Los
arqueólogos
afirman
que
el
monumento
es
la
herencia
de
nuestra
historia
y
que
sin
un
proceso
de
consolidación
no
debe
albergar
actividades.
Cádiz.
Ni
espectáculo
de 'drag
queens',
ni
tragedias
de
Esquilo.
El
Teatro
Romano
no
está
para
los
trotes
del
público.
La
fragilidad
de
la
fábrica
de
los
materiales
con
los
que
fue
construido,
la
propia
morfología
del
conjunto
y
otros
factores
desaconsejan
su
uso
para
la
celebración
de
cualquier
acto
de
carácter
público.
Así
lo
dice
el
informe
hecho
por
la
Delegación
Provincial
de
Cultura
y
así
lo
corroboran
los
arqueólogos
consultados,
que
coinciden
en
destacar
que
el
Teatro
es
"la
herencia
de
nuestra
historia"
y
"sin
un
proceso
de
consolidación
no
debe
albergar"
actividades
que
no
sean
la
visita
turística.
El
informe,
facilitado
por
la
Delegación
Provincial
de
Cultura,
es
corto
y
claro.
Habla
de
la
vulnerabilidad
de
la
piedra
ostionera,
de
las
intervenciones
de
conservación
básicas
a
las
que
ha
sido
sometido
a la
espera
de
una
actuación
global
tanto
de
investigación
como
de
puesta
en
valor
y de
que
la
plataforma
que
se
pretende
usar
como
escenario
es
provisional.
Tampoco
omite
los
actos
vandálicos
constatados
en
anteriores
actos
celebrados,
y
plantea
una
reflexión
sobre
el
uso
de
este
tipo
de
conjuntos
arqueológicos.
En
dos
folios
y
medio,
se
plasman
en
papel
los
por
qués
el
Teatro
Romano
debe
tender
"a
ser
museo",
como
otros
yacimientos
similares,
y no
a
acoger,
al
menos
por
ahora,
espectáculos.
"La
fragilidad
de
la
fábrica
del
Teatro
Romano
no
reúne
condiciones
porque
no
se
ha
hecho
una
consolidación
definitiva",
explica
Ángel
Muñoz
Vicente,
arqueólogo
inscrito
en
el
Departamento
de
Protección
de
Bienes
Culturales
de
la
Delegación
de
Cultura.
Muñoz
incide
en
que
en
el
conjunto
hay
zonas
en
las
que
el
público
no
debe
sentarse
ni
andar,
que
no
tiene
los
servicios
necesarios
ni
guarda
condiciones
higiénico-sanitarias
para
albergar
un
espectáculo
y
que
los
accesos
tampoco
reúnen
las
condiciones
precisas
para
este
tipo
de
celebraciones.
Pero
también
habla
Muñoz
del
que
define
como
"tema
conceptual",
es
decir
de
lo
que
en
el
informe
viene
recogido
como
una
reflexión
sobre
el
uso
de
este
tipo
de
yacimientos,
"más
allá
de
su
estricta
condición
de
objetos
arqueológicos".
"En
los
últimos
tiempos
se
ha
generado
una
fuerte
polémica
sobre
la
utilización
de
yacimientos
arqueológicos
para
actos
públicos
-dice
el
documento-.
Se
suele
citar
como
ejemplo
el
espectacular
uso
del
Teatro
Romano
de
Mérida,
olvidando
que
se
trata
de
un
monumento
arqueológico
restaurado,
más
bien
reconstruido,
en
los
años
20
del
pasado
siglo".
"El
concepto
final
-continúa-
es
aún
más
determinante.
Excepto
circunstancias
especiales
la
mayoría
de
los
yacimientos
deben
conservarse
como
herencia
de
una
cultura,
por
tanto
como
un
Bien
no
alterable
(...)
Abundando
más
en
esta
argumentación,
los
yacimientos
arqueológicos
en
toda
Europa
están
sufriendo
actualmente
un
proceso
acelerado
de musealización.
Por
tanto,
los
yacimientos,
en
todo
caso,
deben
tender
a
ser
museos".
"Es
evidente
que
el
teatro
no
está
para
ser
pisado
por
el
público",
explicó
Antonio
Álvarez,
director
del
Museo
de
Cádiz.
"En
todas
partes
los
yacimientos
arqueológicos
tienden
a
ser
musealizados",
expone,
y el
Teatro
gaditano
no
debe
ser
menos.
"Es
herencia
de
nuestra
historia
y
somos
los
preservadores
de
una
historia
que
se
debe
concebir
como
recuerdo
del
pasado
histórico
de
Cádiz.
Hay
muchos
auditorios
donde
celebrar
espectáculos".
Antonio
Álvarez
destacó
que
éste
"no
es
el
estado
final"
del
teatro
y
que
hay
abierta
una
línea
de
investigación,
conservación
y
musealización.
"Va
a
mejorar",
dice,
y
recalca
que
"en
este
contexto
no
cabe
meter
una
población
de
espectadores
ni
para
ver
a
las
'drag
queens'
ni
para
ver
una
tragedia
griega;
no
es
cuestión
del
tipo
de
espectáculo".
Y
recuerda
que
el
Festival
de
Itálica
tuvo
que
mudarse
al
Maestranza
por
el
enorme
coste
que
suponía
la
protección
del
graderío.
Por
último,
Ramón
Corzo,
director
de
las
excavaciones
del
Teatro,
indicó
que
la
no
cesión
del
teatro
"en
principio
me
parece
muy
bien.
Llevamos
muchos
años
de
excavación
pero
aún
no
se
ha
acometido
la
consolidación
del
graderío
para
que
pueda
tener
ese
uso".
Así,
el
conjunto
"está
aceptablemente
bien
para
soportar
la
intemperie,
pero
no
para
soportar
el
tránsito
por
el
graderío",
hecho
con
un
mortero
cuyas
características
lo
hacen
en
Cádiz
"relativamente
frágil"
por
la
salinidad.
Comparando
de
nuevo
con
Mérida,
argumentó
que
la
estructura
que
se
coloca
sobre
el
graderío
para
sentar
al
público
es
algo
"violento
y
radical".
El
uso
del
Teatro,
concluyó,
"sería
desperdiciar
el
trabajo
de
mucho
tiempo
e ir
en
contra
del
objetivo"
del
conjunto.
En
suma,
la
realización
en
él
de
espectáculos
deben
contar
con
los
medios
de
protección
necesarios,
"y
hasta
que
no
se
haga
la
consolidación
del
graderío
cualquier
uso
será
muy
costoso".
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