La
obra "Hispania.
Geografía,
Etnología
e
Historia,
del
arqueólogo
e
hispanista
alemán
Adolf
Schulten
(1870-1960),
descubridor
de
Numancia
y
rastreador
de
Tartessos,
ha
conocido
una
nueva
edición,
a
cargo
de
Renacimiento,
noventa
años
después
de la
primera
y
hasta
ahora
única
en
español.
Historiador,
filólogo
y
arqueólogo,
Schulten
está
considerado
como
el
padre
de la
investigación
moderna
sobre
Tartessos,
y
encontrar
los
vestigios
de
esta
ciudad
mítica,
algo
que no
logró,
se
convirtió
en su
obsesión.
Efectuó
varias
excavaciones
en
el
interior
del
actual
Parque
Nacional
de
Doñana,
cerca
de
la
desembocadura
del
río
Guadalquivir,
donde
encontró
restos
de
un
poblado
romano
en
el
Cerro
del
Trigo,
que
creyó
que
era
una
población
situada
sobre
los
restos
de
la
mítica
ciudad,
ya
que
allí
halló
igualmente
un
anillo
con
una
inscripción
griega
de
clara
factura
tartésica.
En "Hispania",
como
hizo
en
su
libro
"Tartessos",
en
el
que
recoge
de
manera
sistemática
todo
el
saber
de
la
antigüedad
sobre
esa
antigua
civilización,
enumera
todas
las
fuentes
antiguas
que
de
un
modo
u
otro
citan
la
Península,
de
la
que
recuerda
que
su
nombre
más
antiguo
equivale
a
"país
de
serpientes",
al
que
seguirán
el
fenicio
equivalente
a
"país
de
conejos",
y el
romano
Hispania,
por
el
que
se
conocerá
a
partir
de
entonces
y
del
que
deriva
el
actual
España.
En
el
apartado
geográfico,
Schulten
repasa
a
todos
los
autores
de
la
antigüedad
que
dan
noticia
de
la
Península
en
sus
obras,
desde
Aristóteles
y
Polibio
hasta
Estrabón
y
Orosio,
y
llega
a
citar
varios
mapas
medievales,
mientras
que
en
el
capítulo
etnológico
repasa
las
más
antiguas
tribus
de
Lusitania,
del
Sur,
del
Noroeste
y
las
que
habitaron
entre
el
Ebro
y
los
Pirineos.
Entre
los
pueblos
históricos
de
la
Península,
Schulten
aborda
los
ligures,
que
cita
como
"la
población
más
antigua
que
es
dado
comprobar
históricamente
en
la
Península",
y de
los
que
añade
que
"poseyeron
un
tiempo
toda
la
Península",
que
"los
vascos
parecen
ser
ligures"
y
que
algunos
hallazgos
hacen
"sospechar
que
también
ellos
proceden
de
Africa
como
antes
los
paleolíticos
y
más
tarde
los
iberos".
Los
iberos
suponen
para
Schulten
"la
segunda
capa
étnica
histórica"
de
la
Península,
mientras
que
los
celtas,
ya
en
el
siglo
VI
antes
de
Cristo,
procedentes
del
Norte,
invadieron
el
Oeste
y el
centro
expulsando
a
los
ligures,
mientras
que
los
iberos
se
sostuvieron
en
el
Este
y en
el
Sur,
hasta
que
en
250
antes
de
Cristo
toda
la
Península
fue
ibera.
Entre
los
pueblos
"extranjeros"
de
la
antigua
España
enumera
Schulten
a
micénicos,
fenicios,
griegos
y
cartagineses,
y en
una
de
estas
migraciones
es
la
que
el
historiador
alemán
sitúa,
en
su
obra
"Tartessos",
el
origen
de
la
mítica
civilización,
de
la
que
se
conservan
vestigios
tan
sorprendentes
como
el
llamado
Tesoro
del
Carambolo,
que
se
conserva
en
Sevilla
y
está
constituido
por
un
conjunto
de
piezas
labradas
en
oro
puro.
La
teoría
de
Schulten
es
que
hacia
el
3000
antes
de
Cristo
llegaron
al
sur
de
la
Península
unos
invasores
procedentes
de
Creta,
a
los
que
denomina
como
"pretartésicos",
que
pusieron
las
bases
del
desarrollo
posterior
y
que
ya
en
el
1100
antes
de
Cristo
se
habían
conformado
como
Tartessos.
Sin
embargo,
considera
que
el
nacimiento
de
Tartessos
tiene
su
origen
en
la
llegada
de
pueblos
procedentes
de
Asia
Menor,
más
avanzados
culturalmente
y
que
tras
arribar
a
las
costas
andaluzas
se
convirtieron
en
la
clase
dominante,
desde
el
actual
Algarve
portugués
hasta
el
levante
español.
"Hispania"
incluye
un
largo
capítulo
dedicado
a
"la
España
Romana",
desde
la
conquista
hasta
el
cristianismo
y
las
consecuencias
en
estas
tierras
de
la
decadencia
y
caída
del
Imperio
romano. |