Los
trabajos
a
realizar
en el
conjunto
arqueológico,
del
siglo
I
a.C.,
preveían
su
apertura
al
público
en
este
mes
CÁDIZ.
Las
obras
de
acondicionamiento
de la
factoría
de
salazones
que
apareció
en
1995
bajo
el
teatro
Andalucía
han
sufrido
un
retraso
de
tres
meses.
Aunque
en
principio
se
indicó
que el
conjunto
arqueológico
sería
preparado
para
que en
este
mes de
mayo
pudiera
estar
abierto
al
público,
la
complejidad
de los
trabajos
han
provocado
que se
haya
tenido
que
pedir
una
ampliación
del
plazo
de
ejecución
de las
obras,
que
ahora
tienen
hasta
el mes
de
agosto
para
su
conclusión.
La
delegada
provincial
de
Cultura
de la
Junta,
Bibiana
Aído,
informaba
ayer
del
retraso
de
estas
obras,
y
explicaba
que,
en los
proyectos
a
ejecutar
en
conjuntos
de
patrimonio
histórico
y
arqueológico,
la
complejidad
de los
trabajos
suele
hacer
que el
plazo
de
realización
se
demore
más
tiempo
del
que se
prevé
en un
principio.
Así
las
cosas,
el
yacimiento,
que ya
en su
día
tuvo
que
superar
las
dificultades
surgidas
para
la
adjudicación
de las
obras
de
consolidación
y
acondicionamiento
que
necesitaba,
retrasa
su
apertura.
Ya de
hecho
fue en
el mes
de
enero
cuando
la
Delegación
Provincial
de
Cultura,
tras
superar
"distintos
problemas
en
cuanto
a su
adjudicación",
según
reconoció
Bibiana
Aído,
pudo
comenzar
el
acondicionamiento
del
conjunto.
La
historia
del
yacimiento
ha
sido
intensa
desde
su
aparición
en
1995.
En un
principio,
del
total
de los
restos
de la
factoría
de
salazones
-actualmente
declarada
Bien
de
Interés
Cultural,
y en
cuyo
estudio
apareció
el
dibujo
de una
torre-faro
escalonada-
se
tuvo
que
delimitar
un
perímetro
reducido,
establecido
por
los
arqueólogos,
que
incluía
las
piletas
halladas
en
buen
estado
de
conservación.
Era
"la
parte
mejor
conservada
y la
más
representativa",
indicaban
fuentes
de la
Delegación
Provincial
de
Cultura.
Para
su
conservación
hubo
también
que
alcanzarse
un
acuerdo
con el
Ayuntamiento,
la
propiedad
del
solar
y la
promotora
inmobiliaria.
En
1998,
el
Consejo
de
Gobierno
de la
Junta
declaró
Bien
de
Interés
Cultural,
con
categoría
de
zona
arqueológica,
la
factoría
romana
de
salazones.
Según
informó
entonces
la
Junta,
esta
iniciativa
se
sustentaba
no
sólo
en la
relevancia
histórica
del
enclave,
sino
también
en los
aspectos
pedagógicos
y
turísticos
del
mismo,
así
como
en la
necesidad
de su
conservación
y
protección.
En
2001,
la
Consejería
de
Cultura,
a
través
de su
entonces
responsable,
Carmen
Calvo,
anunciaba
la
aprobación
de
partidas,
dentro
del
presupuesto
andaluz,
para
la
puesta
en
valor
del
conjunto.
En
febrero
de
2002,
El
proyecto,
firmado
por el
arquitecto
Francisco
Reina
Fernádez-Trujillo,
y
presupuestado
en más
de 30
millones
de
pesetas
de las
de
entonces,
ya
estaba
terminado,
a la
espera
de ser
otorgado
en
concurso
público.
Pero
ya se
daba
la
circunstancia
de que
el
proyecto
ya
había
salido
a
concurso
el año
anterior,
quedando
desierto;
en
aquella
ocasión,
la
Delegación
de
Cultura
de la
Junta
de
Andalucía
esperaba
poder
animar
a las
empresas
para
que se
presenten
y,
así,
poder
iniciar
los
trabajos.
Este
inicio
se
produjo,
finalmente,
en
enero.
Se
informaba
entonces
de que
el
estado
de
conservación
del
conjunto,
tras
la
construcción
del
edificio
que lo
cubre,
es
aceptable
"aunque
sobre
el
yacimiento
han
aparecido
los
habituales
fragmentos
de
material
de
construcción
mezclados
con la
arena".
Una
vez
concluya
el
proyecto,
que el
director
de las
obras
calificaba
en su
inicio
como
"complejo",
el
visitante
podrá
ver
los
restos
arqueológicos
como
si
estuviera
suspendido
sobre
una
pasarela,
gracias
a la
superficie
laminar
transparente
y la
iluminación
indirecta
de
unos
restos
de
época
romana,
elemento
significativo
y
representativo
de la
actividad
industrial
y
comercial
que
más
fama
dio a
la
ciudad
de
Cádiz
en la
antigüedad.
La
factoría
se
distribuye
a la
manera
clásica
de
situar
piletas
alineadas
alrededor
de una
sala
de
cielo
abierto,
y esta
ubicada
a
orillas
del
borde
septentrional
del
denominado
'Canal
de
Ponce',
puerto
natural
de la
zona
desde
época
fenicia.
Dentro
de
poco,
se
podrá
disfrutar
por
fin de
su
visita.