El
coste de
la
puerta
se sitúa
entre
los seis
y siete
millones
de
euros.
El
arquitecto
Rafael
Moneo
reconoció
la
dificultad
de
incluir
la
fachada
del
Palacio
de
Riquelme
como
entrada
al
complejo.
La
entrada
y todo
el
recorrido
hasta el
Teatro
Romano,
proyectada
por el
arquitecto
Rafael
Moneo,
comenzará
a
ejecutarse
a
finales
de este
mismo
año,
después
de que
el autor
confirmara,
a pie de
obra,
que el
proyecto
estará
concluido
antes de
agosto y
que las
obras
deben
contratarse
durante
el
otoño.
Entre
seis y
siete
millones
de euros
costará
esta
puerta
al
complejo,
con lo
que el
montante
total de
los
trabajos
de
conversión
del
Teatro
Romano y
su
entorno
en
atracción
turístico-cultural
costará
más de
27
millones
de
euros,
según
reveló
el
presidente
del
Gobierno
regional,
Ramón
Luis
Valcárcel,
quien
participó
junto a
Moneo,
la
alcaldesa
de
Cartagena,
Pilar
Barreiro,
y el
consejero
de
Cultura,
Juan
Ramón
Medina
Precioso,
en la
reunión
del
patronato
de la
Fundación
Teatro
Romano,
en la
que
también
estuvo
presente
el
director
general
de
Cajamurcia,
Carlos
Egea.
Esta
Fundación,
que
forman
la
entidad
financiera
y los
Gobiernos
local y
regional,
recibió
el
avance
del
proyecto
de
Moneo, y
aprovechó
también
para
cerrar
la
aprobación
de las
cuentas
de
inversión,
que
aportarán
a partes
iguales
estas
entidades.
Así,
según
explicó
Valcárcel,
si en
2003 las
inversiones
totalizaron
algo más
de 4,4
millones
de
euros,
en 2004
este
montante
se
elevará
a los
seis
millones,
volumen
inversor
que se
mantendrá
durante
los años
2005 y
2006,
hasta la
conclusión
de las
obras en
2007.
Moneo
confirmó
lo que
ya
esbozó
en
anteriores
visitas,
es decir
que la
entrada
a través
del
Palacio
de
Pascual
de
Riquelme,
en la
plaza
del
Ayuntamiento,
dará
lugar a
un
primer
patio
tras la
fachada,
en el
que se
expondrán
parte de
los
hallazgos
realizados
en el
teatro.
Posteriormente,
un paso
subterráneo
salvará
la calle
General
Ordóñez
para dar
paso a
una
doble
sala en
lo que
ahora es
el
conocido
como
solar de
Gómez.
De allí,
sobre
dos
salas de
exposición
que
formarán
el
grueso
del
Museo
Romano,
se
construirán
sendas
escaleras
mecánicas
desde
las que
se podrá
divisar
lo que
hay en
ambas
salas.
Por
ellas se
ascenderá
a una
pequeña
explanada
que dará
paso, a
través
de los
sótanos
de la
Catedral
vieja a
la grada
del
extremo
sur del
Teatro.
El
arquitecto
reconoció
que la
integración
de la
fachada
y el
cupulín
del
Palacio
de
Pascual
de
Riquelme,
calificados
como
Bien de
Interés
Cultural,
hacen
«más
complejo»
el
proyecto,
porque
no
guardan
la misma
orientación
que todo
el
pasaje
de
entrada
hacia el
Teatro.
Sin
embargo,
aseguró
que
merece
la pena
para
conservar
el
conjunto
de
fachadas
cartageneras
que
forma
con el
Palacio
Consistorial.
En
cuanto a
la
consolidación
de las
propias
gradas
del
teatro,
va según
lo
previsto,
según
confirmó
Valcárcel,
por lo
que debe
estar
acabada
a
finales
de año.
Otro
tanto
sucede
con el
Parque
Cornisa,
ubicado
en la
ladera
del
Cerro de
la
Concepción
y que
permitirá
ver
desde
arriba
tanto
las
gradas
del
Teatro
Romano,
como la
fachada
marítima.
Por
cierto,
Moneo
reveló
que este
parque
ha
ampliado
su
superficie
y su
mirador
hacia la
fachada
marítima
mediante
la
eliminación
de una
estructura
anexa a
la
Catedral
vieja,
de nulo
valor
artístico. |