En una de ellas figuran varias inscripciones, en las que se mentan los nombres de dos cónsules romanos y de un edil en el año 169 d.C., al que los investigadores atribuyen la financiación de la reforma del teatro para convertirlo en un espacio para juegos de fieras y de toros. Según señalaron, esta pieza tiene una argolla en su parte superior que les lleva a concluir que se realizaban este tipo de espectáculos.

Otra de las razones por las que sospechan la conversión en anfiteatro es que durante la pasada campaña no aparecieron restos de la orquesta del teatro, pero sí de un precinto interior que la dota de más superficie.

Tusset aseguró que estas circunstancias convierten al teatro romano en "uno de los rarísimos casos que existen", y en el único de la península ibérica, puesto que sí se conocen algunos en lugares como la zona adriática, los Balcanes y Oriente. El investigador señaló, a la vista de estos datos, que "el teatro tuvo poco éxito en Clunia", puesto que en otras ciudades similares con teatro, se construyeron también anfiteatros cuando los espectáculos de juegos ganaron más peso.

"Sin embargo en Clunia decidieron que el teatro tenía capacidad de adaptación y para dar soluciones nuevas. Hicieron números y dijeron: para qué construir un anfiteatro", matizó.

EL TEATRO TIENE CAPACIDAD PARA ACOGER ESPECTÁCULOS

Por su parte, el arqueólogo Miguel Ángel de la Iglesia, señaló la posibilidad que existe de recuperar este teatro para la celebración de espectáculos. "Sus gradas tienen una capacidad para hasta 3.000 personas en la zona verde, y de unas 1.200 para los espectáculos de mayor presupuesto", señaló.

En su opinión, antes habría que conjugar los aspectos patrimoniales con los de comodidad, aunque reconoció las dificultades que entraña, "a la vista de lo acaecido con el teatro de Sagunto".

Añadió que todavía queda mucho por hacer, puesto que, a través de la pista de una alcantarilla subterránea que recoge el agua de todos los drenajes del teatro y que aún funciona, encontraron una parte importante del mismo sin desenterrar.

Otra de las conclusiones que adelantó es que, a diferencia de lo que se pensaba en un principio, el teatro no está construído sobre roca, sino que está construído el edificio entero prácticamente desde su planta a base de hormigón.

De la Iglesia señaló que el edificio estaría levantado sobre dos cuerpos de entre 20 y 25 metros de altura, equiparable a unos 8 pisos de altura de la actualidad.

En la campaña del pasado mes de julio participaron arqueólogos de Burgos, Valladolid, y Canadá, además de otros procedentes de la Universidad de Zaragoza. El próximo año las tareas se centrarán en la zona de la escena, ya que la parte enterrada, correspondiente a la trasera es "un proyecto de investigación a largo plazo, pero no interfiere en el uso del teatro como tal".

CLUNIA, ESCENARIO DE LA CULTURA

Por su parte, el presidente de la Diputación Provincial de Burgos, Vicente Orden Vigara, anunció el reciente convenio de colaboración que su institución ha sellado con la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León. El objetivo es conjugar esfuerzos inversores para continuar con las investigaciones y los trabajos, así como para el mantenimiento del edificio.

Ambas administraciones, que esperan una respuesta de colaboración del Ministerio de Cultura, realizarán una inversión de cercana al millón de euros desde el presente año hasta el 2007.

La Consejería de Cultura destinará 565.471 euros, y la Diputación de Burgos 396.148 euros. Un reparto que agradeció el presidente, Vicente Orden Vigara, puesto que la Diputación "desde que se iniciaron los trabajos hace 12 años, ha pasado muchos asumiendo los costes casi sola".

Orden Vigara señaló que "todavía queda mucho por hacer, a pesar de que se hayan dado pasos de gigante". Su intención es que, al margen de los yacimientos de Atapuerca, Clunia se convierta en "escenario de la cultura" en la provincia.