Cuarenta
años
necesitaron
los
científicos
polacos
para
descubrir
que las
ruinas
que
fueron
halladas
en
Alejandría
pertenecían
a su
Universidad,
y que
esta fue
seguramente
la
primera
de la
Antigüedad.
Así lo
ha
explicado
ahora el
jefe de
excavaciones
en
Alejandría,
Grzegorz
Majcherek,
días
después
de que
el
Consejo
Supremo
de
Antigüedades
anunciara
en
Egipto
el
descubrimiento
de la
Universidad
por
parte de
un
equipo
polaco.
Según
Majcherek,
especialista
del
Centro
de
Arqueología
Mediterránea
de la
Universidad
de
Varsovia,
se
necesitaron
40 años
porque
dominaba
la
convicción
de que
en la
Antigüedad
se
estudiaba
en casas
particulares
o en
salas
alquiladas
con ese
fin.
“Desenterramos
siete
salas
sin
entender
para qué
podían
servir y
descubrimos
que
había
otras
siete
más
iguales,
de una
superficie
de doce
metros
cuadrados
cada
una, con
bancos
de
piedra
escalonados
en forma
de
herradura
y una
gran
piedra
plana
frente a
ellos”,
explicó
Majcherek.
Todo
comenzó
hace 40
años,
cuando
el
profesor
Casimires
Michalowski,
uno de
los
arqueólogos
y
egiptólogos
más
destacados
del
mundo,
comenzó
las
excavaciones
en el
montículo
de Kom
el Di-kka,
de
Alejandría.
Lo
primero
que se
halló
fue,
según se
creyó
entonces,
un
teatro
romano
muy bien
conservado
y en
forma de
círculo
gracias
a lo
cual el
escenario
se veía
bien
desde
todos
los
puntos
del
aforo.
Sorprendió,
sin
embargo,
que el
teatro
no
tuviese
camerinos
para los
actores,
pero sí
grandes
baños,
una
villa
suntuosa
con
espléndidos
mosaicos
y una
plaza de
reuniones
adornada
con una
bellísima
columnata.
La
segunda
etapa
del
descubrimiento
tuvo
lugar
cuando
fueron
halladas
junto al
supuesto
teatro
tres
extrañas
salas
rectangulares.
Los
científicos
no
conseguían
descubrir
el fin
que
tuvieron
aquellas
salas,
porque
las
asociaban
con
algún
servicio
prestado
a los
clientes
de los
grandes
baños.