Practica el latín vivo (descárgate las dos revistas en latín.
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29/01/2005 |
José
Ignacio
Cubero ●
www.abc.es |
Restos
del
pasado |
Que
Córdoba
es
rica
en
restos
del
pasado,
quién
lo
duda.
Que
cuando
se
excava
en
cualquier
lugar
aparecen
restos
del
pasado
es
una
certeza.
Que
la
ciudad
no
puede
ser
presa
de
su
historia
es
evidente.
Las
ciudades
crecen
en
el
lugar
en
que
se
fundaron,
crecen
hacia
fuera
pero
también
hacia
arriba
sobre
lo
que
la
generación
anterior
construyó.
Todo
eso
es
claro
como
el
agua,
pero
¿cómo
decidir
sobre
lo
que
se
debe
desechar
y lo
que
se
debe
conservar?
El
equilibrio
entre
la
necesidad
de
avanzar
y el
respeto
al
pasado
es
un
buen
índice
de
cultura,
de
cultura
viva,
y da
la
impresión
de
que
Córdoba,
es
decir,
su
gobierno,
no
lo
ha
definido
todavía.
Pasó
el
AVE
como
un
huracán.
Aparecieron,
al
hacer
la
nueva
estación,
en
Cercadillas,
los
restos
más
importantes,
dicen,
de
todo
el
mundo
romano
salvo
los
de
la
misma
Roma.
No
sé
si
tal
cosa
es
cierta,
mucho
es,
pero
que
son
los
más
extensos
que
se
han
descubierto
desde
que
se
excavó
Pompeya
sí
que
lo
es.
No
hubo
índice
que
los
valorara
y
las
vías
del
tren
consiguieron
arrasarlos
por
segunda
vez.
Ni
los
famosos
bárbaros
de
las
invasiones
lo
fueron
tanto.
Días
después,
todos
a
quejarse,
nadie
tuvo
la
culpa,
los
partidos
se
echaron
la
culpa
a
varias
bandas.
¿No
se
le
pudo
preguntar
a
algún
experto?
Quedan
unas
exiguas
ruinas
de
ruinas
que
molestan
a
todos
los
políticos
como
un
pellizco
en
la
conciencia
y
mucho
me
temo
que
están
condenadas
a
ser
destruidas,
más
aún,
aniquiladas,
por
tercera
y
última
vez.
Ojos
que
no
ven...
Gobernaba
el
PSOE
en
España
y
Andalucía
y el
PC
-o
IU,
qué
más
da-
aquí,
partidos
culturales
por
definición.
No
digo
que
no
hubiera
que
haber
hecho
lo
que
se
hizo;
digo
tan
sólo
que
no
hubo
criterio
alguno
para
decidir.
Se
traza
el
AVE
camino
de
Málaga,
obra
necesaria
donde
las
haya.
Se
sabe
que
toda
la
campiña
estaba
salpicada
de
villas
romanas
y de
poblados
de
todo
tipo
y,
lógicamente,
aparecen
sus
restos.
La
Consejera
de
Cultura
de
entonces
dice
que
«no
se
tolerará
que
se
destruya
el
patrimonio
andaluz»,
de
donde
se
deduce
que
lo
de
Cercadillas
debía
estar
en
el
extranjero.
Gobernaba
el
PP
en
España;
en
Andalucía
y en
los
pueblos
campiñeros,
los
de
siempre.
Aparte
de
las
invectivas,
¿se
aplicó
algún
criterio
objetivo
para
sopesar
lo
descubierto?.
Acaban
de
aparecer
otros
restos
en
la
Victoria.
Una
calzada
secundaria,
como
parece
que
era,
quizá
no
sea
merecedora
de
ser
conservada,
pero
¿podría
algún
arqueólogo,
sea
municipal
o
aficionado,
algún
cronista,
incluso
un
escritor
o un
poeta,
alguien,
quien
sea,
decirnos
qué
son
esos
restos,
cuánto
valen,
de
dónde
a
dónde
iban
los
que
por
allí
transitaban,
qué
hacían,
qué
temían,
en
qué
soñaban?
¿Iban
al
cementerio
del
que
aún
nos
queda
un
panteón?
Panteón
que,
por
cierto,
debía
haber
servido
para
un
rico
hombre,
pues
las
obras
de
conservación
motivaron
toda
una
protesta
de
los
partidos
de
la
entonces
oposición
«progre»
contra
el
equipo
gobernante
en
la
ciudad.
¿Es
que
ni
siquiera
en
lo
que
es
común
a
todos
puede
haber
acuerdo?
¿Es
que
la
importancia
de
los
restos
del
pasado
depende
del
color
político?
¿Es
que
hay
ruinas
de
derechas
y de
izquierdas?
¿Se
destruyeron
las
de
Cercadillas
porque
allí
había
estado
la
sede
del
gobierno
de
la
Bética?
¿Se
destruirá
la
calzada
porque
está
en
la
Victoria?
Eso,
al
menos,
querría
decir
que
sí
que
hay
directrices.
Ay,
los
políticos...
esos
sí
que
deberían
ser
restos
del
pasado. |
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