Denuncian que el anteproyecto de reforma educativa reduce la presencia de la cultura clásica en Secundaria y Bachillerato y pone en peligro su futuro
El
anteproyecto
de
la
Ley
Orgánica
de
Educación
(LOE)
contiene
«datos
preocupantes»
que
llevan
a
pensar
en
un
futuro
también
«preocupante»
para
las
Humanidades,
según
explicó
ayer
en
rueda
de
prensa
el
presidente
de
la
Sociedad
Española
de
Estudios
Clásicos
(SEEC),
Antonio
Alvar.
El
profesor
Alvar
advirtió
de
que,
pese
a
que
el
borrador
de
la
LOE
asume
una
parte
importante
de
sus
posiciones,
las
Humanidades
en
general
y
el
latín
y
el
griego
en
particular
quedan
peor
tratadas
que
en
la
Logse
y
la
Ley
de
Calidad
(LOCE),
ya
que
el
anteproyecto
no
ofrece
garantías
para
su
enseñanza.
Diluidas
entre
optativas
La
Cultura
Clásica
fue
introducida
en
la
Logse,
y
en
la
LOCE
aparece
como
obligatoria
para
todos
los
alumnos
de
Tercero
de
la
ESO.
El
proyecto
de
reforma
de
esta
ley
la
incluye
en
combinación
con
una
lengua
moderna
en
un
apartado
que
permite
a
las
Comunidades
Autónomas
incluir
sus
propias
optativas.
En
opinión
de
Alvar,
esto
puede
«provocar
que,
en
algunas
Comunidades,
las
asignaturas
de
Cultura
Clásica
queden
diluidas
en
un
maremagnum
de
asignaturas
optativas,
como
ya
ha
ocurrido
otras
veces».
Por
lo
que
se
refiere
al
latín,
la
LOE
lo
mantiene
en
Cuarto
de
la
ESO
como
asignatura
en
combinación
con
otras
siete
de
las
que
el
alumno
deberá
elegir
tres.
En
el
Bachillerato,
el
latín
y
el
griego
«no
se
mencionan
como
materias
específicas»,
por
lo
que
los
humanistas
temen
que
pierdan
el
estatus
que
lograron
en
la
LOCE
y
en
los
decretos
de
mínimos
de
Bachillerato.
¿Y
qué
pide
la
SEEC
al
Gobierno?
Como
mínimo,
«no
prohibir
la
enseñanza
del
latín
a
los
menores
de
16
años
y,
por
tanto,
que
mantenga
la
situación
de
la
LOCE».
Además
reclama
que
sea
básico
en
todas
las
opciones
del
Bachillerato,
no
sólo
para
la
de
Humanidades.
En
cuanto
al
griego,
defiende
que
debe
figurar
explícitamente
en
este
nivel
educativo
como
optativo.
Adrados
comentó
que
ambas
materias
deben
ser
optativas
en
todo
el
Estado,
porque
«no
podemos
arrastrarnos
ante
cada
Comunidad
para
que
lo
sean».
El
manifiesto
insiste
en
que
la
cultura
clásica
es
básica
para
la
comunicación
entre
los
europeos
y
para
la
comprensión
científica
y
técnica.