Moneo
anuncia
que a
final
de año
empezará
la
obra
en el
palacete
Pascual
de
Riquelme.
Nada
menos
que 27
millones
de
euros,
alrededor
de
4.500
millones
de las
antiguas
pesetas,
se
habrán
invertido
en el
Teatro
Romano
cuando
acaben
las
obras
en el
primer
semestre
del
2007,
anunció
el
presidente
de la
Comunidad,
Ramón
Luis
Valcárcel.
La
Fundación
del
emblemático
yacimiento
arqueológico
-donde
está
representado
el
Gobierno
regional,
el
local
y
Cajamurcia-,
se
reunió
ayer
para
analizar
el
estado
de las
obras
y para
recibir
a
Rafael
Moneo.
El
prestigioso
arquitecto
navarro
presentó
ayer
un
avance
del
proyecto
que
está
elaborando
para
el
Museo
del
Teatro
Romano,
que
unirá
el
palacio
de
Pascual
de
Riquelme
con el
propio
monumento.
Moneo
explicó
que la
obligación
de
mantener
la
fachada
del
palacio
de la
plaza
consistorial
ha
hecho
que
tenga
que
introducir
algunas
variaciones
en su
proyecto,
que
presentará
definitivamente
en el
mes de
julio.
La
intención
del
arquitecto
es que
en
otoño
se
puedan
contratar
las
obras
para
que
comiencen
en los
últimos
meses
del
año.
Consolidar
la
grada
En la
actualidad,
los
técnicos
están
trabajando
en la
consolidación
de los
tres
sectores
del
graderío,
estabilizando
la
base y
reponiendo
los
puntos
en los
que
había
pozos
de
épocas
posteriores
al
teatro.
Estas
obras
culminarán
con la
colocación
de
sillares
que
completen
las
escaleras
de
división
de la
grada
y sus
muros
laterales,
que se
sellarán
con
sillares
de
caliza.
Mientras
también
se
está
actuando
en el
Parque
de
Cornisa.
Ya
está
delimitado
el
muro
perimetral
que
permitirá
al
visitante
asomarse
a un
balcón
a
cuyos
pies
se
encuentra
el
Teatro
Romano
y,
según
Moneo,
«se
han
derribado
algunas
construcciones
aledañas
a las
capillas
de la
catedral
vieja
con lo
que se
han
ganado
vistas
al mar
desde
lo
alto».
Hallan
más
esculturas
Mientras
que
los
obreros
consolidan
las
gradas
y
colocan
sillares,
los
arqueólogos
siguen
su
labor
en el
recinto
teatral.
Hace
un par
de
semanas
hallaron
el
arco
de
entrada
a la
parte
alta
del
graderío,
la
summa
cavea,
pero
no
sólo
eso.
Entre
los
muros
de
construcciones
posteriores
al
Teatro
se ha
encontrado
un
trozo
de
coraza
y la
falda
de la
estatua
de un
soldado.
Estaba
en la
parte
alta,
reutilizada
en un
muro
del
siglo
XVII
y,
según
la
arqueóloga
Elena
Ruiz
Valderas,
puede
que
forme
parte
del
programa
decorativo
del
Teatro.
Se
trata
de una
pieza
de
mármol
blanco
del
siglo
I.
Asimismo,
han
sacado
de
entre
las
piedras
la
cabeza
de una
divinidad,
con
barba,
que
puede
ser un
siglo
posterior
a la
otra
pieza.
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