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06/09/2004 |
El
Norte/Palencia
●
www.nortecastilla.es |
|
Los
estudios
sobre
el
castro
de
Santibáñez
confirman
que
los
romanos
atacaron
a los
indígenas |
Los
investigadores
del
Instituto
de
Estudios
Prerromanos
y
de
la
Antigüedad
de
Cantabria
han
confirmado,
con
sus
excavaciones
en
el
Castro
de
la
Loma
en
Santibáñez
de
la
Peña,
que
esta
ciudad
fue
atacada
por
los
romanos
durante
las
Guerras
Cántabras.
El
castro,
que
fue
descubierto
hace
tres
años
por
Miguel
Ángel
Fraile,
estuvo
ocupado
por
indígenas
de
la
zona
que
se
sublevaron
contra
el
emperador
Octavio
Augusto
alrededor
del
año
20
antes
de
Cristo.
Por
segundo
año
consecutivo,
el
arqueólogo
Eduardo
Peralta
ha
encabezado
los
trabajos
de
excavación
de
la
antigua
ciudad
y
asegura
que
este
yacimiento
puede
convertirse
en
uno
de
los
más
importantes
de
la
época
de
las
guerras
cántabras
y
astures,
que
se
desarrollaron
en
el
norte
de
la
península
entre
los
años
28
y
16
antes
de
Cristo.
«El
año
pasado
encontramos
el
lugar
donde
se
ubicó
la
muralla»,
explica
el
responsable
de
la
investigación,
quien
añadió
que
este
año
han
confirmado
que
fue
atacada
por
los
romanos,
«ya
que
hemos
encontrado
abundante
material
de
la
batalla
e
incluso
restos
de
fuego».
Peralta
aseguró
a
Efe
que
cada
metro
que
se
excava
permite
conocer
un
poco
mejor
qué
fue
lo
que
sucedió
durante
la
batalla
y
saber
cómo
vivían
los
indígenas
cántabros
de
la
zona.
Durante
la
campaña
de
este
año,
que
ha
concluido
hace
escasos
días,
también
han
centrado
la
investigación
en
el
conocimiento
de
los
campamentos
romanos
que
hubo
en
torno
al
castro,
algo
en
lo
que
quieren
incidir
para
el
2005,
cuando
esperan
conseguir
financiación
para
trabajar
al
menos
dos
meses.
«Lo
que
descubrimos
el
año
pasado
nos
ha
permitido
obtener
ayudas»,
reconoce
agradecido
Peralta,
quien
confirma
las
subvenciones
de
la
Junta,
la
Diputación
y
el
Ayuntamiento
de
Santibáñez.
El
asentamiento
ubicado
al
norte
de
la
provincia,
en
las
estribaciones
de
la
Cordillera
Cantábrica,
fue
muy
habitado,
insiste
Peralta,
que
cree
que
al
menos
vivían
un
millar
de
personas
«porque
las
dimensiones
de
la
muralla,
cuatro
metros
de
largo
y
de
alto,
son
muy
importantes».
Entre
los
restos
hallados,
piedras
de
afilar,
pesas
de
telar,
restos
de
cerámica,
puntas
de
flecha
de
los
arcos
romanos,
tachuelas
de
sandalias
o
puntas
de
alguna
lanza,
también
se
han
encontrado
restos
óseos
de
vacas,
ovejas
y
ciervos,
que
permiten
aproximarse
a
los
hábitos
gastronómicos
de
los
cántabros
camáricos.
El
próximo
año
las
investigaciones
pretenden
centrar
sus
trabajos
en
conocer
las
estructuras
de
las
viviendas
en
las
que
residían
los
cántabros. |
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