En
el I
Congreso
de
Arqueología
del
Campo
de
Gibraltar,
celebrado
hace
unos
días,
dos
investigadores
describieron
el
modelo
de
fábrica
conservera
existente
en la
Villa
Vieja
en
época
romana.
Los
hallazgos
documentados
en el
control
arqueológico
realizado
durante
2003
en el
número
uno de
la
calle
San
Nicolás
han
permitido
a
estos
dos
investigadores
reconstruir
la
fisonomía
de una
gran
zona
industrial
destinada
a la
producción
de
salsamenta
y
garum.
Ambos
diferencian
tres
pequeñas
unidades
productivas
y una
serie
de
estructuras
anexas
destinadas
al
suministro
hídrico
de las
cuales
no se
tenía
constancia
hasta
ahora.
Pero
las
novedades
aportadas
por
estas
actuaciones
arqueológicas
son
otras
muchas;
por un
lado,
han
permitido
mayores
precisiones
cronológicas
acerca
del
momento
en que
se
abandonan
las
unidades
productivas
y por
otro,
se ha
confirmado
la
existencia
de una
fase
de
época
bizantina
en el
solar,
a la
que se
asocian
algunas
de las
estructuras
excavadas.
Tanto
los
documentos
exhumados
en esa
parcela
como
los
rescatados
unos
metros
más
adelante,
entre
los
número
tres y
cinco
de esa
misma
calle,
conforman
un
paradigma
para
el
conocimiento
del
funcionamiento
de la
industria
pesquero-salazonera
en el
Círculo
del
Estrecho.
De
hecho
los
arqueólogos
insisten
en que
los
hallazgos
de los
últimos
años
localizados
en la
Villa
Vieja
sitúan
a las
industrias
salazoneras
como
unas
de las
más
importantes
de
Andalucía.
Aun
así
los
trabajos
llevados
a cabo
por
Bernal
y
Expósito
describen
un
modelo
de
fábrica
conservera
aparentemente
diferente
al de
las
grandes
fábricas
de
Septem
o
Cotta.
"Se
trata
de
pequeñas
unidades
productivas,
de
diferente
morfología
y
tamaño,
y
articularán
la
tipografía
interna
del
barrio
industrial
de la
ciudad",
comentan.
Los
investigadores
relacionan
las
tres
fábricas
halladas
en la
parcela
con
las
dos
descubiertas
en el
solar
3-5 de
la
misma
calle
y
aseguran
que
ninguna
de
ellas
presenta
ni una
morfología
similar
ni
unas
dimensiones
coincidentes.
Tampoco
parece
existir
unas
pautas
predeterminadas
en
relación
a la
orientación
de las
fábricas.
Lo que
sí
está
más
definida
es una
serie
de
ejes
que
parecen
modular
internamente
el
gran
barrio
industrial
de
Iulia
Traducta.
Los
profesores
de la
Universidad
de
Cádiz
han
documentado,
así,
una
gran
arteria
viaria
con
una
trayectoria
en
dirección
sureste
a
noroeste.
"Este
hallazgo
constituye
el
primer
fósil-director
sobre
el
trazado
de las
vías
de
circulación
de la
ciudad,
poniéndonos
en
antesala
de que
nos
encontramos
ante
un
espacio
perfectamente
planificado
y
transitable",
dicen
.
Los
arqueólogos
concluyen
que
las
factorías
de
salazones
continuaban
en
dirección
a la
ladera
que
conducía
al río
de la
Miel.
Aseguran
que el
modelo
de
factorías
del
solar
localizado
en el
número
1 de
la
calle
San
Nicolás
difiere
del de
la
parcela
3-5.
En
esta
última
el
modelo
es de
planta
centralizada,
mientras
que el
número
1 de
la
calle
los
arqueólogos
describen
un
modelo
de
planta
dúplice
simples,
sistematizado
a la
luz de
los
hallazgos
de
Baelo
Claudia.
La
presencia
de
ambos
esquemas
en las
fábricas
de
salazón
de
Traducta
incide
aun
más, a
juicio
de
Bernal
y
Expósito,
en el
carácter
diversificado
de
esta
zona
industrial
y la
existencia
de una
serie
e
patrones
que se
completan
conforme
avanza
el
desarrollo
de las
investigaciones.
A
pesar
de que
los
materiales
aún se
encuentran
en
fase
de
estudio,
los
arqueólogos
plantean
la
erección
del
barrio
industrial
en
época
alto
imperial,
en un
momento
que
aún no
han
podido
precisar,
y
aseguran
que la
vida
del
mismo
llega
hasta
finales
de la
Antigüedad
tardía,
en una
ordenación
espacial
que se
mantuvo
casi
inalterada
durante
casi
cinco
siglos.
Un
barrio
industrial
que
emerge
El
solar
que se
localiza
en el
número
1 de
la
calle
San
Nicolás
describe
parte
del
barrio
industrial
de
Iulia
Traducta.
Los
investigadores
diferencian
tres
unidades:
una
gran
fábrica
con
una
treintena
de
piletas
e
instalaciones
de
aprovisionamiento
hídrico
en la
parte
central;
otra
unidad
con un
total
de
cubetas
desconocidos
pero
que
posiblemente
incluyó
una
docena
de
piletas;
y por
último,
pequeñas
fábricas
con
seis
cubetas
pequeñas
y con
unas
dimensiones
claramente
inferiores
a los
anteriores.
Entre
los
dos
últimos
complejos
se
sitúa
una
gran
arteria
viaria
que,
según
los
arqueólogos,
denota
la
existencia
de un
espacio
planificado
y
transitable.
Estaba
pavimentada
con 'summae
crustae'
en un
primer
momento
y con
pavimentos
de
tierra
apisonada
en las
sucesivas
fases
de
época
tardorromana.
Entre
ambos
momentos
se
instalan
canalizaciones.