Practica el latín vivo (descárgate las dos revistas en latín.
formato pdf) |
|
|
|
|
Chat en latín |
|
|
|
|
13/10/2004 |
Emili J.
Blasco ● www.abc.es |
Robert
Harris:
«Cuando
describí
la
catástrofe
de
Pompeya
tenía
presentes
las
imágenes
del
11-S» |
Novela
histórica
y
de
intriga,
«Pompeya»
relata
hora
a
hora
los
últimos
días
de
la
ciudad
romana,
antes
de
quedar
sepultada
por
la
lava
del
Vesubio.
«Ahora
sabemos
lo
que
sucedió»,
dice
su
autor.
LONDRES.
Robert
Harris
se
sentó
un
verano
entre
las
ruinas
de
Pompeya
y
vio
que
los
rastros
del
viejo
acueducto,
que
iban
por
debajo
de
las
murallas
de
la
ciudad,
continuaban
después
en
dirección
al
Vesubio.
«Vi
entonces
que
por
aquí
debía
entrar
yo
en
la
historia,
porque
si
el
agua
había
fallado
varios
días
antes
de
la
erupción,
quien
estaba
a
cargo
del
acueducto
debía
haber
ido
a
la
montaña
a
ver
qué
es
lo
que
ocurría».
Así
es
como
el
periodista
y
escritor
inglés
Robert
Harris
crea
el
personaje
de
Atilio,
el
aguador,
y
comienza
su
narración:
«Año
79
d.C.
Faltan
48
horas
para
la
catástrofe».
Las
estanterías
de
la
vieja
vicaría
de
Kintbury,
donde
reside
Harris,
a
90
kilómetros
de
Londres,
están
repletas
de
libros
sobre
el
Imperio
Romano.
«Para
mis
libros
reviso
una
documentación
al
menos
diez
veces
superior
a
la
que
luego
utilizo
a
la
hora
de
escribir,
así
puedo
hacer
las
decripciones
sin
sentir
que
debo
incluir
tal
o
cual
dato
de
un
modo
forzado»,
afirma
el
autor
de
novelas
como
«Patria»,
«Enigma»
y
«El
hijo
de
Stalin».
Su
última
obra,
«Pompeya»,
acaba
de
ser
editada
en
España
por
Grijalbo.
-De
«Pompeya»
se
ha
vendido
ya
casi
un
millón
de
ejemplares.
¿A
qué
cree
que
debe
su
éxito?
-Creo
que
se
debe
a
que
es
un
modo
nuevo
de
escribir
acerca
de
la
historia
antigua.
El
libro
llega
en
un
momento
justo,
cuando
hay
un
gran
interés
por
Roma.
Además,
he
tenido
oportunidad
de
utilizar
nuevos
descubrimientos
científicos
que
hace
unos
años
no
existían
y
que
nos
permiten
estar
completamente
seguros
de
lo
que
sucedió.
-Después
de
novelas
históricas
ambientadas
en
el
siglo
XX,
¿por
qué
salta
dos
mil
años
atrás?
-En
verano
de
2000
leí
en
el
periódico
un
informe
sobre
la
destrucción
de
Pompeya,
basado
en
los
datos
observados
en
la
erupción
del
monte
Santa
Elena
de
1980.
Por
primera
vez
se
sabía
lo
que
había
ocurrido
allí
el
año
79
de
nuestra
era.
Tres
cosas
me
sorprendieron:
que
la
gente
hubiera
tenido
un
preaviso,
como
la
falta
de
agua;
que
la
erupción
no
hubiera
sido
un
big-bang,
sino
que
duró
18
horas,
y
que
los
cadáveres
de
las
dos
mil
personas
que
murieron
en
la
ciudad
cuando
les
alcanzó
la
bola
de
fuego
fueran
encontrados
a
dos
metros
y
medio
del
suelo.
Me
pareció
algo
interesante
sobre
lo
que
valía
la
pena
escribir.
-¿Por
qué
escoge
el
Aqua
Augusta,
el
acueducto
que
recorría
la
Bahía
de
Nápoles,
como
espina
dorsal
de
su
relato?
-Hasta
ahora
los
que
se
ocupaban
de
Pompeya
se
fijaban
más
en
el
arte,
en
los
templos.
El
interés
por
la
ingeniería
y
la
tecnología
es
algo
nuevo;
pocos
han
escrito
atraídos
por
esta
perspectiva
que
entronca
más
con
la
mentalidad
moderna.
