Un
equipo
de
expertos
del
CSIC
y
una
comisión
internacional
de
papirología
restaura
y
cataloga
en
el
monasterio
de
Montserrat
el
legado
del
doctor
Roca-Puig,
entre
el
cual
se
ha
descubierto
un
texto
homérico
y un
fragmento
de
novela
griega
MANRESA.
El
pasado
mes
de
octubre,
la
Abadía
de
Montserrat
anunció
la
recuperación
de
unos
manuscritos
orientales
muy
valiosos.
El
hallazgo
se
produjo
gracias
a la
catalogación
de
estos
documentos
que
en
su
día
pertenecieron
al
Doctor
Roca-Puig,
y
que
fueron
donados
al
monasterio
después
de
su
muerte.
Los
científicos
que
los
están
tratando,
han
podido
mostrar
los
primeros
resultados
al
realizar
numerosas
investigaciones:
se
trata
de
un
papiro
homérico
y un
fragmento
de
novela
griega
desconocido.
Las
antiguas
civilizaciones
-sobre
todo
las
que
se
encontraban
cerca
del
Mar
Mediterráneo-
utilizaban
como
soporte
de
escritura
el
denominado
papiro,
elaborado
mediante
una
materia
orgánica
y de
composición
muy
sensible
a la
humedad.
De
hecho,
si
ésta
era
muy
alta,
podía
dañarlo
y
provocar
incluso
su
destrucción.
Es
por
esta
razón
que
el
único
país
donde
se
han
conservado
de
una
manera
óptima
-si
se
tiene
en
cuenta
el
paso
del
tiempo-
es
Egipto,
ya
que
su
climatología
ayuda
y
favorece
a su
conservación.
Viaje
a
los
orígenes
A
esas
tierras
viajó
el
Doctor
Roca-
Puig
-licenciado
en
Lenguas
Clásicas-
durante
los
años
50 y
60,
con
el
objetivo
de
comprar
y
estudiar
los
papiros,
puesto
que
era
un
entusiasta
de
éstos.
Su
admiración
por
esta
rama
de
la
arqueología
le
vino
a
raíz
de
estudiar
en
Milán,
ciudad
donde
tuvo
que
viajar
a
causa
del
estallido
de
la
Guerra
Civil
Española.
Se
puede
subrayar
que,
en
esas
tierras,
los
egipcios
vendían
este
tipo
de
documentos
a
los
coleccionistas
y,
además,
los
excavadores
llegados
de
diferentes
países
como
Francia,
España,
Austria
o
Inglaterra
se
limitaban
a
llevarse
a
sus
países
los
objetos
comprados
o
sustraídos.
Este
tipo
de
mercado
libre,
que
anteriormente
estaba
permitido,
actualmente
está
prohibido
y
penado
por
el
Gobierno
Egipcio,
que
no
permite
la
venta
de
este
tipo
de
materiales
que
forman
parte
de
una
de
las
civilizaciones
más
importantes
de
la
antigüedad.
Aún
así,
el
Doctor
Roca-Puig
consiguió
reunir
una
gran
cantidad
de
papiros,
constituyendo
de
este
modo
una
de
las
colecciones
más
importantes
que
tiene
España
en
la
actualidad.
Experto
en
la
lengua
griega,
el
latín
y el
denominado
copto
- un
derivado
del
jeroglífico-
sólo
indagó
y
observó
aquellos
papiros
que
le
llamaban
más
la
atención,
dejando
el
resto
abandonados
sin
que
llegaran
a
catalogarlos.
Lo
hizo
hasta
la
edad
de
90
años,
hasta
que
decidió
ir
al
Monasterio
de
Montserrat
para
que
los
monjes
cuidaran
de
él.
A su
muerte
-de
la
que
se
cumplen
ahora
tres
años-
donó
todos
estos
papiros
a la
Abadía,
donde
un
equipo
de
expertos
del
Centro
Superior
de
Investigaciones
Científicas
(CESIC)
y
una
Comisión
Internacional
de
Papirología
está
restaurando
y
catalogando
todos
los
documentos
de
la
donación que
quedaban
pendientes
por
estudiar.
Una
tarea
compleja
No
es
una
tarea
fácil:
primero
se
ha
de
extraer
la
tierra
que
hay
en
ellos
y
seguidamente,
se
les
aplican
diferentes
técnicas
para
poder
descifrar
los
contenidos
del
documento.
Sin
duda,
una
tarea
compleja
y
lenta
que
requiere
una
gran
inversión,
además
de
mucha
paciencia.
De
hecho,
los
resultados
se
esperan
en
un
largo
plazo
de
tiempo.
Aún
así,
en
uno
de
sus
últimos
hallazgos
se
ha
encontrado
un
papiro
del
siglo
III
d.d.C,
que
contenía
versos
del
canto
XIV
de
la
Ilíada
de
Homero
y
otro
que
formaba
parte
de
una
novela
griega
desconocida
que
data
del
siglo
I
a.d.C.
Los
artífices
de
este
gran
logro
son
Sofía
Torallas,
Javier
del
Barco,
Amalia
Zomeño,
M.
Victoria
Spottorno
(todos
ellos
del
CSIC)
y el
catedrático
de
papirología
de
la
Universidad
de
Leiden
(Holanda),
el
Doctor
Klaas
A.
Worp.
Pero
entre
esta
magnífica
colección,
también
se
encuentran
los
denominados
palimsestos:
papiros
elaborados
a
base
de
una
planta
de
extrema
fragilidad
que
eran
muy
codiciados
en
su
época
y
que
además
costaba
mucho
de
obtener.
Por
esta
razón,
y
con
el
fin
de
aprovechar
este
tipo
de
papel,
un
texto
antiguo
se
borraba
y
encima
se
redactaba
otro.
Pero
lo
más
destacable
es
que,
en
algunos
de
estos
palimsestos,
se
encuentran
textos
de
carácter
bíblico,
encima
de
los
cuales
hay
inscritas
una
serie
de
fórmulas
mágicas.
Muchos
se
pueden
preguntar
¿con
qué
finalidad?
Hay
una
teoría
aunque
no
es
del
todo
verídica:
para
los
ciudadanos
de
esa
época,
el
hecho
de
escribir
encima
de
un
texto
sagrado
significaba
que
las
citadas
fórmulas
podían
ser
más
efectivas
y
permitir
así,
una
curación,
una
protección
o
una
salvación
por
parte
de
la
persona
que
lo
solicitaba.
Aún
así,
hoy
en
día
es
necesaria
la
técnica
de
infrarrojos
para
percatarse
del
texto
solapado,
ya
que
a
simple
vista
es
imposible
verlo
o
darse
cuenta
se
su
existencia.
Esta
colección
y
legado
que
nos
ha
dejado
el
Doctor
Roca-
Puig
tiene
una
gran
importancia
y un
valor
incalculable.
Con
ella,
nuestro
país
consigue
reforzar
su
papel
dentro
del
mundo
de
la
papirología
ya
que
países
como
Francia,
Inglaterra
o
Austria
cuentan
con
una
mayor
tradición
en
el
estudio
de
esta
fantástica
y
misteriosa
disciplina
de
la
arqueología.
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