Valerio
Manfredi,
escritor,
autor
del
libro
'Alexandros'.
El escritor afirma que la visión de Oliver Stone sobre el héroe «es unilateral» Firma el guión de 'Memorias de Adriano', que protagonizará Antonio Banderas.
Como
arqueólogo
de
verdad,
el
autor
de
la
trilogía
'Alexandros'
considera
muy
limitada
y
parcial
la
película
de
Oliver
Stone,
aunque
sea
menos
desastrosa
que
'Troya'
y
menos
simplista
que
'Gladiator'.
Valerio
Massimo
Manfredi,
autor
de
docenas
de
'best-
sellers'
histórico-arqueológicos,
diagnostica
el
problema
de
fondo:
ni
Hollywood
ni
América
son
capaces
de
entender
los
genios
de
la
antigüedad.
-¿Qué
le
parece
la
película
de
Oliver
Stone
'Alejandro'?
-Por
el
momento,
he
visto
sólo
el
guión,
que,
por
desgracia,
no
me
gusta.
A
pesar
de
que
lo
haya
hecho
Robin
Lane
Fox,
amigo
mío
y
quizás
el
mayor
experto
en
Alejandro
Magno
hoy
en
día.
Pero
el
guión
resulta
unilateral,
es
tan
sólo
un
único
punto
de
vista.
-La
película
ha
creado
polémica
por
subrayar
la
bisexualidad
del
héroe
macedonio.
¿Era
importante
este
aspecto
en
su
vida?
-No.
Alejandro
nunca
dio
mucha
importancia
al
sexo,
a
pesar
de
que
Hefestión
era
más
que
un
amigo.
Tuvo
relaciones
con
muchas
mujeres
y
amantes,
dos
esposas,
hijos
Era
un
hombre
de
su
tiempo
y,
en
aquel
entonces,
los
muchachos
que
crecían
juntos
y
llevaban
una
vida
intensa
podían
desarrollar
una
sexualidad
de
ese
tipo.
En
la
antigua
Grecia,
la
homosexualidad
moderada
no
tenía
connotaciones
negativas,
dentro
de
unos
límites.
-¿Qué
limites?
-Había
una
tolerancia
respecto
a
la
homosexualidad,
pero
eso
no
significa
que
se
aceptase
todo.
En
la
cultura
griega
la
sodomía
era
un
comportamiento
despreciable,
infamante.
Usaban
muchos
términos
peyorativos
y
groseros
para
el
homosexual
pasivo,
que
conocemos
por
la
comedia
y
el
teatro.
En
cambio
se
toleraba
al
hombre
que
asumía
la
parte
activa.
Incluso
en
el
mundo
romano,
la
intervención
activa
no
era
considerada
una
carencia
de
virilidad.
El
caso
más
conocido
era
la
relación
entre
el
emperador
Adriano
y
Antinoo,
un
joven
de
rasgos
andróginos.
-En
Estados
Unidos,
las
críticas
a
'Alejandro'
han
sido
fuertes
y
han
tenido
impacto
en
la
taquilla.
-La
parte
que
ha
reaccionado
en
contra
es
la
que
lleva
hoy
la
voz
cantante:
la
América
rural,
profunda,
donde
sopla
el
viento
fundamentalista,
y
que
ha
reelegido
a
George
Bush.
'Gladiator'
fue
un
éxito
porque
Maximus
era
un
hombre
de
familia.
Era
una
persona
que
da
seguridad.
Alejandro,
en
cambio,
es
un
personaje
inquietante.
-¿Y
qué
le
ha
parecido
'Troya'?
-No
me
ha
gustado
en
absoluto,
a
pesar
de
que
algunas
escenas
eran
fascinantes,
como
los
gritos
de
Aquiles,
solo
frente
a
la
ciudad,
cuando
desafía
a
Héctor.
Pero
en
esa
película
falta
el
alma.
Es
una
mera
operación
de
marketing,
que
humilla
a
Homero.
Hollywood
es
capaz
de
coger
a
Homero
y
convertirlo
en
hamburguesas.
Ha
sido
otra
gran
ocasión
perdida.
-¿Por
qué
no
consigue
Hollywood
retratar
a
grandes
personajes?
-Porque
no
los
conocen
ni
tienen
sensibilidad.
Y
también
porque
no
les
importa.
Cuando
los
americanos
representan
el
mundo
que
ellos
conocen,
o
el
del
futuro
como
en
'Matrix',
realizan
auténticas
obras
maestras.
Las
películas
como
'Alejandro'
tendríamos
que
hacerlas
los
europeos,
que
somos
los
depositarios
de
esa
civilización.
-¿Cuáles
eran
los
rasgos
principales
de
Alejandro
Magno?
-Era
un
hombre
que
pensaba
en
grande.
Que
tenía
a
sus
espaldas
dos
gigantes
-su
padre,
Filipo
de
Macedonia,
y
su
maestro,
Aristóteles-,
pero
consiguió
no
ser
ni
Filipo
ni
Aristóteles
sino
Alejandro.
De
esas
raíces
toma
lo
que
necesita
para
crear
un
mundo
nuevo.
Alejandro
se
daba
cuenta
de
la
inmensidad
del
planeta.
Consideraba
que
Grecia
debería
ser
el
fermento
de
esa
humanidad
y
por
eso
lo
difunde
por
todas
partes,
fundando
72
ciudades,
pero
aceptando
las
formas
locales.
Sobreponía
esos
aspectos
a
una
raíz
de
guerrero
despiadado,
exterminador.
Alejandro
era
un
caso
de
humanidad
titánica.
-Además
de
los
'best-sellers'
y
de
sus
clases
de
Arqueología
en
la
Universidad
de
Milán,
usted
divulga
la
historia
antigua
a
través
del
cine.
¿En
qué
proyectos
está
trabajando?
-He
escrito
el
guión
para
las
'Memorias
de
Adriano',
de
Marguerite
Yourcenar,
que
dirigirá
John
Boorman
y
que
interpretará
Antonio
Banderas.
Esperamos
comenzar
a
rodar
este
año.
-¿Sugirió
usted
a
Banderas?
-Yo
había
pensado
en
Richard
Gere
porque
se
parece
físicamente
a
Adriano,
pero
Antonio
Banderas
es
un
gran
actor,
con
una
gran
presencia
física,
que
interpreta
de
modo
brillante.
Es
un
actor
de
gran
calibre,
de
gran
seriedad,
y
estoy
contentísimo.
Me
han
dicho
que
ha
aceptado
un
pago
inferior
al
suyo
habitual
por
amor
al
personaje,
que
era
español
como
él.
-No
es
fácil
convertir
en
guión
un
libro
tan
intimista
y
complejo...
-De
hecho,
abandoné
el
intento
varias
veces
pero,
al
final,
me
convenció
mi
mujer.
Será
una
película
con
contenido,
no
un
'Gladiator'.
Adriano
era
un
personaje
complejo,
de
gran
envergadura
intelectual,
con
relaciones
humanas
difíciles
de
representar.
Pero
era,
sobre
todo,
un
hombre
clarividente,
cuya
proyección
política
domina
el
medio
siglo
posterior,
el
de
apogeo
del
Imperio.
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