El latín
era el
idioma
del
Lacio.
Llegó a
ser
oficial
en el
Imperio
Romano,
dando
origen a
las
lenguas
romances
de donde
provienen
el
castellano.
En
nuestros
días
está aún
presente.
Lo
usamos
sin
darnos
apenas
cuenta
en
nuestras
conversaciones.
No es
que de
vez en
cuando
lancemos
una
frase
hecha
como "veni,
vidi,
vinci",
o "alea
iacta
est",
sino que
lo
usamos
como
frases
lexicalizadas.
Mezclamos
inconscientemente
la
semántica
(los
significados)
con la
fonética
(sonidos).
"A
priori",
"nihil
obstat",
y "motu
propio"
sacados
de un "memorándum"
que
siempre
me
acompaña
"in
mente" e
"in
memoriam".
"In illo
tempore"
son
expresiones
que he
usado y
usaré
"in
situ" no
sólo
sino "in
extremis".
Aún no
queriéndolo
quizá
dejar
"in
artículo
mortis"
algo, o
habrá de
pensar
algo, "honoris
causa".
Entonando
un "mea
culpa",
"máxime",
si lo
que
quiero
decir es
que
todas
estas
formas
están "ab
bene
placitum"
de todos
las
decimos
"ad
infinitum",
no
necesitamos
un
"referéndum",
para
saber
que
existen,
"ad
summun"
y sin
ponernos
"alias"
de
latinistas
porque
podríamos
llegar a
razonamientos
"ad
nauseam".
Las
usamos
sin
enaltecer
nuestro
"alter
ego" sin
hacer un
"cum
laude"
de haber
estudiado
en el "campus"
del
"alma
mater",
sino
cuando
sólo era
pensar
en el "numerus
clausus"
preciso
para
entrar.
Alguien
podría
pensar
en un
"ex
abrupto"
o que
hablamos
"ex
cátedra"
y es
justo
donde
está el
"quid"
de la
cuestión.
"Grosso
modo" no
nos
podemos
quedar
"in
albis"
al
observar
el "modus
operandi"
escogido
en
algunas
conversaciones
de
nuestro
"habitat",
ya que
están
extendidas
"sine
die".
Aunque
pudieran
resultar
"rara
avis"
sólo es
un dato
más con
carácter
"sui
generis".
Así, "verbi
gratia",
no nos
extrañamos
al usar
términos
o
expresiones
de otras
lenguas
si nos
aplican
un
"habeas
corpus"
por
ello. Si
vamos
por la
vía
normal y
no por
la del
"accésit",
podemos
presentar
nuestro
"curriculum
vitae" "Gaudemus
igitur"
de
nuestras
conversaciones.
"Vox
populi"
es que
el
"statu
quo" de
nuestra
lengua,
que
surgió
en un
primer
escrito
en San
Millán
de la
Cogolla
en el
siglo X,
se
derivaba
del
latín "per
se", "per
natura".
El "modus
vivendi"
del
"homo
sapiens"
continúa.
Y ello
sin
decir
que
muchas
veces lo
apreciemos.
"Ex
professo",
"ad
libitum"
suceden.
No
hacemos
"pro
indiviso"
de unas
y de
otras,
sino que
las
sostenemos
"pro
forma".
Del
mismo
modo
que, sin
darnos
cuenta,
diferenciamos
el "ante
meridium"
del
"post
meridium".
Ello no
pretende
llegar
al "plus
ultra" y
sin más
"plus y
placet"
de ser "personam
gratam"
"per
saecula
saeculorum".
Muchas
veces al
levantarnos
pensamos
en el
"carpe
diem".
Especulamos
con
realizar
nuestra
"opera
prima".
Recordamos
"ora et
labora"
si nos
va mal.
Cada día
en
nuestro
"opus"
al ser
el "paterfamilias"
no
aceptamos
la
acusación
de "peccata
minuta"
porque
nuestra
renta "per
cápita"
hay que
subirla
y antes
de que
nos
digan
"¿quo
vadis?"
pensamos,
"sine
qua
non",
que el
lugar
del
trabajo
no es un
"solarium".
Lo que
no vamos
a poder
realizar
"post
mortem",
una vez
que
estemos
de "corpore
insepulto".
Ya
tendremos
solamente
una
especie
de "quorum"
que se
reunirá
para
entonar
un "requiem"
que nos
acompañará
al
"sancta
sanctorum".
Dejamos
muchas
veces "sub
iudice"
trabajos
al
querer
pasar de
"incógnito",
cuando
la
solución
está de
plano.
Pero el
"tempus
fugit" y
aunque
sea "totus
tus" la
obligación
de
realizarlo
le dices
a tu
labor,
"vade
retro".
Eso lo
convertimos
en un "vademecum"
de
obligaciones
amontonadas
al decir
"vale",
pero que
no lo
hagan
"viceversa"
pues te
pueden
dejar la
"tabula
rasa".
"Sursum
corda" y
arriba
el
"superávit"
y "fac
totum",
guiémonos
por la "stella
maris".
Sin "facsimile",
sin
"dúplex",
"ex
profeso",
quizá
haya
muchas
expresiones
en
nuestro
"Mare
Nostrum"
que
obliguen
a pensar
que la "senectus"
no nos
ha
llegado.
Que
todavía
tenemos
tiempo
de
entonar
notas en
la "schola
cantorum"
de la
vida.
Que
podemos
desear
que cada
día se
distancie
más "pro
tempore",
nuestro
"requiescat
in
pace";
puesto
que en "obito"
"finis
coronat
opus".
Etcétera,
etcétera,
etcétera.