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EL LIBRO |
Título: La cerámica griega en Extremadura.
Autores: Javier Jiménez Ávila y José Ortega Blanco, ambos arqueólogos del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM).
Edición: A cargo del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.
Fecha: 2004.
Contenido: Repertorio de las 450 piezas de cerámica griega de los siglos VI-IV a. C. encontradas hasta el momento en Extremadura. |
El
número
28
de
la
colección
'Cuadernos
Emeritenses',
elaborado
por
J.
Jiménez
Ávila
y
J.
Ortega
Blanco,
cataloga
450
piezas
de
los
siglos
VI-IV
a.
C.
halladas
en
19
yacimientos
de
Extremadura.
El
Museo
Nacional
de
Arte
Romano
(MNAR)
de
Mérida
ha
editado
la
tarde
la
primera
obra
extremeña
que
estudia
de
forma
sistemática
y
en
todo
su
conjunto
la
cerámica
griega
encontrada
hasta
el
momento
en
la
región.
Este
trabajo
de
investigación,
que
ha
estado
supervisado
en
sus
distintas
fases
por
el
Consorcio
de
la
Ciudad
Monumental
y
por
el
Instituto
de
Arqueología
de
Mérida
(IAM),
y
subvencionado
por
la
Junta
de
Extremadura,
corresponde
al
número
28
de
la
colección
'Cuadernos
Emeritenses'.
El
volumen
ha
sido
elaborado
durante
dos
años
por
dos
arqueólogos
del
IAM,
Javier
Jiménez
Ávila
y
José
Ortega
Blanco,
los
cuales
han
catalogado
450
piezas
de
cerámica
griega
de
los
siglos
VI
al
IV
a.
C.
encontradas
en
19
yacimientos
de
toda
Extremadura.
Pertenecen
a
la
Primera
Edad
del
Hierro,
el
Tardoorientalizante
y
la
Segunda
Edad
del
Hierro,
periodos
que,
con
algunas
matizaciones,
pueden
englobarse
en
el
epígrafe
'época
prerromana'.
A
través
de
estos
utensilios
«hemos
podido
conocer
aspectos
relacionados
con
el
comercio,
la
sociedad,
la
ideología
y
la
evolución
de
la
manifestaciones
artísticas
en
Extremadura
durante
la
Edad
del
Hierro,
una
información
inédita
hasta
el
momento»,
señala
Javier
Jiménez.
El
estudio
de
estos
dos
arqueólogos
viene
a
cubrir
un
vacío
que
empezaba
a
resultar
sonrojante,
ya
que,
según
puntualiza
Jiménez,
«Extremadura
era
hasta
la
fecha
la
única
región
del
suroeste
de
la
Península
que
no
tenía
un
repertorio
documentado
de
cerámica
de
este
periodo».
Ornamentos
de
lujo
Otra
de
las
conclusiones
del
libro
editado
por
el
MNAR
refleja
cómo
a
través
de
los
restos
arqueológicos
encontrados
puede
desprenderse
que
para
los
asentamientos
de
aquella
época
en
la
región
estas
piezas
u
ornamentos
de
cerámica
«eran
elementos
de
lujo,
dado
su
exotismo
y
la
calidad
de
su
piedra,
y
constituían
un
indicador
cultural
y
económico
propio
de
una
clase
privilegiada»,
sostiene
José
Ortega.
En
cuanto
a
la
procedencia
de
las
piezas
de
cerámica
documentadas
en
este
libro
(que
van
desde
platos
hasta
vasos,
pasando
por
tinajas
para
almacenar
alimentos),
la
mayoría
(casi
el
90%)
pertenecen
al
palacio-santuario
de
Cancho
Roano,
en
Zalamea
de
la
Serena.
No
obstante,
para
el
arqueólogo
y
doctor
en
Historia
Javier
Jiménez
«no
resulta
nada
desdeñable
la
aportación
de
otros
yacimientos
de
la
región,
que,
aunque
no
sea
comparable
en
número
a
la
de
Cancho
Roano,
presenta
una
calidad
de
notable
interés».
Son
los
casos
de
los
vestigios
arqueológicos
del
poblado
y
necrópolis
de
Medellín
y
del
Castrejón
de
Capote,
en
Higuera
la
Real.
El
caso
de
Mérida
En
el
caso
de
Mérida,
existe
un
debate
sobre
la
posibilidad
de
que
el
espacio
que
ocupa
la
capital
extremeña
pudiese
haber
albergado
asentamientos
prerromanos
y
consiguientemente
pueda
tener
cerámica
griega.
Sin
embargo,
las
excavaciones
sistemáticas
que
se
vienen
realizando
en
la
ciudad
desde
principios
del
siglo
pasado
no
han
documentado
con
seguridad
restos
de
ocupación
prerromana.
No
obstante,
en
el
catálogo
elaborado
por
los
arqueólogos
Javier
Jiménez
y
José
Ortega
aparece
recogido
un
cerno
(vaso)
con
decoración
zoomorfa
que
procede
de
yacimientos
emeritenses
y
que
se
sospecha
que
puede
tratarse
de
una
pieza
prerromana,
cercana
al
siglo
V
a.
C.,
aunque
en
el
libro
no
se
afirma
con
total
certeza
que
sea
un
objeto
griego. |