Los
baños
romanos
de
Fuengirola
se
encuentran
junto
a un
complejo
industrial
de
salazones
y
alfares.
Los
tan
ahora
demandados
‘SPA’
no
son
un
invento
reciente.
El
gusto
por
mejorar
la
salud
por
medio
de
los
baños
en
aguas
termales
ya
era
muy
del
agrado
de
nuestros
antepasados
y
los
vestigios
históricos
son
un
buen
referente.
El
mundo
antiguo,
con
la
preeminencia
de
Roma
a la
cabeza,
abierto
a
los
placeres
y al
culto
al
cuerpo
son
una
buena
muestra.
En
Fuengirola,
la
Finca
del
Secretario,
el
yacimiento
romano
más
importante
de
la
zona,
nos
descubre
el
arte
del
‘Salus
per
aqua’.
Tres
palabra
latinas
que
hemos
‘descubierto’
en
el
tercer
milenio.
Las
termas
de
la
Finca
del
Secretario,
situadas
a la
entrada
de
la
localidad
y
junto
a la
barriada
de
Los
Pacos,
se
ubican
dentro
del
contexto
industrial
y de
ocio
de
este
vestigio
de
la
Roma
imperial
en
la
localidad.
Muy
próximo
a
este
complejo
industrial
nos
adentramos
en
un
espacio
constructivo
distinto
que
refleja
el
poder
económico
de
sus
propietarios.
Es
testigo
mudo
y a
la
vez
fiel
reflejo
del
‘modus
vivendi’
de
la
clase
acomodada
de
la
época,
tan
aficionada
a
los
placeres
y al
disfrute
de
los
sentidos,
en
este
caso
con
los
baños.
El
edificio
termal
se
encuentra
en
muy
buen
estado
de
conservación,
y
por
el
momento,
y a
tenor
de
las
excavaciones
hasta
ahora
realizadas,
el
único
testimonio
de
cómo
se
desenvolvía
su
vida
cotidiana.
El
edificio
presenta
como
elemento
central
un
patio
porticado.
En
torno
al
mismo
se
distribuyen
varias
estancias
con
uso
diverso,
agrupadas
en
dos
zonas
claramente
diferenciadas:
la
zona
calefactada,
entre
las
que
sobresale
una
gran
piscina
circular
(de
4,70
metros
de
diámetro
y de
1,50
metros
de
profundidad,
compuesto
por
cuatro
pequeñas
exedras-accesos),
y la
zona
fría
que
gira,
básicamente,
en
torno
al
patio
porticado.
Además
se
ha
puesto
al
descubierto
un
depósito
(castellum
aqua)
que
decantaba
y
almacenaba
el
agua
de
los
baños.
Los
dueños
de
esta
singular
construcción
no
escatimaron
recursos
en
su
decoración.
Prueba
de
ello
son
sus
bellos
mosaicos
polícromos,
de
motivos
geométricos,
los
suelos
de
mármol
o
las
pinturas
parietales
conservadas
‘in
situ’.
NUEVOS
HALLAZGOS
Los
trabajos
arqueológicos
han
dejado
también
al
descubierto
diversas
piezas
ornamentales.
Se
han
encontrado
placas
cerámicas
decoradas
con
motivos
florales,
algunas
piezas
escultóricas,
y
otros
objetos
diversos
que
pueden
también
ser
admirados
en
el
Museo
de
Historia
de
la
Ciudad.
La
cronología
del
yacimiento
se
estima
entre
los
siglos
I y
V de
nuestra
era.
El
recorrido
por
este
nuevo
espacio
cultural
abierto
al
público
se
inicia
en
el
pabellón
de
acceso
en
el
que
los
visitantes
obtienen
los
primeros
datos
acerca
del
descubrimiento
del
yacimiento
y su
proceso
de
recuperación.
A
partir
de
ahí,
a
través
de
un
pasillo
perimetral,
se
realiza
un
acercamiento
a
las
tres
zonas
excavadas:
factoría
de
salazón,
alfar
y
edificio
termal.
Cada
una
de
ellas
cuenta
con
paneles
explicativos
en
español
e
inglés
en
los
que,
junto
a
los
datos
descriptivos
de
los
diferentes
espacios,
se
da
una
información
más
general
sobre
aspectos
sociales
y
económicos.
A lo
largo
del
recorrido
se
han
plantado
algunas
especies
botánicas
muy
conocidas
y
utilizadas
en
el
mundo
romano. |