Mientras
en
Estados
Unidos
la
crítica
demolió
la
cinta
Alejandro
Magno,
la
más
reciente
de
Oliver
Stone,
en
Grecia
es
alabada
y en
Turquía,
donde
era
considerado
poco
menos
que
un
demonio
desde
que
hiciera
el
guión
de
Expreso
de
medianoche,
muy
bien
aceptada.
El
filme,
de
corte
épico,
presenta
un
elenco
estelar
encabezado
por
Colin
Farrell,
Angelina
Jolie,
Val
Kilmer
y
Anthony
Hopkins.
La
superproducción
de
Warner
Bros
es
"un
fracaso
honorable,
una
película
inteligente
y
ambiciosa
que
carece
de
emoción",
dijo
a
fines
de
noviembre
la
revista
especializada
Variety.
Con
todo,
la
película
sigue
figurando
entre
las
10
más
vistas
de
Estados
Unidos
desde
hace
tres
semanas.
Y en
Grecia,
donde
Alejandro
es
considerado
héroe
nacional,
la
obra
de
Stone
fue
aclamada
por
la
prensa,
sin
contar
el
hecho
de
que
un
grupo
de
abogados
que
había
iniciado
acciones
legales
para
censurarlo
retiraron
el
caso
tras
asistir
al
preestreno.
"La
película
es
una
de
las
mejores
campañas
de
promoción
que
Grecia
podría
tener",
dijo
la
televisión
estatal
NET
luego
de
su
estreno
a
principios
de
diciembre
en
80
salas
de
todo
el
país.
Los
griegos
se
habían
inquietado
con
anticipación
por
las
posibles
alusiones
en
el
filme
a la
homosexualidad
de
Alejandro
Magno.
También
les
preocupaba
que
la
obra
suministrara
municiones
a su
vecino
del
norte,
Macedonia,
parte
de
cuya
población
eslava
y
albanesa
reclama
a
Alejandro
como
parte
de
su
propia
herencia
nacional.
Grecia
se
niega
a
reconocerle
el
nombre
de
Macedonia
a
esa
ex
república
yugoslava
por
temor
a
que
tal
denominación
implique
un
reclamo
territorial
de
la
provincia
griega
del
mismo
nombre,
lugar
de
nacimiento
de
Alejandro
en
el
siglo
IV
AC.
Además,
Alejandro
Magno
le
sirvió
a
Oliver
Stone
para
amigarse
con
los
turcos,
quienes
alegaban
que
la
película
Expreso
de
medianoche,
dirigida
en
1978
por
Alan
Parker
y
cuyo
guión
estuvo
a su
cargo,
los
dejó
mal
parados
como
país
ante
la
opinión
pública
internacional.
Aquella
obra
retrataba
la
vida
en
una
prisión
turca
del
joven
estadounidense
Billy
Hayes,
detenido
en
el
aeropuerto
de
Estambul
cuando
intentaba
contrabandear
un
puñado
de
hashish
fuera
del
país
y
cuya
vida
en
prisión
fue
una
odisea
plagada
de
maltratos
y
engaños
judiciales.
"Nunca
quise
que
(la
película)
fuera
contra
Turquía
(...)
fue
contra
la
injusticia
en
cualquier
lugar",
dijo
Stone
en
una
entrevista
esta
semana
en
Estambul.