La
operación
comenzó
cuando
a
finales
del
pasado
año
un
comerciante
denunció
una
estafa
de
la
que
había
sido
víctima
al
adquirir
41
monedas
de
oro
de
distintas
épocas,
por
las
que
había
abonado
15.700
euros.
Las
monedas
fueron
calificadas
como
auténticas
en
un
primer
momento
por
algún
anticuario,
aunque
posteriormente,
un
experto
en
numismática
detectó
que
se
trataba
de
falsificaciones,
de
buena
calidad,
y
realizadas
con
oro
auténtico,
estando
valoradas
en
1.800
euros
cada
una.
Simultáneamente,
los
investigadores
detectaron
en
el
mercado
una
ingente
cantidad
de
falsificaciones
de
bienes
culturales,
pero
muy
especialmente
los
referidos
al
campo
de
la
arqueología
y
numismática.
Las
gestiones
realizadas
permitieron
identificar
a un
individuo,
con
antecedentes
por
tráfico
de
estupefacientes
y
venta
de
objetos
arqueológicos,
que
era
poseedor
de
una
casa
de
campo
en
el
pueblo
de
Vivares
(Badajoz),
idónea
por
su
aislamiento
y
discreción
para
elaborar
las
piezas
falsificadas.
Se
logró
asimismo
localizar
al
vendedor
de
las
monedas,
siendo
detenido
al
ser
imputado
como
el
que
confeccionaba
el
material
falsificado.
Este,
acusó
en
su
declaración
al
propietario
de
la
casa
mencionada
como
la
persona
que
le
facilitó
las
reproducciones
de
las
monedas.
En
el
registro
de
la
casa
de
campo
fueron
intervenidos
efectos,
todos
ellos
de
procedencia
arqueológica.
En
concreto,
44
troqueles,
para
la
elaboración
de
distintos
tipos
de
monedas;
11
figuras
diferentes,
imitando
modelos
íberos;
14
máscaras,
que
imitan
figuras
romanas;
3
cruces
visigóticas;
2
cabezas
romanas;
una
pulsera;
2
puntas
de
lanza;
15
monedas
de
distintos
tipos
y
chatarra
de
oro.
Asimismo,
se
encontraron
dos
paquetes
con
sustancias
químicas
utilizadas
en
las
falsificaciones,
para
conseguir
la
pátina
de
antigüedad
que
presentan
las
imitaciones.
Los
objetos
se
encontraban
en
su
mayor
parte
distribuidos
en
distintos
lugares
en
un
cobertizo
de
la
parte
posterior
de
la
casa.
En
una
rudimentaria
mesa
de
trabajo
y
con
la
utilización
de
herramientas
de
uso
común
realizaban
las
excelentes
reproducciones.
Estos
objetos
serán
remitidos
en
su
momento
a
los
expertos
pertinentes
para
determinar
cuales
efectos
son
falsificados
y
cuales
son
originales.
Con
la
intervención
de
los
troqueles,
según
se
señala,
se
ha
conseguido
"amputar"
uno
de
los
focos
de
emhsión
de
las
monedas
falsificadas,
alteraciones
que
por
su
calidad
confunden
a
comerciantes
que
no
sean
muy
expertos
en
la
materia.
Estas
prácticas
delictivas,
como
se
indica,
generan
"gran
malestar
y
desconfianza
en
el
comercio
de
antigüedades,
además
de
los
cuantiosos
perjuicios
económicos
que
causan
a
las
personas
estafadas".
Las
actuaciones
han
tenido
lugar
en
las
provincias
de
Cáceres
y
Badajoz
y
los
dispositivos
estaban
integrados
por
policías
de
la
Brigada
de
Patrimonio
y
las
plantillas
de
Cáceres
y
Don
Benito.