por
Aurora
Luque
Es
una
satisfacción
para
un
colaborador
en
prensa
que
sus
lectores
estén
atentos
con
finísimo
oído
al
baile
de
los
eventuales
errores
gramaticales;
para
cualquier
medio
escrito
es
un
honor
atraer
la
atención
no
sólo
hacia
el
contenido
informativo
sino
a
la
pulcritud
de
la
forma
(por
más
que
en
algún
caso
último
de
trueque
de
dativos
y
ablativos
haya
estado
implicada
la
malicia
de
un
'duende
corrector').
Nos
agradaría
más
aún
atraer
a
este
tema
de
discusión
('in hunc
orbem
incidere',
que
diría
Cicerón)
a
los
lectores
más
jóvenes
que
se
van
incorporando
a
la
costumbre
de
leer
prensa.
Pero
nos
tememos
que
en
un
futuro
no
muy
lejano
la
percepción
de
lo
correcto
o
incorrecto
se
ha
de
nublar
en
todo
lo
referido
al
latín.
El
estudio
de
la
bella
lengua
de
Virgilio,
que
contaba
antes
con
un
curso
obligatorio
para
todos
en
el
bachillerato,
ahora,
'novo millennio
ineunte',
está
siendo
desalojado
a
patadas
de
los
planes
de
estudios.
Ya
es
cosa
de
minorías
casuales:
se
imparte
allí
donde
el
profesor
de
latín
no
se
ha
jubilado
todavía.
La
descafeinada
Cultura
Clásica
que
lo
sustituye
es
una
optativa
que
apenas
se
imparte
en
la
práctica.
Y
sin
latín,
la
lengua
española
padecerá
de
Alzheimer.
Ignorar
las
lenguas
clásicas
es
como
degollar
a
los
abuelos,
dejar
secar
las
raíces
que
nos
unen
a
Europa.
Los
que
han
desmontado
con
saña
los
estudios
de
Humanidades
pretenden
ahora
modernizar
la
enseñanza
a
golpes
de
bilingüismo
(todo
en
espanglish).
En
marcha
está
el
pomposo
plan
andaluz
de
creación
de
centros
bilingües,
inverosímil
porque
parece
ignorar
la
realidad
lingüística
del
alumnado.
Lo
que
de
verdad
nos
falta
es
conciencia
del
idioma:
no
queremos
admitir
que
el
español
que
usan
millones
de
jóvenes
hablantes
es
un
instrumento
cargado
de
futuro,
de
poder
y
de
riqueza.
Pues
bien:
las
horas
de
Lengua
y
Literatura
Españolas
que
recibe
un
estudiante
de
segundo
de
Bachillerato
a
la
semana
han
descendido
de
ocho
a
tres.
¿De
ocho
a
tres!
Nuestro
complejo
de
no
saber
inglés
(y
de
haberlo
enseñado
mal)
va
a
arrasar
con
todo
lo
demás.
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