opciones
que
ahora
se
abren
son
dos.
Se
puede
decidir,
por
ejemplo,
no
construir
el
parking
y
ocultar
nuevamente
los
restos
o
dejarlos
a la
vista.
O se
puede
permitir
la
construcción
del
aparcamiento.
En
este
último
caso
será
necesario
continuar
las
excavaciones
por
debajo
de
los
4
metros
actuales
hasta
concluirlas
en
todo
el
perímetro
del
futuro
parking
y
ello
requiere
hacer
un
nuevo
desembolso,
como
mínimo,
similar
al
hecho
por
el
consistorio.
Pompaelo
otra
vez
Durante
estos
más
de
seis
meses
de
trabajo,
los
arqueólogos
han
vuelto
a
dejar
a la
vista
parte
de
la
historia
más
remota
de
Pamplona,
la
de
su
etapa
romana.
El
hallazgo
más
celebrado
fue
un
sello
de
bronce
con
forma
de
anillo
y
con
la
inscripción:
«L.
Corneli.
Celsi».
Este
tipo
de
sellos
era
utilizado
por
notarios
o
personas
distinguidas.
A
expensas
de
que
la
excavación
pueda
continuar
y se
puedan
completar
datos,
los
arqueólogos
han
localizado
en
diferentes
sectores
de
la
zona
varios
sillares
«de
grandes
dimensiones»
de
roca
de
arenisca
y
que
probablemente
se
correspondan
a
una
misma
gran
edificación.
Un
hallazgo
similar
tuvo
lugar
hace
algunos
meses
en
la
calle
Compañía,
donde
se
localizó
parte
de
un
arco
romano
que
también
parecía
corresponder
a un
gran
edificio
público
de
entre
los
siglos
I y
IV.
Entre
los
restos
de
San
Fermín
de
Aldapa
se
hace
igualmente
alusión
a
las
estructuras
que
probablemente
correspondían
a
una
o
varias
viviendas
de
la
época
tardorromana
(siglos
IV
al
VI).
El
informe
de
Trama
apunta
a
que
se
trata
de
la
zona
de
servicios,
por
las
instalaciones
de
tipo
artesanal
que
allí
había,
y
también
a la
zona
de
uso
doméstico,
por
la
presencia
de
dos
depósitos
para
líquidos.
Estos
contenedores,
separados
por
un
muro
medianil
de
25
centímetros
de
espesor,
tienen
las
paredes
revestidas
con
una
fina
capa
de
impermeabilización
de
mortero
de
color
rojizo
«en
el
que
se
aprecia
el
empleo
de
grandes
cantidades
de
fragmentos
de
cerámica
triturada
que
actuaban
como
conglomerados».
Época
medieval
En
una
primera
fase
de
la
excavación,
cuando
los
arqueólogos
trabajaban
en
la
zona
más
próxima
al
convento
de
los
Corazonistas
situado
junto
a la
basílica
de
San
Fermín
de
Aldapa,
se
localizaron
18
sepulturas
de
época
medieval
correspondientes
a la
necrópolis
de
la
iglesia
de
San
Pedro,
un
templo
de
pequeñas
dimensiones,
vinculado
al
Palacio
Real
y
que
se
mantuvo
abierto
hasta
el
siglo
XVI.
Las
tumbas
siguen
la
tradicional
orientación
cristiana
con
la
cabecera
al
oeste.
Los
cadáveres
tienen
«la
cabeza
ligeramente
incorporada
y
los
ojos
orientados
hacia
la
salida
del
sol».