El
Aqua
Augusta
era
el
mayor
acueducto
de
la
Antigüedad,
que
a
lo
largo
de
100
kilómetros
suministraba
agua
a
un
cuarto
de
millón
de
personas
de
nueve
ciudades.
Esta
gran
obra
acababa
en
Miseno,
donde
estaba
anclada
la
mayor
flota
de
entonces,
al
mando
de
Plinio
el
Viejo.
Y
de
esta
forma
resultaba
muy
fácil
implicar
en
mi
historia
a
Plinio,
que
hizo
importantes
observaciones
sobre
la
erupción.
-¿Qué
elemento
de
la
tragedia
de
Pompeya
es
el
que
más
le
atrae?
-Me
parece
que
es
el
hecho
de
que
en
Pompeya
encuentran
la
muerte
repentina
miles
de
personas
que
están
realizando
actividades
cotidianas.
Cuando
la
gente
se
levanta
por
la
mañana
tiene
la
preocupación
de
lo
inmediato,
de
lo
que
va
a
comer
ese
día,
y
se
ven
sorprendidos
en
una
lucha
por
la
supervivencia.
Creo
que
esa
imagen
nos
impresiona
a
todos,
y
es
algo
parecido
a
lo
del
hundimiento
del
Titanic.
De
pronto
nos
damos
cuenta
de
lo
vulnerables
que
somos
ante
la
naturaleza.
-La
literatura
y
el
cine
están
volviendo
a
Roma.
¿A
qué
cree
que
se
debe?
-Creo
que
tiene
que
ver
con
el
fin
de
la
Guerra
Fría.
Ésta
mantenía
aún
presente
la
Primera
y
la
Segunda
Guerras
Mundiales,
de
manera
que
la
Antigüedad
parecía
menos
relevante.
Pero
con
la
conclusión
de
la
Guerra
Fría
surge
un
redescubrimiento
del
mundo
antiguo.
En
un
momento
en
que
hay
una
sola
potencia
y
una
sola
cultura,
el
interés
se
vuelve
hacia
Roma.
Mi
próximo
proyecto
vuelve
a
ocuparse
de
los
romanos
y
se
concentra
en
el
final
de
la
República.
Para
protegerse
a
sí
mismos,
los
romanos
terminaron
por
construir
un
imperio.
El
dinero
y
los
compromisos
militares
corrompieron
la
democracia.
-En
las
presentaciones
de
su
libro,
usted
frecuentemente
compara
el
Imperio
Romano
con
el
de
Estados
Unidos.
-Ese
paralelismo
es
el
más
fuerte
que
ha
habido
en
dos
mil
años
de
historia
entre
el
Imperio
Romano
y
cualquier
otro
imperio.
El
español
fue
poderoso
y
también
el
británico,
pero
para
encontrar
una
hegemonía
militar
y
una
influencia
cultural
como
la
de
EE.UU.
hay
que
remontarse
a
los
romanos.
Escribí
«Pompeya»
después
de
desechar
un
avanzado
proyecto
sobre
un
libro
dedicado
a
EE.UU.,
al
imperio
de
Walt
Disney.
Lo
que
me
había
interesado
de
la
superpotencia
americana
lo
pude
aplicar
a
Roma,
en
particular
la
idea
de
que
un
imperio,
por
poderosísimo
que
sea,
es
vulnerable.
Además,
cuando
llegué
a
la
descripción
de
la
gente
que
huye
de
Pompeya,
tuve
en
mi
cabeza
la
imagen
del
11-S:
las
gentes
cubiertas
de
ceniza
parecían
estatuas
que
han
cobrado
vida.
Las
imágenes
de
los
que
huhían
de
las
Torres
Gemelas
de
Nueva
York
era
iguales
a
las
de
Pompeya.
-Usted
presenta
una
sociedad
en
la
que
la
corrupción
y
lucha
por
el
poder
juegan
un
papel
importante
en
su
hundimiento.
¿Pasará
lo
mismo
con
el
imperio
norteamericano?
-Como
periodista
político
he
conocido
de
cerca
el
poder
y
he
aprovechado
ese
conocimiento
para
el
libro,
aunque
más
en
sus
líneas
generales
que
en
lo
específico.
Creo
que
la
política
es
siempre
la
política,
ya
sea
en
la
antigua
Roma,
en
Londres
o
en
Washington.
El
imperio
norteamericano
pasará,
lo
que
no
sé
si
en
50
ó
500
años.
|
|
Current Date/Time 2
|
Enlaces relacionados |
|
|
|