Hace
unos
2
mil
años,
los
romanos
llegaron
a un
castro
celta
situado
a la
orilla
del
río
Miño
e
instalaron
allí
su
campamento
militar.
Denominaron
al
lugar
Lucus
Augusta.
Hoy
este
lugar
se
denomina
Lugo,
y es
una
de
las
más
bellas
ciudades
de
Galicia.
El
nombre
de
Lucus
viene,
seguramente,
de
Lug,
un
dios
de
la
mitología
celta;
lo
de
Augusta
se
refería
al
gobernante
romano
que
impulsó
el
dominio
de
las
legiones
en
esta
apartada
zona
del
oeste
de
Europa.
De
la
época
romana
quedan
algunos
restos
en
el
entorno:
un
sólido
puente
de
piedra,
reedificado
varias
veces;
unos
baños
termales
al
lado
del
río,
y
–sobre
todo-
unas
murallas
de
piedra
de
pizarra
que
han
sido
valoradas
mundialmente.
Son
patrimonio
de
la
Humanidad.
Desde
mediados
del
siglo
V,
la
zona
pasó
a
ser
dominada
por
los
suevos.
Estos
guerreros
bárbaros
entraron
en
España
el
año
460,
cuando
se
descomponía
el
Imperio
romano,
y
aquí
estuvieron
hasta
el
año
585,
cuando
conquistaron
la
zona
las
tropas
de
otro
grupo
bárbaro:
los
visigodos.
Ya
en
el
inicio
del
siglo
VIII,
Muza
encabezó
una
expedición
de
las
tropas
musulmanas
que
conquistaron
a la
población,
cuando
la
Península
Ibérica
fue
invadida
por
los
árabes.
Poco
tiempo
más
tarde
fue
reconquistada
por
el
rey
de
Asturias
Alfonso
I.
No
llegó
entonces
la
tranquilidad,
porque
aún
vivieron
los
lucenses
días
de
temor
en
los
que
llegaron
a
aparecer
las
huestes
musulmanas,
y
también
padeció
por
las
clásicas
luchas
dinásticas
y
señoriales.
La
edad
moderna
fue
mas
calmada,
hasta
la
guerra
de
la
independencia,
en
el
inicio
del
siglo
XIX
...
y
luego
continuó
una
vida
tranquila
con
cierto
crecimiento;
una
tranquilidad
que
aún
se
puede
disfrutar
hoy,
cuando
la
población
se
ha
desparramado
en
torno
de
la
ciudad
antigua.
MURALLAS
PATRIMONIO
DE
LA
HUMANIDAD
La
ciudad
de
Lugo
es
hoy
famosa
por
sus
murallas
de
pizarra,
con
sus
rechonchas
torres
circulares.
En
total
72
torres.
Pero
aparte
de
esas
murallas
de
no
elevada
altura,
hay
más
atractivos
para
detenerse
en
esta
población
gallega
de
apenas
100
mil
habitantes.
La
Muralla
romana
de
Lugo
fue
declarada
Monumento
Nacional
por
el
Estado
español
en
1921
y
Patrimonio
de
la
Humanidad
el
30
de
noviembre
del
año
2000.
Es
una
bella
estructura,
el
mejor
vestigio
defensivo
conservado
íntegramente
de
la
Hispania
romana.
Tiene
dos
kilómetros
de
perímetro
y
rodea
una
vieja
urbe,
en
la
que
se
integra
y a
la
que
dignifica.
Después
de
muchos
siglos
de
luchas
e
invasiones,
se
mantiene
airosa,
grandiosa,
ciñendo
el
viejo
Lugo.
El
paseo
superior
es
idóneo
para
dar
un
vistazo
general
a la
urbe,
una
ciudad
que
sobrepasó
el
cerco,
a
través
de
la
decena
de
puertas.
Ese
pasado
romano
se
nota
también
a la
orilla
del
río
Miño.
Allí
se
hallan
las
viejas
termas
romanas,
en
los
bajos
del
edificio
del
balneario.
La
estancia
más
conservada
era
la
utilizada
como
vestuario.
Cuenta
con
hornacinas
en
las
que
los
habitantes
romanos
dejaban
la
ropa
para
entrar
en
las
salas.
Una
de
éstas,
también
visible,
fue
utilizada,
en
orígenes
del
cristianismo
galaico,
como
capilla
cristiana.
Al
lado
de
estas
termas
está
el
viejo
puente
romano,
reconstruido
en
la
Edad
Media.
El
puente
formaba
parte
de
la
vía
que
iba
de
Lucus
a
Bracara
Augusta,
la
actual
Braga,
en
Portugal.
Otro
vestigio
romano,
de
singular
importancia,
está
a
pocos
kilómetros
de
la
ciudad.
Es
Santa
Eulalia
de
Bóveda,
donde
hay
un
singular
edificio
de
incierto
uso
¿Un
templo?
¿Unos
baños? |