Alejandro
Magno
está
probablemente
sufriendo
(como
otras
tantas)
la
globalización
que
Hollywood
está
imponiendo
al
resto
del
mundo,
lo
que
no
pasa
su
dudoso
filtro
de
calidad
llega
con
menguadas
fuerzas
al
resto
del
mundo,
si
es
que
consigue
llegar.
Muchos
son
los
factores
que
hacen
que
Alejandro
Magno
haya
sido
un
fracaso
de
taquilla
en
EE.UU,
uno
de
esos
factores
se
llama
Oliver
Stone,
autor
de
obras
de
la
talla
de
Platoon
o
JFK
no
está
congraciado
con
los
factotums
de
Holywood,
mas
si
cabe
después
de
su
documental
sobre
Castro
Comandante.
Por
desgracia
hay
muchas
formas
de
hundir
a
una
película
en
taquilla,
y en
EE.UU.
se
las
saben
todas,
como
estrenar
la
película
en
un
numero
de
salas
muy
inferior
al
normal
(fenómeno
que
se
está
repitiendo
en
España)
o
catalogar
a la
película
con
la
homologación
R,
el
grado
mas
fuerte
antes
de
las
películas
porno.
Si a
esto
le
sumamos
algunas
críticas
ultraconservadoras
que
tachan
a la
película
poco
menos
que
de
alegato
a la
Homosexualidad
tenemos
explicado
el
panorama
que
está
sufriendo
Alejandro
Magno
en
EE.UU.,
y
probablemente
es
algunos
otros
paises.
Pero
bueno,
dejemos
atrás
las
intrigas
de
"la
meca"
del
cine
y
centrémonos
en
lo
que
Oliver
Stone
nos
presenta
en
su
película
de
cerca
de 3
horas.
Si
de
algo
no
peca
el
filme
es
de
ambiciosa,
intentando
abarcar
íntegramente
la
vida
de
una
de
las
figuras
de
la
antigüedad
mas
impactantes
de
la
historia,
desde
la
cuna
en
los
brazos
de
su
madre
contemplando
las
intrigas
de
palacio
e
imponiéndose
en
la
doma
del
que
será
su
caballo
Bucéfalo,
hasta
su
muerte
bajo
extrañas
circunstancias.
Narrada
por
Ptolomeo
(Anthony
Hopkins)
vamos
conociendo
LA
VIDA
de
un
personaje
que
vivió
demasiado
como
para
contarse
en
cualquier
película,
mas
si
algo
queda
plasmado
en
esta
película
es
la
plenitud,
el
saber
dibujar
elementos
como
la
familia,
la
cultura,
el
amor,
las
inquietudes
o
los
miedos
de
una
persona
es
harto
difícil,
y
Stone
lo
consigue.
Encardinándolo
todo
por
medio
de
una
escena
brillante
con
un
genial
Filipo
(Val
Kilmer)
donde
se
muestra
la
grandeza
y lo
macabro
del
mito
griego
se
desarrollan
las
escenas
de
acción,
amor,
traiciones
y
gloria.
Oliver
Stone
nos
presenta,
por
medio
de
un
guión
y
unos
diálogos
de
mucha
calidad,
un
Alejandro
Magno
humano,
líder
de
sus
legiones,
brutal
contra
la
traición
y
frágil
ante
el
amor,
obsesionado
con
el
mito,
con
la
gloria
de
pasados
héroes
como
Heracles
o
Aquiles,
sabiendo
a
ciencia
cierta
que
por
mucho
camino
que
recorra
jamás
llegara
a su
altura.
Con
una
puesta
en
escena
realmente
impresionante
Oliver
Stone
no
se
priva
en
detalles,
cargando
la
mano
con
los
impresionantes
escenarios
de
Babilonia,
sus
jardines
colgantes
o su
Zigurat,
la
impecable
caracterización
de
cada
cultura,
desde
los
persas
hasta
los
indios,
todo
ello
regado
con
la
sangre
que
hace
crecer
la
hierba,
la
sangre
que
se
derrama
en
batallas
como
la
de
Gaugamela,
deleite
para
los
amates
de
la
VERDADERA
estrategia
bélica,
con
estructuración
racional
de
unidades,
flanqueos,
y un
largo
etcétera
que
hace
palidecer
a
las
ya
cansinas
cargas
multitudinarias.
Exigir
a
una
película
que
opta,
como
esta,
a lo
que
opta
una
pulcritud
máxima,
o
una
fidelidad
impecable
sería
un
error,
fijarse
en
los
detalles,
en
las
licencias,
y no
saber
disfrutar
del
conjunto
que
ofrece
esta
gran
película
seria
no
ver
el
bosque
por
culpa
de
un
árbol.
El
propio
Oliver
Stone
ha
reconocido
que
tiene
aun
mucho
material
rodado
que
no
está
en
esta
versión
cinematográfica,
esperemos
que
podamos
verlo
en
alguna
versión
extendida
tan
de
moda
últimamente,
de
momento
"solo"
podemos
disfrutar
del
esplendor
del
hijo
de
Zeus
en
el
cine
mas
próximo.